La semana pasada los hice recorrer recientes titulares de los principales medios latinoamericanos, en los cuales insólitamente, mandatarios legitimados democráticamente, mostraban una ralea francamente autocrática. Esto independientemente de su postura política, de izquierda o derecha, haciendo “lo que se les viene en gana” y violando los mínimos principios de institucionalidad.
Además de que muchos de nuestros gobiernos, coquetean con el feudalismo medieval, Latinoamérica se va, poco a poco, plagando de un comportamiento político surrealista. Sí, una conducta extraña, en virtud de la cual, nuestros líderes políticos esconden con “bombas de humo y un rosario inagotable de excusas”, sus ineficiencias administrativas, miserias y calamidades económicas.
La Copa América
Hace ya casi 2 semanas, Argentina ganó la Copa América después de 28 años. Al minuto 21, un pase medido del volante Rodrigo De Paúl, encontró habilitado a Ángel Di María, quien con un “sombrerito” anotó gol.
A esta noticia, que todavía ocupa un sorprendente centimetraje en prensa y en el corazón de la población argentina, se suma la nueva de que el presidente Fernández, se dedica al proceso de inhabilitación de tres empresas petroleras que, sin autorización de Buenos Aires, realizan actividades de explotación en la cuenca de Las Malvinas -cuidado con los ingleses pana, sino pregúntale a Galtieri.
Además, el mismo mandatario, promulga ley laboral para la comunidad Trans, cuya esencia y necesidad jurídica, incluyendo a los mismos “argentinos Trans” están tratando de entender. ¿Por qué hacer una ley laboral para los Trans?, ¿acaso, no se sobreentiende que la legislación actual, aplica por igual a cualquiera?
Todo el show deportivo, soberano y pro-diversidad, durante estos últimos 15 días, ha servido para medio ocultar, una economía vuelta un quilombo –usando un lunfardo-, con un 25% de devaluación del dólar paralelo en el último año, una imparable devaluación del peso, y una inflación acumulada del 50% desde el inicio de 2021.
Lo anterior, resulta consecuencia de una política monetaria expansionista, hecha a la medida, para cubrir las promesas populistas de “La Cámpora”, verdadero órgano de gobierno argentino, mientras emerge nueva pobreza a borbotones en el país austral.
Fútbol, soberanía anti-Malvinas, Ley de inclusión Trans. Sin duda muy creativo señor presidente. Buena puesta en escena Alberto, ¡para mearse de la risa o llorar sin parar!
En contrapartida, Brasil, llora la pérdida de la Copa América, mientras supera los 19 millones de contagiados por COVID, con más de 500 mil muertos y reconoce la importante penetración de la nueva variante delta de la India, mucho más virulenta y mortal.
Incidentalmente, las autoridades sanitarias del país suspendieron la compra de 20 millones de vacunas por presunción de corrupción, ya que la administración de Bolsonaro habría comprado la vacuna india Covaxin, a un precio 11 veces mayor.
Sobre el mismo tema, el mismo presidente Bolsonaro, ha sorprendido a todo el mundo con unas declaraciones cuanto menos, inusuales, a la hora de advertir sobre los posibles efectos secundarios de la vacuna contra el covid-19 desarrollada por Pfizer. Al respecto refiere: “El contrato de Pfizer es muy claro: no nos hacemos responsables de ninguno de los efectos secundarios. Si llegas a convertirte en caimán es tu problema“, afirmó durante la celebración de un acto público.
De corazón he de decirles, si el presidente argentino es creativo, este pana brasilero, debería dedicarse al “stand up comedy”. ¡Que “cara e´ tabla”, por decir lo menos!
Humo de otros colores
No muy lejos de Brasil, en Paraguay se preparan para las elecciones municipales de octubre con el estreno del voto electrónico. Esto es el “trending topic” en todos los medios desde hace semanas.
Escudriñando en los diferentes portales, apenas de “ladito”, aparece la noticia, de hace un par de semanas, la cual asegura que Paraguay ya no encabeza la lista mundial de mortalidad por COVID. Ahora, se ubica en el tercer lugar de dicha lista, encabezada por Namibia (19.23%) y Túnez (12.22%), antes de Paraguay (11.46%). Siguen en orden descendiente de mortalidad, Argentina (9.09%), Surinam (9.01%), Colombia (7.96%) y Brasil (6.10%), Chile (5.78%) y Uruguay (5.18%).
No podemos dejar de notar, en el último listado, que 7 países son sudamericanos. Pues, para Paraguay, así como para la mayoría de nuestros países, la muerte parece haber perdido valor, respecto a temas deportivos, electorales, económicos y vaya usted a saber qué otro. Total, ¡son solo vidas!.
