Venezuela superó la barrera de 10 mil contagios de COVID-19 el martes 14 de julio. La Unidad de Datos y Fact-checking de Efecto Cocuyo hizo un repaso de este hito, que se alcanzó 123 días después de los dos primeros casos anunciados el pasado 13 de marzo.
Duplicándose
La velocidad de propagación del virus se ha ido acelerando en los últimas seis semanas.
Desde el principio de la cuarentena hasta el pasado 8 de junio, se acumularon 2.473 casos. Se requirieron 89 días para eso. La cantidad de casos acumulados se duplicaron, alcanzando los 5.130 casos, el 27 de junio, apenas 19 días luego.
Y de nuevo se duplicaron para llegar a los 10.010 casos en otros 17 días.
Este ritmo se mantiene desde el 8 de julio cuando el país alcanzó los 8.010 casos. Desde entonces la mitad de los casos se habían alcanzado exactamente 17 días antes.
Bajo esa misma tasa de contagio, sin aumentar, se puede proyectar que para finales de julio habrá 20.020 casos y a final de agosto cerca de 80 mil casos contagiados.
Esto continuaría hasta llegar al pico o meseta, cuando los casos se estabilizan sin subir o bajar, para luego empezar a descender. Esto sólo será posible saberlo cuando las estadísticas lo revelen como señaló Tulia Hernández, epidemióloga y asesora de la Organización Panamericana de la Salud en Venezuela.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela estimó que el pico de contagios, entre mil y cuatro mil diarios, se daría entre junio y septiembre, pero Hernández dice que no se sabe aún si después de esos meses bajarán los contagios.
El modelo del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington coincide con ese escenario pesimista, pues basado en los casos oficiales reportados hasta el 11 de julio, estima que para el 1° de noviembre en Venezuela habrá 43.822 casos y 278 muertes cada día para un total de 6 mil fallecidos. También estiman que las muertes diarias bajarían a 114,7 si se cumple el uso universal y adecuado de mascarillas.
Aumento semanal
El crecimiento exponencial también se nota al comparar las semanas epidemiológicas (de lunes a domingo). Las primeras nueve semanas muestran promedio de 7,2 al día mientras que las siguientes subieron a 152 casos al día.
Significa que hay 20 veces más posibilidades de contagiarse ahora que al principio de la cuarentena.
Pero el promedio sube mucho más si consideramos los datos más actuales. La semana del 6 al 12 de julio registró un promedio de 328 casos por día, casi lo mismo que los casos de todo marzo y abril, que sumaron 333 casos en conjunto.
Esa semana, con 2.296 casos, tuvo 22,6% más casos que la anterior, con 1.872.
Así que las dos primeras semanas de julio suman 4.178 casos, casi la totalidad de los 4.322 de todo junio.
Bajan los recuperados
Con 7.243 casos activos, la tasa de recuperación en Venezuela al superar los 10 mil casos es de apenas 26,7%, aunque estuvo en 58,2% el 13 de abril. Entonces bajó lentamente hasta que repuntó de nuevo a 52% un mes después.
Luego cayó progresivamente hasta sólo 16,6% el pasado seis de junio. Entonces en los boletines diarios se empezaron a sumar importantes cantidades de recuperados, pero llegando a un máximo de 33,5% a principios de julio.
La Academia de Ciencias Físicas de nuevo se ha pronunciado sobre los fármacos que son parte del protocolo de tratamiento del COVID-19, rechazando que se mantenga el uso del antimalárico hidroxicloroquina y el combo antirretroviral Kaletra aunque la Organización Mundial de la Salud abandonó los ensayos clínicos de ambos por falta de resultados positivos y advirtiendo sobre el uso de dióxido de cloro por no ser un fármaco para el COVID-19.
La Unidad de Datos y Factchecking de Efecto Cocuyo ya ha revisado los resultados, anuncios e informaciones alrededor de la hidroxicloroquina y Kaletra, revelando que no hay evidencia de su efectividad como tratamiento de la nueva cepa del coronavirus.
Peor de Sudamérica
Las estadísticas cambian cuando se consideran los contagios encontrados y los activos. Mientras Venezuela ocupa el lugar 73 del mundo con sus 10.010 contagios diagnosticados, según Worldometers, sube hasta el puesto 46 cuando se trata sólo de los activos, es decir, los que aún están bajo tratamiento u observación por no considerarse curados o recuperados.
