Cómo construir una sociedad libre de violencia de género: activistas nos cuentan #25N Credit: Mairet Chourio

Erradicarla no solo es tarea de los entes de justicia. En las manos de todas y todos está construir una sociedad libre de violencia de género y menos machista desde nuestros espacios.

Este año que está por culminar ha demostrado que no se pueden posponer más las acciones contra la violencia basada en género (VBG). A mediados de abril y mayo de este año se dieron a conocer una gran cantidad de casos de abuso, acoso y violencia sexual en las redes sociales. Decenas de mujeres y adolescentes contaron sus experiencias y, en algunos casos, expusieron a sus agresores. Muchas otras manifestaron su apoyo y reconocieron haber vivido situaciones similares.

Ante la ausencia de cifras oficiales, las organizaciones defensoras de derechos humanos han documentado el impacto de la violencia contra las mujeres en el país. Según el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), del 1 de enero al 30 de septiembre de 2021 hubo 207 femicidios consumados en Venezuela. El monitor de feminicidios de la organización no gubernamental Utopix ha registrado 40 asesinatos de mujeres, hasta el pasado 17 de noviembre, cometidos por integrantes de bandas armadas.

Aún en este escenario hay gestos y prácticas que las y los venezolanos pueden hacer para empezar a dinamizar el cambio. Para conmemorar este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Efecto Cocuyo conversó con organizaciones defensoras de derechos humanos y colectivos feministas para conocer ¿Qué acciones (pequeñas o medianas) podemos implementar para construir una sociedad menos machista?

A continuación, sus respuestas.

Primer paso: deconstrucción

Para las defensoras y activistas una de las acciones obligatorias para acabar con la violencia basada en género es empezar a cuestionar las ideas aprendidas de la cultura machista, iniciar el proceso de deconstrucción.

“El deconstruir las relaciones de poder, de sumisión, de control, donde justamente también se ve la superioridad de un sexo sobre el otro es parte de algo que tenemos que hacer en conjunto”, explicó la abogada y directora de Cepaz, Beatriz Borges.

Los hombres pueden tener una labor activa en promover los derechos de las mujeres. Para la abogada no basta con declararse feministas, se trata de entender cómo todos y todas tenemos troqueladas estructuras patriarcales que discriminan y cómo estas violencias y desigualdades son normalizadas. Incluso se trata se abrazar temas que socialmente han tenido prohibidos como la sensibilidad, su responsabilidad en el hogar y en el cuidado.

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Ahora, ¿por dónde se puede empezar? Borges recomendó revisar la campaña He for She (Ellos por ellas), promovida por ONU Mujeres. Allí se dan claves para la participación de los hombres en la lucha por una sociedad menos desigual.

Revisar la narrativa

“Los procesos de conciencia y formación son muy importantes, porque vemos mucho que a veces por moda hay hombres que dicen: yo soy defensor de la mujer, yo soy el mayor protector de las mujeres. Justamente ese tema en la protección es parte de los estereotipos y roles de género donde el hombre es el protector y la mujer la débil”, comentó Borges.

Para la activista del grupo feminista Uquira, Melanie Agrinzones, la deconstrucción es fundamental para generar espacios menos violentos y realmente erradicar la violencia de género.

Señaló que es importante cuestionar “la narrativa que estamos usando, si nuestras palabras son violentas y violentan a personas históricamente discriminadas”. También ayuda hacer un escaneo de los espacios que ocupamos cotidianamente: revisar si son inclusivos, libres de violencia y con protocolos para atacarla.

Incorporar en todos los espacios

Para la abogada especializada en violencia de género, Georgia Rothe, es fundamental ver a las mujeres “no solo como sujetas de estudio sino como sujetas de acción”. Es decir, cuestionar la existencia de actividades, lugares y foros donde ellas no estén. Fomentar su participación en igualdad de condiciones con los hombres, reconocer sus saberes y sus experiencias plurales.

Agrinzones señaló que los hombres pueden comenzar a ceder esos espacios “y no ceder simplemente, porque esto es otra excusa del machismo, ceder porque son mujeres, no. Ceder porque estamos igual de preparadas, porque siempre se nos ha excluido de algunos espacios de toma de decisiones, de poder y espacios en general”.

La activista del colectivo Tinta Violenta, Laura Cano, también consideró que son ellos quienes deben fomentar la equidad en los espacios de toma de decisiones. “Creo que ellos, desde estos espacios de poder, son a quienes les toca realmente despatriarcalizar estos espacios. Con la participación protagónica de las mujeres y de otras identidades que no pertenezcan dentro de la hegemonía binaria de la sexualidad”.

Beatriz Borges señaló que es importante entender las dificultades que tienen las mujeres para llegar a esos espacios de participación y generar espacios de igualdad. Por ejemplo, fomentar lugares de trabajo y educación donde las labores de cuidado, que normalmente están vinculadas a las mujeres, no les impida su carrera profesional.

