Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela han atravesado distintos momentos de tensión desde inicios del siglo XXI. A partir de la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia hasta la época actual con Nicolás Maduro en el poder, ambos países han pasado momentos de alejamientos y acercamientos.
Con Chávez como mandatario entre 1999 y 2013, Venezuela empezó a distanciarse de Estados Unidos, pero ha sido en los últimos años, con Maduro como gobernante, cuando las relaciones bilaterales han sufrido su mayor deterioro.
Sin embargo, en el primer trimestre de 2022 se han registrado acercamientos entre ambos países, en un momento de negociaciones inconclusas entre gobierno y oposición y en medio de la guerra en Ucrania, que ya ha empezado a mover el tablero geopolítico mundial.
Este es un recuento sobre las acciones más importantes que han marcado las relaciones EEUU-Venezuela en los últimos años:
En marzo de 2015, el entonces presidente estadounidense Barack Obama emitió un decreto que declaraba a Venezuela como una amenaza a la seguridad de EEUU, una decisión que representó, según fuentes consultadas por la agencia Reuters en su momento, un primer paso para avanzar hacia un régimen de sanciones, como se confirmaría más adelante.
En esa entonces, Estados Unidos sancionó a siete funcionarios venezolanos, entre ellos Gustavo González López, entonces director general del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), argumentando las violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco de las protestas antigubernamentales de 2014.
Además, ya en 2015, Maduro ordenó un visado obligatorio a todo estadounidense que quisiera ingresar al país.
A 7 años de la declaración, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, quien tildó de dictador a Maduro a inicios de 2022, volvió a extender este mes de marzo, por un año más, el decreto que califica de «amenaza inusual y extraordinaria» al gobierno de Nicolás Maduro.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la posición de ese país frente a Venezuela se endureció y comenzaron a sancionar a más venezolanos. Uno de los primeros fue Tareck El Aissami, señalado de facilitar cargamentos de narcóticos desde Venezuela.
Luego sancionaron más funcionarios señalados de socavar la democracia venezolana: magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, rectoras del Consejo Nacional Electoral, participantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 2017, ministros y el propio Nicolás Maduro, quien más adelante también sería acusado por el Departamento de Estado de narcotráfico, con una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.
Entre otras medidas, Estados Unidos prohibió transar nueva deuda emitida por el Gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal (Pdvsa) y sancionó las transacciones relacionadas con el oro venezolano. El Banco Central de Venezuela (BCV) también fue sancionado.
Desde 2010, ambos países no contaban con embajadores y mantenían encargados de negocios en sus territorios.
En enero de 2019, Estados Unidos reconoció la juramentación de Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional, como presidente interino de Venezuela, a lo que la administración de Nicolás Maduro respondió con la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y con la expulsión de la delegación diplomática estadounidense en Venezuela.
Luego Estados Unidos nombraría a James Story, quien había sido encargado de negocios en el país, como embajador de EEUU en Venezuela en apoyo a Guaidó. Su oficina, una embajada virtual, funciona desde Colombia. Story, criticado por la administración de Maduro, sostiene que Estados Unidos se mantendrá como aliado de los venezolanos que esperan un cambio político en el país.
Las medidas se endurecieron en 2019, cuando Estados Unidos impuso sanciones contra la industria petrolera venezolana.
En enero de ese año, Estados Unidos emitió sanciones contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal proveedor de los ingresos en divisas para Venezuela. Las sanciones prohibían la importación de petróleo venezolano y sus derivados por parte de entidades del país norteamericano. Además, todos los bienes de la petrolera en EEUU quedaron bloqueados.
La decisión, que tuvo pequeñas excepciones, buscaba presionar al gobierno de Maduro, que respondió asegurando que se trataba de un intento de EEUU por apoderarse de los recursos venezolanos y derrocar al mandatario venezolano.
Para agosto de ese año, Trump firmó una orden ejecutiva que bloqueaba todos los bienes del Gobierno de Venezuela en Estados Unidos.
La orden también representó una amenaza contra cualquier empresa o Gobierno extranjero que mantenga relaciones con el chavismo, aunque más adelante se emitirían licencias para permitir ciertas transacciones necesarias en Venezuela, como aquellas relacionadas con alimentos y medicinas.
