Cada vez que un país, cualquier país, aprueba una ley o da respaldo jurídico a los derechos de las mujeres y de los grupos de la diversidad sexual, gana la humanidad. Con leyes de ese tipo se le otorgan derechos a sectores sociales que han estado por siglos desprotegidos social y jurídicamente, lo que ha dado pie a abusos y discriminación. Mientras más personas tengan protección legal por su condición de ser, menos gente sufrirá, menos conflictos sociales habrán.
Recientemente, se han dado zarpazos a las reivindicaciones legales relacionadas con libertades sexuales en algunos países, como el NO a la propuesta de Constitución en Chile, modelo vanguardista en enfoque de género y derechos sexuales; y la suspensión de la legalidad del aborto, después de 50 años de vigencia en EEUU. Pero, por otro lado, hay significativos avances, como en España, donde se ha aprobado la ley del solo SÍ es SÍ para sancionar el abuso y las agresiones sexuales a mujeres.
Antecedentes de una ley precursora
Hace pocos años un grupo de amigos que andaban de juerga en Pamplona, España, decidieron violar a una joven que también estaba de juerga. La joven los denuncia, los detienen y comienza un accidentado juicio debido al poder económico de las familias de los jóvenes. El caso es conocido como La Manada.
Una de las razones de quienes lograron reducir las penas a los 5 violadores es que la chica nunca dijo que no, tampoco se resistió, sino que cerró los ojos ante el ataque. La no resistencia se interpretó como que ella quería que pasara lo que pasó y que aquello fue solo un abuso sexual por parte de los caballeros que decidieron penetrarla uno por uno mientras los otros cuatro contemplaban el acto, esperando su turno.
En las recomendaciones acerca de cómo comportarse ante asaltos de cualquier tipo, destaca no resistirse ya que así aumenta el riesgo de que la persona asaltada resulta herida o muerta pero según la mayoría de leyes sobre delitos sexuales, en contra de las recomendaciones ante asaltos, si la mujer no se resiste a un asalto sexual es porque “admite ser asaltada”, casi que quiere que así sea.
La violación ejecutada por La Manada y el veredicto del juez conmovió a la sociedad española no machista y movilizó a organizaciones feministas y de la población en general ante la alta vulnerabilidad legal de las mujeres en los casos de violación sexual. La impunidad de los agresores sexuales es una de las causas de la violencia machista, en todo el mundo. De allí la necesidad de leyes que la sancionen.
La ley del solo SÍ es SÍ
La ley recientemente aprobada en España con la sola oposición de los partidos retrógrados, se basa en la necesidad del consentimiento expreso de la mujer para ser tocada y penetrada sexualmente. Solo si dice sí, es sí. Esta reforma del código penal reduce las posibilidades de argumentos en defensa del violador. “Ella no dijo nada” o “no fue clara”, o “no se resistió”, dejan de tener respaldo legal. Si ella no dijo sí, es no, reconoce la ley. Más protección para la mujer.
Al diferenciar el abuso y la agresión sexual con una sola palabra SÍ o No, se facilita aclarar la duda: “Toda relación sexual sin consentimiento expreso será considerada agresión” y, por tanto, violación. La ley tiene expresiones filosóficas necesarias en nuestro tiempo: «se considerarán agresiones sexuales todas aquellas conductas que atenten contra la libertad sexual de la otra persona».
La del solo SI es SI es una ley claramente feminista para enfrentar a los hombres machistas, no a los hombres en general, como suele pasar con algunos planteamientos feministas.
La sociedad deseada
El pensamiento machista considera que las agresiones sexuales se producen porque la mujer las provoca por estar “donde no debía estar,” “con quien no debía estar,” “haciendo lo que no debía hacer”, “vistiendo como no debía vestir”, entre otras razones. Ese pensamiento arrastra la idea de que la mujer es la perdición del hombre como Eva lo fue con Adán. Ideas retrógradas.
La inmensa cantidad de actos violentos contra las mujeres no son provocados por ellas, los genera una sociedad donde predomina el pensamiento machista, en el que ellas son la perdición de los hombres. Ya basta de pensar que las mujeres deben tomar medidas, cuidarse, para no ser agredidas. A las mujeres se les enseña a ser indefensas, en la cotidianidad, y sumisas, en lo sexual, como forma de perpetuar el poder machista, con el cual hay que acabar.
Las mujeres de muchas partes han reaccionado ante la opresión y abusos machistas. Movimientos de denuncia como “el violador eres tu”, “me too” y “yo si te creo”, entre otros, han servido para evidenciar una realidad histórica de violencia contra ellas en la que el violador no se ve o se le perdona el abuso o la agresión, por el hecho de ser hombre, representar al poder.
La educación con visión de género en todos los planos para hombres y mujeres y la aprobación de leyes que protejan a las personas que por siglos han sido abusadas debido a su sexo o género están entre las acciones para sentir que vamos hacia un mundo mejor, a una sociedad más justa. Por eso celebramos la aprobación de una ley como la de SI es solo SÍ. Sin duda, un ejemplo a seguir.
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