Así que con sus 7.243 casos activos, el país supera a Alemania, que sólo tiene ahora 5.622 casos activos de sus más de 200 mil contagios que ha diagnosticado pero también a El Salvador, que sólo tiene 4.239 casos activos de sus 10.645 diagnósticos. Lo mismo con Australia, que con 10.487 diagnósticos, sólo le quedan 2.448 casos activos.
Si se considera sólo los 13 países de Sudamérica, Venezuela tiene la tasa de recuperación más baja con 26,7% de recuperados, superado por 31,1% Bolivia y Paraguay con 42,6%. Los más altos son Uruguay y Chile con casi 91% de recuperados mientras el promedio de la región es de 63,3%.
Letalidad y mortalidad
Esta tasa tan baja de recuperación contrasta con las tasas relacionadas a la muerte de pacientes. Tanto la de letalidad, muertes sobre casos encontrados de apenas 0,95%, como la mortalidad, que compara con la población, de apenas 3,3 por millón de personas.
Por ahora los datos oficiales revelan una contradicción: pocos se curan pero tampoco fallecen.
Hay un consenso universal en considerar que la tasa de letalidad es una estimación dudosa mientras dure la pandemia, tanto por ser dependiente de la cantidad de pruebas PCR (moleculares y consideradas más efectivas para detectar el virus) que se realicen como por el posible subregistro de las muertes según el método de cada país y de nuevo, los tests definitivos que se realicen a personas fallecidas.
De acuerdo al siguiente gráfico generado por Our World In Data, sólo Paraguay con 25 muertes en sus 3.074 contagios detectados tiene una tasa de letalidad más baja que la de Venezuela.
Subregistro
Los integrantes de la organización Médicos Unidos, así como el diputado José Manuel Olivares, han dicho que hay un subregistro oficial de muertes de COVID-19. La organización ha contabilizado 20 trabajadores del personal médico fallecidos en el país, 14 de ellos en el Zulia con la muerte del neurólogo Ramón Galue el miércoles 15 de julio. De éstas se han oficializado solamente tres.
Por su parte, Olivares denunció el 29 de junio que habían 116 muertes, en lugar de 44, lo que implica un aumento de 72 muertes más. Si se sumaran estas 75 muertes, la letalidad del país llegaría a 1,7%.
Venezuela repite de nuevo con la tasa de mortalidad como la más baja de Sudamérica y a su vez es de las más bajas del mundo, superado apenas por 29 países que registraron al menos una muerte. Sin embargo, esta tasa también puede no ser un reflejo fiel de la situación pues China exhibe una tasa menor, con 4.634 fallecidos en una población de más de 1.440 millones de personas.
Fallecidos
Al llegar a 10.010 casos el país también alcanzó oficialmente las 96 muertes. Al contrario de lo anunciado por Nicolás Maduro en la noche del 14 de julio, hay 36 muertes en Zulia, 17 en Distrito Capital y 5 en Miranda aunque él aseguró que se trataba de 37, 18 y 7 respectivamente.
Además de estos tres estados, Trujillo, Lara y Bolívar también tienen cinco muertes cada uno, Sucre y Falcón cuatro, Táchira tres mientras que Yaracuy, Mérida y Carabobo tienen dos por entidad mientras finalmente Aragua y Anzoátegui poseen una cada uno. Hay tres muertes que no han sido identificadas.
Y una en particular de la que no se conoce absolutamente nada cuando se anunciaron tres muertes el pasado 5 de julio, dos del Zulia y otra de la que no se dijo absolutamente nada.
Mayoría de comunitarios
La llegada a los 10 mil casos también revela un nuevo perfil en el país, con más casos comunitarios que importados. Esto corresponde a la fase 4 de la propagación, según las cuatro clasificaciones de la Organización Mundial de Salud. En esta última, se experimentan los brotes más grandes de transmisión local.
Esto después de pasar la fase 3 de “clústeres de casos en el tiempo, ubicación geográfica y/o exposición común” como fueron los primeros focos de Los Roques, Nueva Esparta y Zulia.
Desde el sábado 11 de julio los casos comunitarios son más que los importados, que además se van reduciendo. En la segunda semana de julio, Efecto Cocuyo encontró que mientras los locales crecieron 39% los importados bajaron 25,6% en comparación con la primera semana de julio.