También han sancionado otras instituciones al igual que empresas y particulares que participen en las redes de comercialización del petróleo venezolano.
En respuesta a las sanciones, Venezuela buscó apoyo en países como Rusia, Irán y China para comercializar su petróleo y adquirir gasolina.
Los últimos procesos de negociación entre la oposición y el oficialismo, como el de Oslo-Barbados, que tampoco logró su cometido, han incluido como prioridad el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos.
El proceso de negociación más reciente se desarrolló en México en 2021, con la mediación de Noruega.
En agosto de 2021, Maduro aseguró que plantearía en las negociaciones en México un «diálogo directo» con Estados Unidos para explorar la posibilidad del regreso de los encargados de negocios a las embajadas.
Durante las negociaciones además se estableció un Memorándum de Entendimiento en el que el levantamiento de las sanciones figuraba como uno de los puntos principales.
Pero para el tercer encuentro de las negociaciones, el oficialismo suspendió el diálogo y condicionó su reinicio a la liberación del empresario colombiano Alex Saab, extraditado a Estados Unidos.
Saab, quien enfrenta un cargo de conspiración para lavado de dinero ante Estados Unidos, es una ficha clave para los negocios de la administración de Maduro, que ahora lo identifica como un diplomático venezolano y lo designó tardíamente como integrante de la delegación oficialista en las negociaciones en México, en un esfuerzo por lograr su liberación.
La administración de Maduro insiste en que la oposición y Estados Unidos le dieron una «puñalada en la espalda» a las negociaciones en México con la detención de Saab.
Por su parte, Juan Guaidó ha reiterado que el levantamiento de sanciones no se producirá hasta que se alcance y cumpla un acuerdo político. Voceros de la oposición como Gerardo Blyde (jefe de la delegación opositora en México) aún no dan por terminado el proceso de negociación.
A finales de 2021, un alto funcionario de EEUU viajó a Venezuela para mediar por la liberación de los seis directivos de Citgo (filial de Petróleos de Venezuela) que permanecen detenidos en Caracas, de los cuales cinco tienen nacionalidad estadounidense y uno es residente de EEUU, reveló The Associated Press y confirmó más adelante el mismo Maduro. No obstante, poco después se ratificó su condena.
Para enero de 2022, la agencia Bloomberg reportó que Juan Guaidó propuso a Estados Unidos disminuir el impacto de las sanciones contra Venezuela para así instar al oficialismo a retomar las negociaciones.
Estados Unidos, otros 19 países y la Unión Europea (UE) se pronunciaron en febrero y expresaron su disposición a «revisar las políticas de sanciones» si se registraran avances considerables en las negociaciones en México. Además ratificaron su apoyo a una solución negociada para restaurar la democracia en Venezuela.
En febrero, James Story se reunió en Bogotá con los recién electos gobernadores opositores y con el dirigente político opositor Stalin González, quienes le plantearon la necesidad de revisar las sanciones y la situación legal actual para propiciar la llegada de inversionistas a Venezuela. También expresaron la importancia de retomar las negociaciones como un paso fundamental para lograr las metas planteadas.
Este 5 de marzo ocurrió la visita de más alto nivel desde la ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, informó The New York Times.
Según el diario, se trató de un esfuerzo de Estados Unidos, en medio de la guerra impulsada por Rusia en Ucrania, por alejar al gobierno de Vladímir Putin de los aliados que aún mantiene en América Latina, como el gobierno de Maduro, que además ha aumentado la cooperación militar con Rusia.
La delegación de Estados Unidos estuvo integrada por altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca.
Figuras de los principales partidos políticos de EEUU han asomado la posibilidad de ver a Venezuela como un sustituto en su mercado petrolero y así desplazar a Rusia, ahora sancionada.
Tan solo dos días antes de la visita, Maduro aseguró en una alocución que estaba dispuesto a proveerle gas y petróleo a Estados Unidos: “Ahí está el petróleo de Venezuela que es seguro para el que quiera producir y comprarlo, sea un inversionista que venga del Asia, Europa o de Estados Unidos».
De acuerdo con expertos como el economista Francisco Monaldi, el levantamiento de las sanciones no tendría casi ningún efecto en el mercado mundial, pero sí podría permitir a Venezuela suplir parte del mercado que hasta ahora llenaban los rusos en Estados Unidos.
