Los docentes en Venezuela se han mantenido en la calle en los últimos dos años, tiempo en el que sus demandas por reivindicaciones sociales y salariales han caído en saco roto.

En 2022, la aplicación de un instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) los movilizó. El desconocimiento de sus contrataciones colectivas, una política que aplicó el gobierno de Nicolás Maduro desde 2018, recrudeció hace un año cuando le terminaron de cercenar sus ya depauperados beneficios médicos, contractuales y de apoyo a las familias.

Aunque hubo demandas ante el Tribunal Supremo de Justicia por la inconstitucionalidad del documento, movilizaciones de calle y reclamos, no fueron escuchados. Incluso el máximo juzgado declaró que “era inexistente”, pese a que se aplicó para calcular salarios y beneficios.

Este 2023 comenzó con nuevas movilizaciones. Un salario que no llega a los 30 dólares, sin importar ni respetar la trayectoria de los maestros, los mantiene en la calle. Aún no reciben respuestas, pero la lucha docente se mantiene.

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