Credit: @CIGBCuba

Tras el anuncio de la administración de Nicolás Maduro sobre la utilización de Abdala para la vacunación de refuerzo en Venezuela, prevista para 2022, expertos advierten que aún no respaldan su uso generalizado debido a la ausencia de suficiente respaldo científico.

“Para nosotros, Abdala no es una vacuna: es un candidato a vacuna y hasta tanto no haya información científica confiable, no la podemos recomendar porque no tiene el aval científico necesario”, dijo a Efecto Cocuyo el internista e infectólogo Julio Castro, profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV). 

Venezuela ha recibido en total 9 millones de dosis de Abdala, de fabricación cubana. En noviembre, las autoridades también aseguraron que utilizarían Abdala para vacunar a niños y adolescentes, una decisión rechazada por la Academia Nacional de Medicina (ANM), la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI) y la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (Svpp). 

Para José Esparza, virólogo venezolano, profesor del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), la decisión de usar Abdala en el país se basa en la política y no en la ciencia. 

“Los resultados de Abdala no han sido publicados en ninguna revista científica arbitrada”, indicó Esparza a Efecto Cocuyo. “Más aún, Abdala no ha sido autorizada por ninguna agencia regulatoria competente e independiente. Ha sido aprobada internamente tan solo por los mismos cubanos, pero no por la Organización Mundial de la Salud”.

Además de Cuba y Venezuela, solo está autorizada en Vietnam y Nicaragua.

Buscar opciones y aumentar vacunación

Ahora, con la vacunación de refuerzo extendiéndose en el mundo, los expertos llaman a estudiar las mejores opciones aplicables al país, a partir de las principales vacunas utilizadas en la población venezolana: Sinovac, Sinopharm y Sputnik V. 

“Es evidente que la inmunidad protectora inducida por las vacunas actuales disminuye con el tiempo, y a los seis meses se requiere un refuerzo. El refuerzo puede basarse en la misma vacuna original, pero existe información que indica que un refuerzo con vacunas basadas en ARN mensajero tiene ventajas”, añadió Esparza, miembro correspondiente extranjero de la ANM. 

Para Julio Castro, el país debe pensar cómo administrar los refuerzos con las vacunas que hay disponibles: Sputnik V, Sinovac y Sinopharm.  

El pasado 2 de diciembre, la Sociedad Venezolana de Infectología también rechazó el uso de Abdala como vacuna de refuerzo. La junta directiva de la SVI exhortó a las autoridades a buscar asesoría y apoyo en las sociedades científicas para escoger las mejores opciones factibles, con fundamento técnico y científico.

La SVI mencionó el caso de Argentina, donde los adultos mayores y trabajadores de salud vacunados con Sputnik V podrán recibir AstraZeneca, Sputnik Light, Pfizer o Moderna.

“En Venezuela no tenemos estas opciones, por lo que sería importante la procura directa de vacunas como opciones de refuerzo”, añadió la SVI en su comunicado. 

Igualmente, ante la inminente llegada de la variante de preocupación ómicron, que parece ser más transmisible, los especialistas consideran que es necesario aumentar la vacunación para alcanzar altos niveles de cobertura. 

“La posible emergencia de ómicron es una buena razón para intensificar los programas de vacunación en Venezuela con vacunas de reconocida seguridad y eficacia, no con productos experimentales”, señaló Esparza. 

Venezuela: más de 44,1 millones de dosis en total

Según anuncios realizados por las autoridades del país, además de voceros e instituciones rusas y cubanas, Venezuela ha recibido al menos 44,1 millones de dosis de vacunas entre Sinopharm, Sinovac, Sputnik V y Abdala. 

Sinopharm y Sinovac suman 28,2 millones de dosis hasta el mes de noviembre a través de acuerdos bilaterales y el mecanismo Covax. No obstante, no se sabe con exactitud cuántas dosis son de Sinopharm y cuántas de Sinovac.

Desde el inicio del plan de vacunación, la administración de Nicolás Maduro solo ha anunciado públicamente los dos primeros cargamentos provenientes de China.

Cuba, por su parte, ha enviado a Venezuela 9 millones de dosis, pero solo se tiene registro público de siete cargamentos, además de las primeras 30 mil dosis enviadas a mediados de 2021.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (Cigb) de Cuba, desarrollador de Abdala, es la institución que más ha informado sobre los envíos, un rol que no ha ejercido el Ministerio de Salud de Venezuela. 

El primer lote estaba conformado por 150 mil dosis y llegó el 25 de septiembre. El 3 de octubre se sumaron 900 mil dosis más, mientras que el 7 de noviembre se informó la entrega de 1,64 millones de dosis. 

Otros tres envíos llegaron en los días siguientes: 1,6 millones el 13 de noviembre, 1,59 millones el 20 de noviembre y 1 millón más el 28 de noviembre. El cargamento más reciente data del 4 de diciembre, con 1,1 millones de dosis. 

Venezuela recibió además 6,9 millones de dosis de la vacuna Sputnik V y más de 693 mil dosis de la vacuna de Sinovac, esta última a través de Covax. 

Al país también arribaron dosis de la cubana Soberana 02, igualmente considerada como una vacuna candidata por especialistas venezolanos, pero no existen registros públicos ni anuncios precisos sobre el número de dosis enviadas desde la isla.

Tampoco se conoce exactamente dónde aplican Abdala y Soberana 02. Según la organización no gubernamental Médicos Unidos de Venezuela, en estados como Nueva Esparta y Mérida ya comenzaron a ponerla sin el debido consentimiento informado. 

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