La mortalidad sigue acelerándose. Las primeras 51 muertes atribuidas al COVID-19 en Venezuela se alcanzaron el pasado 30 de junio, lo que tomó 109 días desde los dos primeros casos anunciados el pasado 13 de marzo. Las estadísticas oficiales sumaron otras 49 víctimas sólo quince días después y otras 51 en apenas los siguientes 13 días.
Ahora, con el anuncio de siete muertes durante la noche del 6 de agosto, se registraron 51 nuevos fallecidos en tan sólo nueve días. El promedio pasó entonces de 3,9 muertos al día a 5,7 muertos cada 24 horas.
Desde el 24 de junio se reportan fallecidos todos los días, pero el diputado José Manuel Olivares, comisionado presidencial para la salud del gobierno interino de Juan Guaidó, denuncia un subregistro. Hasta el 3 de agosto había al menos 175 muertes no reconocidas, cuando oficialmente se contabilizaban 174 fallecidos.
Entre los fallecimientos no contabilizados están 40 de los 52 trabajadores de la salud que han fallecido por coronavirus, según conteo de la ONG Médicos por la salud, el cual ha aclarado que no sólo se basa en pruebas PCR sino también “en criterios clínicos, epidemiológicos y radiodiagnóstico”. En el monitoreo realizado por Efecto Cocuyo, serían 44 los trabajadores de la salud fallecidos, de los cuales se ha oficializado sólo la muerte de 11 de ellos.
Los casos más reciente es el del ginecobstetra Jesús Peña del estado Mérida y el internista e infectólogo Anselmo Rosales en el estado Aragua, pionero en el tratamiento del VIH en el país. Tampoco está incluido en el balance de la Comisión Presidencial para el COVID-19 de la administración de Nicolás Maduro la muerte en Delta Amacuro reportada el pasado 20 de julio por la gobernadora oficialista de la entidad.
De las 202 personas fallecidas, según los datos oficiales, hay 144 hombres y 52 mujeres, así como seis personas cuyo sexo no fue especificado. Cinco de ellas en el balance dado el 1° de agosto. Se mantiene el porcentaje de masculinidad entre los fallecidos de 72% que existía el 28 de julio con 151 fallecidos.
Letalidad y mortalidad
Si se compara el número de muertes con los casos encontrados, se obtiene la tasa de letalidad, esta se ubica apenas en 0,87%; mientras que la mortalidad, que compara los fallecidos con la población, es de apenas 7,08 muertes por millón de personas, al considerar una población de 28,5 millones de personas, como encontró la Encovi 2019-2020.
De acuerdo con el siguiente gráfico generado por Our World In Data, Venezuela seguiría exhibiendo la tasa de letalidad más baja de Sudamérica, con 202 muertes sobre 20.280 casos tras el reporte del 6 de agosto. Sin embargo, el pasado 15 de julio, Venezuela era entonces superado por Paraguay que tenía una tasa de tan sólo 0,78%.
Sin embargo, considerando 377 fallecidos, al sumar los casos no oficializados que denuncia el diputado Olivares, la tasa de letalidad venezolana se ubicaría en 1,62%, lo que entonces sería más alta no sólo que la de Paraguay sino también que la de Surinam, acercándose además a la de Argentina (1,9%).
Zulia, el más afectado
Con 11 muertes en los últimos nueve días, el Zulia es el estado que sigue repuntando la cantidad de fallecidos más elevada con 62 decesos: 20 mujeres y 42 hombres. Esto equivale a 31% de los fallecidos del país.
Entre ellos el promedio de edad es de 53,8 años pero se desconoce el dato en tres casos, que equivale a 7,5% de los hombres. Se conoce que 25 vivían en Maracaibo, tres en San Francisco, dos en Cañada de Urdaneta y uno cada uno en Rosario de Perijá, Francisco Pulgar y Lagunillas; mientras que se desconoce la ubicación de 11 casos.
Se encuentran nueve comerciantes y uno informal, un trabajador de empresa petrolera, un técnico químico y uno aeronáutico, dos médicos y un “profesional de la salud”, un efectivo militar y un funcionario de la gobernación, Vidal Atencio. También un jubilado, un zapatero, un cocinero, así como dos obreros, un transportista de carga pesada y un pescador. Se desconoce el oficio de 19 hombres.