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Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela han atravesado distintos momentos de tensión desde inicios del siglo XXI. A partir de la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia hasta la época actual con Nicolás Maduro en el poder, ambos países han pasado momentos de alejamientos y acercamientos.
Con Chávez como mandatario entre 1999 y 2013, Venezuela empezó a distanciarse de Estados Unidos, pero ha sido en los últimos años, con Maduro como gobernante, cuando las relaciones bilaterales han sufrido su mayor deterioro.
Sin embargo, en el primer trimestre de 2022 se han registrado acercamientos entre ambos países, en un momento de negociaciones inconclusas entre gobierno y oposición y en medio de la guerra en Ucrania, que ya ha empezado a mover el tablero geopolítico mundial.
Este es un recuento sobre las acciones más importantes que han marcado las relaciones EEUU-Venezuela en los últimos años:
En marzo de 2015, el entonces presidente estadounidense Barack Obama emitió un decreto que declaraba a Venezuela como una amenaza a la seguridad de EEUU, una decisión que representó, según fuentes consultadas por la agencia Reuters en su momento, un primer paso para avanzar hacia un régimen de sanciones, como se confirmaría más adelante.
En esa entonces, Estados Unidos sancionó a siete funcionarios venezolanos, entre ellos Gustavo González López, entonces director general del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), argumentando las violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco de las protestas antigubernamentales de 2014.
Además, ya en 2015, Maduro ordenó un visado obligatorio a todo estadounidense que quisiera ingresar al país.
A 7 años de la declaración, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, quien tildó de dictador a Maduro a inicios de 2022, volvió a extender este mes de marzo, por un año más, el decreto que califica de «amenaza inusual y extraordinaria» al gobierno de Nicolás Maduro.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la posición de ese país frente a Venezuela se endureció y comenzaron a sancionar a más venezolanos. Uno de los primeros fue Tareck El Aissami, señalado de facilitar cargamentos de narcóticos desde Venezuela.
Luego sancionaron más funcionarios señalados de socavar la democracia venezolana: magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, rectoras del Consejo Nacional Electoral, participantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 2017, ministros y el propio Nicolás Maduro, quien más adelante también sería acusado por el Departamento de Estado de narcotráfico, con una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.
Entre otras medidas, Estados Unidos prohibió transar nueva deuda emitida por el Gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal (Pdvsa) y sancionó las transacciones relacionadas con el oro venezolano. El Banco Central de Venezuela (BCV) también fue sancionado.
Desde 2010, ambos países no contaban con embajadores y mantenían encargados de negocios en sus territorios.
En enero de 2019, Estados Unidos reconoció la juramentación de Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional, como presidente interino de Venezuela, a lo que la administración de Nicolás Maduro respondió con la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y con la expulsión de la delegación diplomática estadounidense en Venezuela.
Luego Estados Unidos nombraría a James Story, quien había sido encargado de negocios en el país, como embajador de EEUU en Venezuela en apoyo a Guaidó. Su oficina, una embajada virtual, funciona desde Colombia. Story, criticado por la administración de Maduro, sostiene que Estados Unidos se mantendrá como aliado de los venezolanos que esperan un cambio político en el país.
Las medidas se endurecieron en 2019, cuando Estados Unidos impuso sanciones contra la industria petrolera venezolana.
En enero de ese año, Estados Unidos emitió sanciones contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal proveedor de los ingresos en divisas para Venezuela. Las sanciones prohibían la importación de petróleo venezolano y sus derivados por parte de entidades del país norteamericano. Además, todos los bienes de la petrolera en EEUU quedaron bloqueados.
La decisión, que tuvo pequeñas excepciones, buscaba presionar al gobierno de Maduro, que respondió asegurando que se trataba de un intento de EEUU por apoderarse de los recursos venezolanos y derrocar al mandatario venezolano.
Para agosto de ese año, Trump firmó una orden ejecutiva que bloqueaba todos los bienes del Gobierno de Venezuela en Estados Unidos.
La orden también representó una amenaza contra cualquier empresa o Gobierno extranjero que mantenga relaciones con el chavismo, aunque más adelante se emitirían licencias para permitir ciertas transacciones necesarias en Venezuela, como aquellas relacionadas con alimentos y medicinas.