“El tema de las cuotas, de las medidas positivas. Que procuren que más mujeres estén presentes en las directivas de las empresas, en los espacios políticos, en todos los espacios de toma de decisiones. También en el tema económico, invertir en la formación de las mujeres”, comentó Borges.

Equidad desde la crianza

Uno de los entornos más importantes para movilizar el cambio es en casa. La psicóloga de Cecodap y facilitadora de la metodología de crianza Disciplina Positiva, Jannia Orta, explicó que una de las acciones que pueden emprender los padres, familiares y cuidadores es educar a los niños, niñas y adolescentes sin estereotipos de género. Ahí está la clave para que lo puedan aplicar fuera del hogar.

Primero, hay que hacer saber que no hay tareas ni comportamientos específicos para cada género, sino dar a entender que todos tienen las mismas capacidades.

“Que ellos vean también el ejemplo de nosotros de nosotros como padres, como familia. Lograr enseñarles y demostrarles a ellos con nuestro ejemplo que papá puede hacer labores del hogar y mamá también puede salir a llevarnos a lugares, hacer trabajos de casa. Todo el mundo puede desarrollarse según sus propias capacidades”, dijo la psicóloga.

En el caso de los hijos varones, es importante validar sus sentimientos y hacerles saber que se pueden expresar, tener sentimientos, llorar. También es fundamental cuidar el lenguaje que usamos, que no se refiera de forma despectiva a un género o lo asocie con debilidad.

Entre las habilidades que hay que fomentar durante la crianza está la empatía y cómo valerse por sí mismos. “Ayudarlos a desarrollar sus capacidades y no basarse en lo que le falta, en lo que tenemos que potenciar. (…) Entender qué puedo ayudarlo a alcanzar su mejor versión de sí mismo y eso le va a dar mucha confianza. A la vez le va a permitir saber que él puede cuidar de sí mismo y que es autosuficiente en muchos aspectos. Además, poderlo enseñar a cómo puede cuidar a otros”, señaló Orta.

Es fundamental que sepan cuáles son sus derechos y cómo los puede defender de forma asertiva, no violenta. “Enseñarles sobre también la historia, de donde viene todo este tema del derecho, de defensa de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Cuáles fueron las luchas que de pronto han existido alrededor del mundo y por qué es tan importante”.

En caso de violencia: no cuestionar ni revictimizar

“Muchas mujeres buscan apoyo en su núcleo (familiares y amistades) y son interpeladas con preguntas como ‘¿Pero tú qué le hiciste para que se pusiera así?’”, considera la abogada Georgia Rothe.

Una de las tareas necesarias para construir una sociedad menos machista y violenta es no cuestionar a las víctimas, desechar la creencia que refiere que las mujeres hicieron algo para merecerse la violencia y poner el foco en el agresor.

En redes sociales y medios de comunicación se viralizan imágenes y videos en los que se exponen los cuerpos de las mujeres víctimas de violencia, pero raras veces se muestra quién es el agresor, señaló Rothe.

“Reproducir este tipo de contenido, aunque en principio se haga pretendiendo visibilizar la violencia de género, realmente lo que hace es revictimizar a las mujeres, ya que son ellas quienes más adelante tendrán que cargar con la etiqueta de ser “las abusadas” con todo lo perjudicial que eso es en una sociedad patriarcal como la que habitamos hoy”, explicó.

Perspectiva de género

La violencia no es un asunto privado, no es algo que debe ser resuelto a puertas cerradas. “Tenemos que empezar a ver la violencia de género como un asunto público que nos atraviesa y nos afecta directa o indirectamente a todas las personas y esta es la razón por la cual debemos exigirle responsabilidad al Estado”, resaltó Rothe.

Las instituciones tienen mucho que hacer para combatir la impunidad y la revictimización. Para la activista de 100% Estrógeno y abogada, Venus Faddoul, el sistema de justicia puede empezar su proceso de cambio por crear una campaña permanente hacia lo interno sobre perspectiva de género. De esa forma, se evitarían los procesos judiciales basados en prejuicios.

“Casos como el de ella (Naibelis Noel, detenida por no impedir que su pareja, quien la maltraba y torturaba, matara a su hijo) hay muchos. Hay una revictimización en el sistema de justicia que no se ve más allá de la mujer maltratada. Está la mujer que la convierten en victimaria por ser mujer, por ser madre, ser pareja. Todo eso debido a que este se abre un proceso basado en prejuicios, pero no en normativa y no en los hechos”, señaló Faddoul.

En caso de vivir una situación de violencia, agrupaciones como En Tinta Violeta, la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) y otras ONG cuentan con líneas de atención y asesoría que puedes consultar aquí.

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