Como el mismo Nicolás Maduro lo admitió, llegó sin ser esperado a la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en México el pasado 18 de septiembre. Ante el gesto, los presidentes de Uruguay y Paraguay, así como la Cancillería de Colombia, no ocultaron su desagrado.
Analistas políticos e internacionalistas señalan que de comportarse México como un país neutral, sede de las negociaciones entre la administración de Maduro y la oposición venezolana, no se hubiera permitido la participación del gobernante en la Cumbre.
Pero la realidad indica que la gestión de Andrés Manuel López Obrador (Amlo) es aliada no solo de Maduro, a quien reconoce como jefe de Estado, sino de los gobiernos de Cuba y Nicaragua, pese a las denuncias de violaciones de derechos humanos que pesan sobre el trío de países.
“Nunca fue un escenario ideal”
“En mi opinión, las negociaciones (entre gobierno y oposición) han estado en entredicho, desde el momento en que se anunció que México sería la sede, por la cercanía entre ambos gobernantes. Esto desde el principio generó dudas sobre la transparencia de las negociaciones, la oposición nunca debió aceptar que fueran en ese país”, señala a Efecto Cocuyo, la consultora política María Verónica Torres.
La analista no duda que los cancilleres de México y Venezuela hayan trazado una agenda común entre ambos mandatarios de cara a la Cumbre e incluso que se haya producido un encuentro, al menos por videollamada, entre los gobernantes, antes o después del evento de la Celac. Esto, afirma, pondría más en duda el papel de México como país neutral en las negociaciones.
Muestra de ello, explica, es el hecho de que tanto López Obrador como Maduro, sean los principales promotores de la idea de convertir a la Celac como un mecanismo alternativo a la Organización de Estados Americanos (OEA), con una secretaría general que sirva de contrapeso a la figura de Luis Almagro.
“México nunca fue un escenario ideal para unas negociaciones porque ambos gobiernos tienen afinidad ideológica, política y económica, vemos que se usó la Cumbre para intentar legitimar a Maduro y a (Juan) Guaidó ni lo nombraron”, insiste.
Desafío
Para el presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras, la presencia de Maduro en la Cumbre de la Celac fue un desafío a esa parte de la comunidad internacional que lo desconoce como jefe de Estado, principalmente a Estados Unidos.
Vale recordar que el Departamento de Justicia norteamericano mantiene una recompensa de 15 millones de dólares, a cambio de la captura del gobernante venezolano por supuesto narcoterrorismo, tráfico de drogas, lavado de dólares y posesión de armas, entre otros delitos.
Contreras señala que precisamente, como México no es neutral, el gobernante venezolano no sintió temor alguno de viajar a ese país, al igual que ocurre con Cuba, Nicaragua, Rusia y Turquía, los cuales también son sus aliados.
Reto para la oposición
Ambos analistas advierten que mientras el chavismo usa el proceso de negociaciones para tratar de ganar tiempo y legitimidad, sus adversarios tienen el reto de lograr que los frutos de esas conversaciones sean acuerdos realmente trascendentales para la población venezolana.
“Estas no pueden ser negociaciones de fines de semana o de nos reunimos cada cierto tiempo para hablar de cualquier tema. La negociación no es el fin, es un medio. No hay que dejar de ejercer presión porque se negocie, la oposición necesita dar señales claras de que este proceso llegará a algo, porque si pasa un año y no hay cambios, esas conversaciones perderán legitimidad”, advierte Contreras.
Señala que por ejemplo, temas trascendentales como las elecciones presidenciales con garantías, que no haya presos políticos y el abordaje a la crisis humanitaria no se han tratado en su justa dimensión, mientras Maduro trata de distraer la atención al solicitar que el empresario colombiano Alex Saab se incorpore a la mesa.
Torres también cuestiona que Miraflores quiera posicionar el tema de Saab a la misma altura de los humanitario y electoral y subraya que la oposición no debe permitirlo.
En la primera tanda de las conversaciones las delegaciones de Maduro y de la oposición llegaron a dos preacuerdos: Ratificación y defensa de soberanía sobre Guayana Esequiba y Protección social del pueblo venezolano, para uso de fondos venezolanos. Está previsto que la próxima ronda de negociaciones se instale del 24 al lunes 27 de septiembre en México.