Producción petrolera de Venezuela se aleja de la promesa de Maduro
La Opep dijo que se ubicó en una media de 864.000 barriles por día (bpd)

Una nueva línea de comunicación directa entre Washington y Caracas que da pasos a nuevos escenarios. El plano económico, partiendo desde el sector petrolero, y el sector político, marcado por las sanciones internacionales, desempeñan un rol fundamental en las negociaciones abiertas por el Gobierno de Joe Biden y el del mandatario Nicolás Maduro.

Una comisión conformada por representantes del Departamento de Estado y la Casa Blanca visitó la capital venezolana el pasado 5 de marzo. Entre los temas discutidos, según informaron el New York Times y la agencia Reuters, se encuentran los esfuerzos de los Estados Unidos por alejar a Rusia de sus potenciales aliados en América Latina y la búsqueda por conseguir nuevos proveedores ante el veto estadounidense para la compra de petróleo y gas ruso.

Pero, ¿qué cambió para que la administración estadounidense decidiera entablar una conversación directa con Nicolás Maduro, tras años de aislamiento?

“El cambio crucial que da luz verde en el alto Gobierno estadounidense a estos contactos exploratorios en Caracas es el contexto geopolítico luego de la invasión de Rusia a Ucrania y el previsible aumento exorbitante de los precios del petróleo”, explicó Mariano de Alba, abogado especialista en derecho internacional y asesor de Crisis Group, a Efecto Cocuyo.

Potencial aliado energético

En ese escenario, Venezuela, el país con las mayores reservas certificadas de petróleo en el mundo, se perfila para EE.UU. como un potencial aliado en materia energética. Una versión que fue confirmada por Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, al ser preguntada por periodistas durante una rueda de prensa el pasado 7 de marzo.

Desde comienzos de este año, cuando se notificó sobre un contingente de miles de soldados rusos desplegados a lo largo de la frontera con Ucrania, e intensificado por la posterior invasión al país autorizada por Vladimir Putin, presidente de Rusia, el precio del crudo no ha parado de escalar. Tanto el Brent como el WTI, que marcan la pauta en los mercados internacionales, han aumentado en promedio un 20% en poco más de dos meses, hasta incluso alcanzar los 130 dólares por barril.

En simultáneo, de acuerdo con de Alba, la Administración estadounidense, ante el estancamiento de la crisis venezolana, exploraba cómo concretar algunos avances. “Presionaba por los familiares de los estadounidenses detenidos arbitrariamente en Venezuela (caso de los exgerentes de Citgo), por la petrolera estadounidense Chevron en su interés de conseguir un mecanismo para cobrarle la deuda a Pdvsa y por la propia oposición venezolana, urgida de un reinicio de la negociación en México”, dijo el experto.

Dos excarcelaciones

Como respuesta a dichas solicitudes, tres días después de la reunión sostenida por estadounidenses y chavistas, el gobierno venezolano excarceló a Gustavo Cárdenas y Jorge Alberto Fernández, ciudadanos norteamericanos, el primero de ellos exejecutivo de la filial Citgo, durante la noche del 8 de marzo.

Es una medida que da cuenta de la importante premura que parecen tener las nuevas negociaciones y una concesión que pudiera confirmar la disposición del Gobierno de Maduro a concretar resultados, según de Alba.

“También va a requerir un reinicio de las negociaciones en México para que el gobierno de Maduro y la oposición puedan implementar acuerdos sobre distintos temas y Estados Unidos pueda responder a esos avances con concesiones adicionales”, expresó.

Frenar la influencia rusa en la región

La prohibición a la importación de petróleo de Rusia impuesta por el presidente Biden deja un hueco en la disponibilidad de crudo en el mercado mundial y, como consecuencia inmediata, pudiera genera un aumento significativo en los precios petroleros y de productos derivados, como la gasolina.

Sin embargo, Antero Alvarado, director de Gas Energy en Latinoamérica, advierte que, al menos en el corto plazo, luce imposible que Venezuela pueda proveer a Estados Unidos todo el petróleo que anteriormente comercializaba con Rusia.

En enero de 2022, de acuerdo con el más reciente informe mensual publicado por la OPEP, Venezuela apenas produjo 755.000 barriles diarios de crudo.

“Lo que vemos es que este acercamiento no responde a un balance de energía; es decir, que Venezuela viene a compensar unos volúmenes faltantes de las ya anunciadas sanciones a Rusia”, afirmó a Efecto Cocuyo. A su juicio, interpretar el acercamiento del Gobierno norteamericano únicamente como un tema petrolero, “es no entender todo el juego”.

Desde el 2017, con la imposición de las primeras sanciones económicas de EE.UU. a Pdvsa, el gobierno chavista acentuó aún más su aproximación a Rusia, que se ha convertido en uno de sus principales socios comerciales. Durante ese tiempo, la administración de Putin ha facilitado la comercialización del crudo venezolano, brindado asesoramiento militar a Caracas y, más recientemente, otorgado vacunas contra la pandemia del COVID-19.

Ese crecimiento de influencia rusa en distintos países americanos, sostiene Alvarado, ha impulsado a los estadounidenses a tomar acciones.

“Estamos viendo que EE.UU. quiere sacar a Venezuela de la esfera de influencia de Rusia en la región. Si se entiende esto así, parte de la cooperación iría por el tema de crudo. Pero también por la restauración de la diplomacia, vuelos directos, ayuda antidroga y temas de democracia, como la presentación de un cronograma electoral. Entonces, si se ve esto como un conjunto más global, pues ya uno puede entender que el tema va más a largo plazo”, aseguró Alvarado.

¿Cómo queda ahora Venezuela ante Rusia?

“Es improbable que, al menos en el corto plazo, Rusia vaya a decidir tomar retaliaciones en contra del Gobierno de Maduro por iniciar contactos exploratorios con EEUU.”, afirma el abogado.

Actualmente, Pdvsa tiene una filial en Rusia que fue consolidada a partir de 2019, luego de que la estatal venezolana mudara su oficina europea de Lisboa a Moscú. Adicionalmente, en Venezuela se instauró Petromonagas, una empresa mixta con capital de la extinta Rosneft (que se retiró de Venezuela en 2020) y se mantienen distintas asociaciones para la explotación de campos petroleros y gasíferos.

Por ahora, una afectación inmediata que puede percibirse para Venezuela en Rusia radica principalmente entre sus activos y posiciones financieras, que se ven afectadas por la fuerte devaluación del rublo y las dificultades para administrarlas tras las sanciones internacionales contra el Estado ruso.

“Por ejemplo, el banco Evrofinance es 49% propiedad del Fonden. También es muy probable que funcionarios del Gobierno y de las Fuerzas Armadas venezolanas tengan cuentas bancarias e inversiones en Rusia, que ahora han perdido valor o son difíciles de administrar”, concluye de Alba.

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