Credit: Miguel Rodríguez Drescher

Los embarazos no deseados son aquellos que no se planifican y que ocurren por no utilizar métodos anticonceptivos, o porque los mismos fallaron. Estos suelen ser más habituales en la población joven y se registran a nivel mundial, sobre todo en países subdesarrollados donde el acceso a métodos de anticoncepción es muy bajo. Desde distintas organizaciones internacionales se les identifica como un problema que debe ser resuelto a la brevedad.

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Venezuela, la tasa de fecundidad en adolescentes en el país es la más alta del continente, con 85,3 %. Así mismo, la nación encabeza la lista de los países sudamericanos con mayor índice de embarazos no planificados en jóvenes, con 95 embarazos por cada mil adolescentes. 

Sin embargo, no es lo mismo tener un hijo a los 17 años que a los 30, debido a que la situación psicológica, fisiológica y económica de un adulto es sumamente distinta a la de un joven.

“Van a haber distintas consecuencias por ello, primero biológicas. El cuerpo no está desarrollado lo suficiente, pueden haber complicaciones en el embarazo. Además, no suelen ser embarazos controlados porque muchas veces no hay los recursos. Entonces, podemos conseguir a niños que nacen con bajo peso o prematuros”, apunta Rosa Torres, especialista en educación de Plafam.

Además, señala que entre las otras consecuencias se cuentan el abandono de la escuela y el proyecto de vida, motivado a que la adolescente o joven tiene que comenzar a tomar el rol de adulta para convivir con la pareja. 

Según Torres, es alarmante que se estén reportando casos en Venezuela donde las adolescentes quedan embarazadas de parejas mucho mayores que ellas. “En ocasiones vemos que la adolescente queda embarazada, pero no de un par, no de un chico de su misma edad. Hablamos de diferencias de cinco, siete y hasta diez años. Esto es muy preocupante”.

Con un bebé de seis meses en brazos, Estefani Guerrero cuenta lo complejo que fue convertirse en madre a los 16 años a Efecto Cocuyo. Ella vive en la zona colonial de Petare.  

“Una intenta hacerse la dura, decirle a los demás que estás feliz para que la gente no hable. Pero la verdad es que te da miedo y lo que estás es como resignada. No sabes lo que tienes que hacer”, dice. 

El niño se llama Alberto y pesó poco más de tres kilos cuando nació. Su padre tiene 25 años y no estuvo presente para entonces, pues abandonó a Estefani después de saber que estaba embarazada. “Me dijo que se iba a trabajar a Cúcuta y luego no volvió”, comenta ella. Ahora se enfrenta sola a los gastos de manutención de un bebé, puesto que su mamá vive en Perú y el único familiar que le queda en Venezuela es su abuela. 

“Me dan ganas de llorar todo el tiempo. A veces sueño que se me enferma feo y pienso ‘¿cómo hago?’. Lo que me manda mi mamá es lo poquito que puede. Yo lo quiero, ¿cómo no va a querer una a su propio hijo? Pero es difícil. Muy difícil”, explica Guerrero. 

El aborto: ¿Una opción?

Desde Avesa, Women’s Link Worldwide, 100 % Estrógeno y otras ONG se pronuncian a favor de los derechos sexuales y reproductivos que se han legalizado en otros países de Latinoamérica, pero que en Venezuela aún constituyen un delito. Hablamos del aborto

El país se encuentra en la cúspide de la lista de embarazos adolescentes en Sudamérica y está al final en materia de aborto seguro y educación sexual integral. El Código Penal venezolano indica que se castigará con una pena de seis meses a seis años de prisión a cualquier mujer que aborte intencionalmente, en el artículo 432. Hasta el art 436 podemos encontrar lo referente a esta legislación en el código. 

La discusión en torno a ello volvió a la palestra pública desde octubre de 2020 a enero de 2021, a raíz del proceso penal en contra de Vannesa Rosales, una activista venezolana detenida por ayudar a una adolescente de 13 años a interrumpir un embarazo producido por una violación. 

“El Estado tiene que garantizar los derechos reproductivos de la población. Esto no es un asunto privado, es un asunto público de derechos humanos. Estamos súper atrasados en cuanto a los avances regionales en temas del aborto. Esto por lo que la activista fue encarcelada, en otros países es un derecho”, explica Magdymar León, coordinadora de Avesa. 