Surrealismo puro: ¡Gabo, te quedaste corto!
En Colombia, el senador Iván Cepeda, asegura que su país sirve como laboratorio para formación de mercenarios para EE.UU. Tal declaración, ocurrió después de que el director de la Policía Nacional de Colombia, general Jorge Luis Vargas, declarara la semana pasada, que han corroborado la identidad de 26 colombianos, sospechosos de haber participado en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse. Los asesinos habían sido contratados por la empresa de seguridad estadounidense, CTU, con sede en Florida.
Así a lo ligero, pasó por debajo de la mesa una declaración tan grave como la de Cepeda, sin ningún pronunciamiento defensivo, ofensivo o expiatorio por parte del ejecutivo. Lo que nos faltaría escuchar para hacer de esto una parodia, es que alguno de nuestros hijos, ya después de hacerse “unos duros” en Call of Duty o Mortal Kombat, nos pida un cupo en una universidad del vecino país, para hacer su grado de mercenario.
Dejamos nuestra amada patria, para el final, como el indudable corolario del surrealismo político, social y económico latinoamericano.
El hecho noticioso predominante es que el gobierno de Venezuela sigue en su empeñosa lucha contra el hampa, ofreciendo recompensas por “El Koki”, “Galvis” y “Vampi”. Estos ya célebres líderes de bandas criminales, sembraron terror y mantuvieron hace 2 semanas, en estado de sitio, diferentes sectores de Caracas y sus alrededores, durante más de 48 horas. Continuas balaceras y fuego cruzado por enfrentamientos con los cuerpos de seguridad del Estado, costaron la vida a más de 30 personas.
El Koki, por cuya aprehensión el gobierno ofrece 500 mil dólares, declara a través de las redes, que pusieron un precio muy bajo a su cabeza. Esto lo afirma porque los gringos tasaron la cabeza del presidente Maduro en 15 millones de dólares. El Koki, asegura que su cabeza es mucho más valiosa que la del presidente, quien lleva meses tratando de capturarlo, sin éxito. Apenas, el lunes pudieron capturar a Carla Díaz, alias La Pelúa, una de las gariteras (guardianas) del criminal.
El gobierno nacional aduce que el Koki es un infiltrado de los gringos para desestatizar la paz nacional. De hecho, lo han relacionado con dirigentes de la oposición, como el ya varias veces convicto político, Giber Caro.
Mientras Caro pasó a la clandestinidad, para que no lo metan preso por tercera vez, la semana pasada fue detenido Freddy Guevara, imputado de terrorismo, asociación para delinquir y no sé cuantas cosas más. Esto ocurre con la presencia en el país de la Unión Europea y del grupo de Oslo, como promotores del diálogo entre oficialistas y oposición. Por otra parte, mientras el gobierno persigue y encarcela políticos opositores, el G4, quizás en un movimiento estratégico, parece ponerse de acuerdo para participar en las elecciones de gobernadores y alcaldes de noviembre. Si, no, si, no, si no…¡no los entiendo, pana!.
Políticos presos, criminales sueltos, la economía del país destrozada y la arquitectura social desecha a punta de pobreza, los venezolanos conferimos igual gravedad al Koki; a las vacunas que no llegan, a las futuras elecciones; al pobre Freddy, que está comiendo reja y a Caro que está escapado. Lo sorprendente de nosotros, los venezolanos, es el acostumbramiento a este caos, como si nada pasara. Algunos estamos en nuestras casas, otros en nuestros lugares de trabajo, otros escribiendo artículos de opinión.
Con la concentración geográfica más extensa de economías emergentes, 650 millones de habitantes distribuidos en 20 millones de kilómetros cuadrados, llenos de recursos naturales incalculables, un grado de industrialización creciente y chorros de talento humano, no hay impedimento para convertirnos como región, en una potencia económica. Además, estamos inexorablemente urdidos por idiomas, costumbres y orígenes comunes, lo que nos confiere una identidad cultural única.
No dejo de preguntarme, de manera terebrante, torturadora, ¿qué nos pasa a los latinoamericanos, que nos hemos hecho cómplices de la locura en que vivimos?, ¿cómo toleramos que élites viejas y nuevas, sociales y políticas, jueguen con nosotros sin ningún tipo de prejuicios?, ¿por qué nuestra calma y hasta conformismo, ante la pobreza y asimetrías a las que estamos subyugados?, ¿será la resignación nuestro destino?, ¿seremos nosotros mismos, nuestra esencia, la que no oprime?, ¿qué nos hace falta para entender qué LatAm, que cada uno de nuestros países, son nuestra tierra de gracia?
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