Tras registrar el mayor aumento de casos de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, según las cifras oficiales, el número de nuevos diagnósticos ha empezado a disminuir en la capital venezolana, al igual que la ocupación de las camas dispuestas en algunos hospitales de Caracas.
En el hospital de niños J. M. de los Ríos, el principal centro de salud pediátrico del país, ubicado en San Bernardino, desde enero registraron un incremento en el número de casos. Sin embargo, en esta ola, impulsada principalmente por la variante ómicron, la mayoría han sido leves y ambulatorios, explican especialistas del centro asistencial.
Para la semana que comenzó el 7 de febrero, de las 25 camas de hospitalización disponibles para COVID-19 en la institución, solo cuatro estaban ocupadas. Ninguno de los pacientes ameritaba ventilación asistida.
“Los que permanecen hospitalizados están porque tienen síndrome inflamatorio multisistémico o son los que están más graves”, dijo la doctora Lisbeth Aurenty, infectóloga adjunta del J. M. de los Ríos, a Efecto Cocuyo. “Los que están vienen del interior o en malas condiciones, en algunos casos porque no tienen algunas medicinas. Aquí tenemos más posibilidades de ponerles los tratamientos indicados para COVID-19”.
Entre los hospitalizados en la semana había un paciente con una cardiopatía. “Algunos de los que tenemos tienen pericarditis, son pacientes de cuidado mas no necesitan ventilación asistida”.
Durante picos anteriores, como el registrado en marzo de 2021, llegaron a ocupar más de la mitad de las camas del J. M. de los Ríos.
La ola pequeña del HUC
En el Hospital Universitario de Caracas (HUC, Clínico), en la Ciudad Universitaria, los médicos notaron que en febrero comenzó a descender el número de pacientes.
“Esto ocurre fundamentalmente porque la mayoría de la gente está vacunada y porque esta variante es menos virulenta. Hemos tenido menos pacientes hospitalizados y menos demanda de hospitalización. Tuvimos una ‘olita’ pequeña desde la semana del 10 de enero, que terminó mas o menos la semana pasada (primera semana de febrero)”, indicó Martín Carballo, infectólogo del HUC, a Efecto Cocuyo.
Para la segunda semana de febrero había 10 pacientes hospitalizados en el servicio de Infectología del HUC. Aseguran que aunque los cupos están casi completos, la ola no sobrepasó su capacidad de atención.
Las salas del servicio de Infectología tienen capacidad para atender 28 pacientes entre personas con COVID-19 y pacientes con otras enfermedades infecciosas, en su mayoría personas con VIH. Dos cuartos de cinco camas cada uno se destinan a pacientes con COVID-19. Dependiendo de la demanda, pueden habilitar dos cuartos de dos camas cada uno si llegan más pacientes con la enfermedad.
Durante las olas anteriores, el Clínico fue uno de los hospitales de Caracas con mayor ocupación. En octubre de 2021, en pleno pico por la variante delta, las 14 camas de COVID-19 estaban llenas y había pacientes en lista de espera.
Pese a que existe un área de terapia intensiva para COVID-19 en el HUC, actualmente no está habilitada para todos los pacientes del centro asistencial.
Aunque los médicos consideran que el servicio de Infectología ha sido “privilegiado” porque aún cuentan con personal médico, también padecen déficit de enfermeras, falta de insumos y antibióticos, problemas de infraestructura y “pésimas condiciones de higiene”. Los equipos de protección para el personal, además, son suministrados a través de donaciones de personas y organizaciones externas al hospital.
“Una de las salas, la de hombres no COVID-19, la tenemos con el baño roto. El baño tiene cañerías rotas y tuvimos que clausurar la sala”, agregó el especialista.
Lídice: casos bajan pero aún hay hospitalizaciones
Otro de los hospitales de Caracas con capacidad para atender casos de COVID-19 es el Dr. Jesús Yerena (hospital de Lídice), al oeste de la ciudad. Ahí, los trabajadores tienen prohibido dar declaraciones a los medios sobre la situación del centro de salud. Sin embargo, una fuente del hospital aseguró que la incidencia ha empezado a reducirse, aunque la afluencia de personas con síntomas no ha cesado.
“Las tasas de incidencia han disminuido, pero sí acuden personas a hacerse pruebas con amplia sintomatología, probablemente ómicron. También estamos notando que (los hospitalizados) tienen mucha clínica respiratoria. Muchos acuden con neumonía. No son pacientes asmáticos ni han tenido clínica respiratoria previa, pero en las placas se ve una afectación importante a nivel pulmonar”, añadió.
Una semana antes, Médicos Sin Fronteras indicó que sus equipos habían evidenciado una subida en el número de pacientes con COVID-19 en los dos hospitales donde tiene presencia en Caracas: Lídice y el Vargas.
Para el 1 de febrero, de 54 camas de hospitalización disponibles para COVID-19 entre ambos centros, 44 estaban ocupadas, mientras que en cuidados intensivos, 3 de 4 camas estaban ocupadas.
Caracas, después del estado Miranda, lideró los casos por coronavirus y los decesos por COVID-19 durante la semana del 31 de enero al 6 de febrero, según cifras oficiales. Aunque hubo un aumento de decesos, los casos nuevos disminuyeron en la capital: Caracas pasó de tener 3.441 infecciones la última semana de enero a tener 1.475 la primera semana de febrero.