Para las zulianas la edad promedio entre las fallecidas es de 56,4 años. Por municipios, 11 eran de Maracaibo y una en cada una de estas localides: San Francisco, Cabimas, municipio Lossada, Semprún y Mara. Cuatro casos no tienen ubicación de municipio. Entre los oficios se puede ubicar a cuatro comerciantes, tres amas de casa, una docente y una médica jubilada, pero se desconocen datos profesionales de 11 féminas.
Caracas tiene 42 fallecidos
Para el resto de los fallecidos por entidades se encuentra Distrito Capital con 42 mientras que Miranda acumula 18 muertes y Táchira 17. Le siguiente Sucre con 11, Bolívar con ocho y Lara siete. Tienen seis Mérida y Carabobo mientras que Trujillo y Falcón suman cinco. Entre las que tienen menos está Guárico con 3 mientras que Yaracuy, Vargas, Aragua y Anzoátegui tienen dos y Nueva Esparta una.
Si se consideran sólo los últimos nueve días, hubo 11 muertes en Zulia, diez en Distrito Capital, siete en Miranda, siete en Táchira, cuatro en Mérida, tres en Carabobo, dos en Sucre, Guárico y Bolívar y una más tanto en Lara como en Falcón.
También hay tres víctimas de las que no se conoce su ubicación: el caso del 5 de julio que fue incluido a última hora por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, aunque Nicolás Maduro no la había contabilizado y del que no se tiene ningún dato, un hombre el pasado 9 de junio y otro hombre de 67 años del 20 de abril.
Patologías
En la base de datos elaborada por Efecto Cocuyo se encontró que sólo en 96 casos se especificaron detalles sobre el estado de salud previa de las personas. Esto representa un 47,5% de los reportados, una caída desde el 54,3% del 28 de julio y del 62% de los casos de los cuales se conocían sus condiciones previas para el pasado 15 de julio.
Cada vez se sabe menos sobre los fallecidos, lo que hace más difícil comparar la casuística nacional con lo investigado a nivel mundial.
Con los nuevos datos las personas que padecían de hipertensión arterial subieron de 47 a 51 personas, aquellas con diabetes se elevaron de 31 a 38. Las personas con problemas de exceso de peso pasaron de 19 a 20. Así mismo, si los fallecidos se clasifican por quienes tenían condiciones previas, 38 poseían una, incluyendo una embarazada, 22 tenían dos patologías recurrentes y 25 tenías tres o más co-morbilidades.
Sólo se ha reportado una persona fallecida sin condiciones previas de salud pero se desconoce la salud de más de la mitad de los casos (52,4%).
Si se consideran sólo los casos con datos sobre su condición antes de contagiarse, entonces 53,1% tenían hipertensión; 39,6% diabetes y 20,8% sobrepeso; además, 39,6% tenían una condición, 23% tenían dos condiciones previas y 26% acumulaban tres o más, con apenas 1,04% que tenía buena salud.
De acuerdo con un estudio del Instituto de Epidemiología para la Salud Pública de Italia, publicado el pasado 17 de marzo, de 355 muertes por COVID-19 de 16.925 casos confirmados sólo 1% de las muertes no tenían condiciones de base, 25% una condición, 25% dos condiciones y 48% tres o más condiciones.
Así que en Venezuela las muertes con una sola patología previa son mucho más elevadas que las estudiadas en Italia, pero la estadística local es poco fiable por la cantidad de casos sin detalle, incluyendo seis descritas como con “multiples patologías” el pasado 31 de julio.
Profesiones y oficios
Con 101 casos en los que se han brindado información sobre su trabajo, destacan 29 comerciantes. Entre el personal del sector salud que se ha oficializado, se encuentran cinco médicos y una médica jubilada, un enfermero y dos enfermeras, así como dos personas descritas como “trabajador de salud”, un administrador de un centro de salud de 56 años que vivía en Catia y un supervisor de cadenas de farmacias.
