Ibis León / @ibisL
Las medidas decretadas por el presidente Barack Obama este lunes 9 de marzo contra siete funcionarios venezolanos y la declaratoria de Venezuela como una “amenaza extraordinaria contra la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos” recrudecen las relaciones entre ambos gobiernos y podría producir una ruptura de las relaciones diplomáticas en opinión de Carlos Luna, internacionalista y director de la escuela de Ciencias Políticas de la UCV.
El experto aseguró que es la primera vez que Estados Unidos tilda de amenaza a un gobierno en funciones. “En Colombia, por ejemplo, se ha señalado a los carteles de la droga, a la Farc o al Ejército de Liberación Nacional por los vínculos que podrían tener con el terrorismo internacional y con el mismo narcotráfico; el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional en México, la Mara Salvatrucha (organización de pandillas criminales) en El Salvador. Pero no hay un registro de enfrentamiento hacia un gobierno en funciones, en América Latina, en la cual se considere que es una amenaza a la seguridad nacional estadounidense”, dijo.
A su juicio, las implicaciones, a pesar de que el decreto está dirigido a seis militares y a una civil, podrían salpicar las relaciones entre Venezuela y Guyana y empeorar la disputa por el Esequibo. “Una de las empresas que tiene concesiones en la proyección marítima hacia el Océano Atlántico y que tiene una incidencia directa sobre la delimitación del tema guyanés es Exxon Mobil y ésta es una compañía estadounidense; por lo tanto, cualquier restricción o amedrentamiento que reciba esta transnacional podría ser considerado por EEUU como una agresión”.
La ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, se pronunció a través de su cuenta de Twitter para anunciar el llamado a consulta del encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos.

El llamado a consulta de Maximilien Arveláiz hace suponer a los internacionalistas consultados que el gobierno tomará medidas más directas. “El gobierno venezolano lo va a tomar como un ataque a la República y a toda la revolución bolivariana y, posiblemente, plantee la lucha en términos antiimperialistas y esto podría ser una señal de que quizás no estamos lejos de una ruptura de las relaciones diplomáticas que debe ser muy bien estudiada, porque nosotros somos el quinto exportador de petróleo a los Estados Unidos y una ruptura agravaría la situación económica que empezará a sufrir los estragos de la disminución de la renta petrolera”, afirmó Luna.
Elsa Cardoso, internacionalista, considera que la decisión de traer a Arveláiz se relacionaría con una respuesta más frontal que estaría preparando el gobierno, aunque el presidente Maduro se ha cuidado de confrontar directamente a Obama porque la relación económica que mantiene con EEUU es muy importante. Además, entra en juego el reciente acercamiento entre La Habana y Washington así como la mejora en las relaciones del resto de los países de la región con el gobierno estadounidense.
Cardoso destacó que la respuesta de Obama se produce en un contexto de posiciones “débiles” de los países de Unasur sobre los hechos acontecidos en Venezuela entre enero y febrero de este año. “Las respuestas han sido poco consistentes, ya vimos lo que resultó de la comisión de Unasur; es decir, que América Latina ha sido muy débil al momento de expresar preocupación sobre la crisis política. Ni siquiera frente a la nueva detención de un alcalde (Ledezma)”. Otro elemento a considerar, según la internacionalista, es que el gobierno venezolano inició el señalamiento con nombre y apellido de expresidentes (como George W. Bush) y de funcionarios de alto nivel estadounidenses como personas non grata. También hizo referencia a temas polémicos como la guerra en Irak, en Vietnam y la crisis en Libia.
Sadio Garavini, embajador de Venezuela y doctor en Ciencias Políticas, precisó que la diferencia con las sanciones de los 56 funcionarios venezolanos que anunció el presidente Obama, impuesta el pasado mes de febrero, es que en aquella oportunidad no se reveló la identidad porque estaban asociados a delitos de corrupción y narcotráfico, pero esta vez son mencionados con nombre y apellido por cometer delitos contra los derechos humanos y eso empeora la situación.
“La bandera anti-yankee sirve de cortina de humo para que la gente se distraiga y desvíe su atención de los problemas del país”, afirmó. Subrayó que es la primera vez en la historia que Estados Unidos se pronuncia en favor al gobierno guyanés respecto de la zona en disputa. “En el problema de Venezuela con Guyana sobre el Esequibo y su proyección atlántica, los EEUU, desde el presidente Lyndon B. Johnson, había sido neutrales. Ahora, por primera vez, el encargado de negocios de Estados Unidos en Guyana, Bryan Hunt, dio unas declaraciones en las que apoyaban la exploraciones petroleras en esta zona”.