Tras la llegada de ómicron a Venezuela, la variante del coronavirus más transmisible detectada hasta el momento, el internista e infectólogo Julio Castro consideró que el escenario más probable es que tenga el mismo comportamiento que ha registrado en otras naciones, y que genere un incremento en el número de casos de COVID-19.
“Yo esperaría que en las próximas semanas, como ya lo estamos viendo en algunos sitios, empiece a aumentar la transmisión después de este período de ‘luna de miel’ que habíamos tenido en el mes de diciembre, que es lo mismo que está pasando en Estados Unidos, que es lo mismo que está pasando en Europa, sobre todo en Europa occidental”, dijo la noche de este 5 de enero durante una charla virtual organizada por la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), a la cual pertenece.
Castro, profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV), destacó que aunque ómicron es menos letal que otras variantes, su alta capacidad de contagio ya ha generado presión sobre algunos de los sistemas sanitarios mejor preparados del mundo y ha ocasionado el punto más alto de la pandemia, por lo cual Venezuela debe seguir el avance de ómicron con cautela.
“Ya es común, al menos en la zona metropolitana de Caracas que conozcas a una o un par de personas que estén infectadas, la mayoría con enfermedad leve, pero este aumento del volumen creo que va a generar algún impacto importante“, indicó.
Datos discordantes
En el caso específico de Venezuela, los registros independientes como el elaborado por la organización Médicos por la Salud, muestran una discordancia con los casos oficiales reportados en las últimas cinco semanas, de acuerdo con Castro.
Mientras los datos oficiales muestran un descenso en el número de casos positivos, el monitoreo independiente muestra un aumento en el número de ingresos a hospitales por enfermedades respiratorias.
“La primera posibilidad: que estemos viendo patologías respiratorias en los centros hospitalarios del país que no sean COVID-19 , que sean otra cosa, por ejemplo, que tengamos un brote de influenza también. En Venezuela el monitoreo de influenza es escaso en términos generales, pero otra posibilidad es que no se están haciendo los diagnósticos moleculares suficientes por PCR, o una combinación de ellos. Lo más probable es que sea una combinación de ellos”, añadió.
Castro expresó que la información oficial de la última semana, en promedio, no reportó casos en diez entidades, situación que muestra una merma en la capacidad de diagnóstico de COVID-19. Entre las razones, resaltó la posibilidad de haber registrado fallas logísticas, como falta de insumos para tomar la muestra, problemas en los laboratorios o ausencia de personal, lo que afecta el número de casos positivos oficiales.
“Al no reportar la mitad del país, obviamente estos datos oficiales empiezan a no tener mucho significado y nosotros pensamos que el monitoreo no oficial puede dar pistas”, explicó. “Tampoco tenemos el porcentaje de PCR positivos, porque es una información que nunca se ha compartido, y eso no nos permite entender el fenómeno”.
Qué mejorar en Venezuela
Castro, médico de la Policlínica Metropolitana, expresó que es importante tener datos certeros sobre la epidemia en Venezuela, pero a dos años del inicio de la pandemia, el país no cuenta con boletín epidemiológico ni con una página que proporcione información sobre casos, defunciones, porcentaje de positividad, ocupación de camas o vacunación.
“En la medida que no tengamos datos, en Venezuela vamos a tener un pie cojo. Es un tema de voluntad política. No hay razones para no tener datos”, señaló.
Otro de los aspectos a mejorar en el país es la vacunación, basada en la confianza que los entes pueden generar en las personas.
“Sin lugar a dudas, los entes académicos, junto con la Iglesia y las universidades, son quienes tienen un nivel de confianza por encima del promedio. Yo creo que apoyarse en eso, entendiendo que el Ejecutivo toma las decisiones finales, incorporar a las sociedades en esta toma de decisiones, o al menos en la discusión, es central en el avance de esto”, indicó.
El experto igualmente destacó que es importante acelerar la vacunación de refuerzo para disminuir el impacto de ómicron, priorizando a aquellos con mayor riesgo, como trabajadores de salud y personas mayores de 65 años. En Venezuela, la vacuna más disponible para el refuerzo es la de Sinopharm, aunque también está el primer componente de la vacuna Sputnik V, denominado Sputnik Light.
Además aseguró que es tiempo de mantener el uso de buenas mascarillas, de preferir los espacios ventilados y de volver a los conceptos de burbuja y zonas de alto riesgo para evitar la transmisión.
El futuro de la pandemia
Julio Castro prefirió ser prudente al opinar sobre el futuro de la pandemia. Mientras algunos consideran que ómicron puede ser el principio del fin, llamó a ser cautos al manejar información.
“No hay una línea clara de transmisibilidad y letalidad que pueda definir y estimar que la situación está pasando. Creo que obedece al azar y a un concepto de ecología del propio virus. No es que no crea que no pueda pasar, yo quisiera que estuviéramos de camino de salida con un virus menos letal que se convirtiera en algo banal, quisiera que eso pasara, pero creo que no hay argumentos científicos fuertes para pensar que eso va a ser así”, dijo.