Realizarse un aborto clandestino es peligroso. Especialmente porque es habitual que las jóvenes no tengan información sobre el tema y los lugares en los que se practican no cumplen con las condiciones sanitarias.

Según testimonios de jóvenes venezolanas, existen clínicas donde se aborta “de forma segura”, donde una de estas prácticas ronda los 150 dólares y solo se realizan si la mujer no ha cumplido las 12 semanas de embarazo. Sin embargo, es una actividad fuertemente penada por la ley venezolana. 

Una joven que no quiso ser identificada, contó a Efecto Cocuyo que abortó en uno de estos sitios en octubre de 2020. “Me acababa de separar en malos términos de mi pareja, aún no me había graduado de la universidad y tenía que mantenerme sola en Caracas. Apenas me alcanzaba para vivir yo. Mi familia vive en Higuerote y no en buenas condiciones. Mi mamá me dijo que iba a respetar cualquier decisión que yo tomara pero que tuviese cuidado”, explicó.

Reflexionó sobre la idea de tener un bebé a los 22 años y pensó en la clase de futuro que les esperaba antes de decidir terminar el embarazo. “Sabía que podía ir presa. Lo sabía. Pero me arriesgué. Me dije que nadie puede obligarme a tener un niño. Leí historias de otras chamas como yo en Internet, que les ocurrió por accidente. Me pelé tomando las pastillas anticonceptivas y me pasó esto. Yo estaba muy asustada y me sentí culpable. Pero después de hacerlo y de llorar mucho, llegó el alivio. Dios, estaba tan aliviada”. 

Después de obtener un título en ingeniería, decidió aplicar para becas de posgrado en el extranjero mientras trabaja desde Venezuela. “Esta no es una decisión fácil. Fácil es juzgar a otro sin estar en sus zapatos. Lloré demasiado. Lo pensé mucho también. Antes de parir, una tiene que preguntarse si es capaz de cuidar de verdad a un hijo. Darle condiciones de vida, a eso me refiero”, culminó.

Aún entre los venezolanos, caracterizados por ser una sociedad anclada a las creencias cristianas, existe un claro estigma al hablar del aborto como un derecho. 

“Esto nos afecta más a las mujeres, porque somos las que salimos embarazadas. Aquí hay una idea muy marcada por prejuicios hacia las mujeres: la gente cree que las mujeres irresponsables son las que abortan, cuando eso no es así”, dice León y recuerda que los embarazos pueden producirse incluso cuando se utiliza un método anticonceptivo, puesto que ninguno de estos es 100% eficaz.

Actualmente, diversas organizaciones plantean la necesidad de discutir la legalización del aborto en Venezuela. En 2015, las ONG Avesa, Acción Ciudadana Contra el SIDA (Accsi) y Aliadas en Cadena, realizaron un proyecto financiado por la Unión Europea donde se afirmó que el aborto inseguro es la tercera causa de mortalidad materna. 

A dónde acudir para obtener información en materia sexual y reproductiva

Los lugares a los que se puede acudir o llamar para obtener información referente a este tema son:

Plafam (Asociación Civil de Planificación Familiar) 

Información, consultas médicas y acceso a métodos anticonceptivos

Dirección 1: Casco Colonial de Petare, Calle Madeleine, Casa Terramada, Petare – Miranda 
Teléfonos: +58 (212) 215 3023/ 271 0244

Dirección 2: Av. Este 1 de Esq. Maturín a Jesuitas, Casa nº14. Parroquia Altagracia – Centro de Caracas
Teléfonos: +58 (212) 564 7023/ 4101/ 9824

Dirección 3: Av. Victoria c/c Minerva, Qta. PLAFAM. Urb. Las Acacias – Caracas.
Teléfonos: +58 (212) 693 8323/ 8830/ 8557/ 8255/ 5046

Avesa (Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa)

Información y ayuda psicosocial

Dirección: Edificio La Linea, Av. Libertador, Caracas 1052, Distrito Capital
Teléfonos: +58 (212) 781 9210

PROSALUD

Información y asesoramiento

Dirección: Av Libertador, cruce con calle Alameda, edificio Folgana, piso 9, oficina A-9. El Rosal – Caracas
Teléfonos: +58 (212) 953 86 03 / 0800 PROSALUD

Lee más sobre Educación Sexual aquí:

Hablemos de anticonceptivos: ¿cómo cuidarse en Venezuela? ( I)

Infecciones de transmisión sexual en Venezuela: un peligro silencioso (II)

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