Resaltan además diez amas de casa, seis jubilados y pensionados, un bombero y paramédico así como un efectivo militar. Sin embargo, el COVID-19 no hace distinción laboral porque también hay un docente, un zapatero, un carpintero, el gerente de un gimnasio, un empresario, un agricultor y dos profesores universitarios. Así mismo, durante estos últimos nueve días se conoció la muerte de un inspector del CICPC y del cónsul de Venezuela en Boa Vista.
Mueren más jóvenes
Sólo un niño ha fallecido en Venezuela por COVID-19. Se trataba de un niño de 3 años de Lara que tenía una válvula cardíaca e hidrocefalia. Su caso fue anunciado por la gobernadora Carmen Meléndez el pasado 1 de junio y luego oficializado por Maduro esa noche en el reporte diario de la Comisión Presidencial. Vivía en Carora, municipio Torres.
Por grupos de edades, hay 15 fallecidos entre los 29 y 39 años; 20 entre los 40 y 49 años; 52 entre los 50 y 59 años; 55 entre los 60 y 69 años y finalmente 38 entre los 70 y 91 años. En 21 casos no se precisó la edad de la persona.
Así que el grupo que más ha subido relativamente es el de los 29 a 39 años, pues pasó de 10 a 15 casos; es decir, 50 % más; es seguido de las personas mayores a 70 años, cuyos casos subieron 46%. El que menos subió, los que están en los cuarenta con apenas 17% más casos.
Eso arroja una mortalidad menor al 1% en niños, niñas, adolescentes y menores de 29 años. Se eleva a 8,28% entre las personas de 30 años; sube hasta 11% en los que están en la edad de los 40; hasta 28,7% entre los 50 y 59 años; 30,4% para los ubicados en los 60 años y sólo 21% entre los mayores de 70 años, considerando que el 10,4% de los casos no se conocen.
Siguen bajando muertes entre 50 y 59 años
Al llegar a los primeros 100 casos, habían sólo tres casos entre las personas más jóvenes de 29 a 39 años, cuando entonces equivalían a 3% de los casos. Esto significa que se han quintuplicado en proporción en tan sólo tres semanas. Esto coincide con las advertencias realizadas por la OMS sobre el cuidado que también deben tener las personas más jóvenes.
Por otro lado, entre quienes están entre los 50 y 59 años, han pasado de 32 casos (50% de los casos con edad conocida) al llegar a las primeras 100 muertes a ser ahora sólo 28,7% (la mitad) cuando se han duplicado los fallecidos.
Usando los datos de Italia y Reino Unido, los investigadores de esos países han observado que las muertes en menores de 29 años rondan entre 0 y 0,2%. Entre 29 y 38 años es de 0,5% de las muertes estudiadas; en los 40 ronda entre 0,8% y 1,7%; entre los 50 y 59 años es de 2,5% mientras que entre sexagenarios 9,7%. A partir de los 70 años se acumulan 79,8% de los fallecimientos.
Una marcada diferencia con Venezuela, en la que no sólo la mayoría de muertes está en quienes están en la década de los 50 con una de cada cuatro muertes sino que en el país las personas entre 29 y 39 años muestran una mortalidad 15 veces más alta que en Italia y Reino Unido.
Cuando Venezuela tenía 100 muertes el promedio de edad entre los fallecidos era de 60,1 años. Con 151 muertes el promedio bajó a 59,6 años y con 202 se coloca en 59,9 años, debido a que las últimas 51 muertes muestran un promedio de 60,9 años.
Desconocimiento de género
Si se divide por sexo, los hombres tienen un promedio de 58,9 años, apenas 0,1 años más que cuando había 151 muertes) mientras las mujeres 62,5 años, uno más que la medición anterior. Esto exhibe una comportamiento desigual. La edad de los hombres fallecidos sube muy lentamente, su promedio era 58,6 años el 15 de julio, pero ellas exhiben en promedio un año más entre las fallecidas que hace nueve días, cuando mostraban dos menos que una quincena anterior.
Así que aunque mueren menos mujeres, se desconoce si su edad promedio está subiendo o bajando. Aunque entre las 21 personas de las que no se detalló su edad, sólo hay una mujer, ahora también se encuentran seis personas de los que se desconoce el sexo. Las conclusiones también pueden ser apresuradas considerando que hay, al menos, 174 muertes no reportadas.