También han sancionado otras instituciones al igual que empresas y particulares que participen en las redes de comercialización del petróleo venezolano.
En respuesta a las sanciones, Venezuela buscó apoyo en países como Rusia, Irán y China para comercializar su petróleo y adquirir gasolina.
Los últimos procesos de negociación entre la oposición y el oficialismo, como el de Oslo-Barbados, que tampoco logró su cometido, han incluido como prioridad el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos.
El proceso de negociación más reciente se desarrolló en México en 2021, con la mediación de Noruega.
En agosto de 2021, Maduro aseguró que plantearía en las negociaciones en México un «diálogo directo» con Estados Unidos para explorar la posibilidad del regreso de los encargados de negocios a las embajadas.
Durante las negociaciones además se estableció un Memorándum de Entendimiento en el que el levantamiento de las sanciones figuraba como uno de los puntos principales.
Pero para el tercer encuentro de las negociaciones, el oficialismo suspendió el diálogo y condicionó su reinicio a la liberación del empresario colombiano Alex Saab, extraditado a Estados Unidos.
Saab, quien enfrenta un cargo de conspiración para lavado de dinero ante Estados Unidos, es una ficha clave para los negocios de la administración de Maduro, que ahora lo identifica como un diplomático venezolano y lo designó tardíamente como integrante de la delegación oficialista en las negociaciones en México, en un esfuerzo por lograr su liberación.
La administración de Maduro insiste en que la oposición y Estados Unidos le dieron una «puñalada en la espalda» a las negociaciones en México con la detención de Saab.
Por su parte, Juan Guaidó ha reiterado que el levantamiento de sanciones no se producirá hasta que se alcance y cumpla un acuerdo político. Voceros de la oposición como Gerardo Blyde (jefe de la delegación opositora en México) aún no dan por terminado el proceso de negociación.
A finales de 2021, un alto funcionario de EEUU viajó a Venezuela para mediar por la liberación de los seis directivos de Citgo (filial de Petróleos de Venezuela) que permanecen detenidos en Caracas, de los cuales cinco tienen nacionalidad estadounidense y uno es residente de EEUU, reveló The Associated Press y confirmó más adelante el mismo Maduro. No obstante, poco después se ratificó su condena.
Para enero de 2022, la agencia Bloomberg reportó que Juan Guaidó propuso a Estados Unidos disminuir el impacto de las sanciones contra Venezuela para así instar al oficialismo a retomar las negociaciones.
Estados Unidos, otros 19 países y la Unión Europea (UE) se pronunciaron en febrero y expresaron su disposición a «revisar las políticas de sanciones» si se registraran avances considerables en las negociaciones en México. Además ratificaron su apoyo a una solución negociada para restaurar la democracia en Venezuela.
En febrero, James Story se reunió en Bogotá con los recién electos gobernadores opositores y con el dirigente político opositor Stalin González, quienes le plantearon la necesidad de revisar las sanciones y la situación legal actual para propiciar la llegada de inversionistas a Venezuela. También expresaron la importancia de retomar las negociaciones como un paso fundamental para lograr las metas planteadas.
Este 5 de marzo ocurrió la visita de más alto nivel desde la ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, informó The New York Times.
Según el diario, se trató de un esfuerzo de Estados Unidos, en medio de la guerra impulsada por Rusia en Ucrania, por alejar al gobierno de Vladímir Putin de los aliados que aún mantiene en América Latina, como el gobierno de Maduro, que además ha aumentado la cooperación militar con Rusia.
La delegación de Estados Unidos estuvo integrada por altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca.
Figuras de los principales partidos políticos de EEUU han asomado la posibilidad de ver a Venezuela como un sustituto en su mercado petrolero y así desplazar a Rusia, ahora sancionada.
Tan solo dos días antes de la visita, Maduro aseguró en una alocución que estaba dispuesto a proveerle gas y petróleo a Estados Unidos: “Ahí está el petróleo de Venezuela que es seguro para el que quiera producir y comprarlo, sea un inversionista que venga del Asia, Europa o de Estados Unidos».
De acuerdo con expertos como el economista Francisco Monaldi, el levantamiento de las sanciones no tendría casi ningún efecto en el mercado mundial, pero sí podría permitir a Venezuela suplir parte del mercado que hasta ahora llenaban los rusos en Estados Unidos.