Faltan pruebas, atención y gasolina. Las fallas en los servicios y el aumento de casos de COVID-19 han empeorado el día a día de los habitantes de San Félix, en el estado Bolívar, durante las últimas semanas de marzo y los primeros días de abril, denuncian sus pobladores.
En Brisas del Orinoco, una población de 40.000 habitantes en la parroquia 11 de Abril del municipio Caroní, la tercera semana seguida de cuarentena entre marzo y abril se cumplía sin gasolina, sin pruebas diagnósticas para COVID-19 y con un solo centro de atención que permanecía parcialmente cerrado.
El único módulo de salud céntrico de la comunidad es el ambulatorio Dr. Evaristo Rodríguez, pero cuando está abierto y hay personal la atención es mínima. Solo un médico acude semanalmente para atender emergencias básicas.
“No hay medicamentos y nunca han traído algo para desinfectar”, dice José*, un habitante de la comunidad, a Efecto Cocuyo. “Aquí hay casos de coronavirus, pero las personas van al módulo a hacerse las pruebas rápidas y ahí no hay. Tampoco hay para hacer pruebas PCR”.
Buscar atención en otro centro se ha vuelto cada vez más complicado: aunque la distribución de combustible —que generalmente es escaso en la región— había mejorado entre febrero y marzo, desde hace 15 días no tienen gasolina. No cuentan con ambulancias para responder a emergencias y el transporte público también es poco, por lo que muchos optan por caminar.
“Aquí hasta hemos tenido que atender parturientas en las casas”, añade José.
Para responder a otras emergencias, a la comunidad solo que le queda la solidaridad y unión vecinal. Durante la pandemia, un vecino de 77 años, y pocos recursos económicos, tuvo un infarto y falleció, pero no había cómo levantar su cuerpo y tampoco había cómo enterrarlo de manera digna.
“Buscamos ayuda para una urna con la alcaldía y no la logramos. El último recurso que conseguimos fue ir a la unidad COVID-19 del Hospital de Guaiparo, la unidad lo vino a buscar, lo embalaron y se lo llevaron”, cuenta José, quien agrega que en la morgue del centro de salud presenta fallas en el aire acondicionado.
Finalmente, el cuerpo de su vecino terminó en una fosa en el cementerio de Chirica, parroquia aledaña a la comunidad.
Al Hospital Dr. Raúl Leoni, también conocido como el Hospital de Guaiparo, el centro público de salud más cercano e importante en San Félix, llegan las personas en busca de atención para COVID-19 y otras emergencias.
Los alrededores generalmente están llenos de personas en espera para ser ingresadas o en busca de sus familiares fallecidos, relata José, quien vio a gente llorar cuando acudió en días pasados por otra emergencia familiar.
Allí en Guaiparo tiene su oficina la licenciada Maritza Moreno, presidenta del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Ciudad Guayana. El centro cuenta con 70 camas repartidas en dos áreas: una con 40 camas para pacientes más complicados y otra con 30 camas para pacientes que no necesitan oxígeno.
Como hay muchos pacientes, a veces ingresan a otras áreas que inicialmente no están destinadas para COVID-19. Allí el personal solo cuenta con una mascarilla.
“Hay muchos enfermeros y enfermeras con neumonía. Tenemos un volumen bastante alto de profesionales con síntomas de COVID-19”, destaca Moreno, quien señala que se agudizado la escasez de personal.
A ella misma le tocó enfrentarse a las dificultades de acceso a la salud en marzo, cuando comenzó a tener síntomas de COVID-19. Ella, sobreviviente del cáncer de mama, decidió ir en busca de una prueba pero la remitieron a un Centro de Diagnóstico Integral (CDI).
“Cuando llegué a las 7:00 am había más de 100 personas esperando. La funcionaria encargada llegó a las 7:30 y dijo que solo tenía para hacer 30 pruebas PCR y dijeron que los resultados salían en 15 días. Los pacientes que vi a mi alrededor estaban en malas condiciones, estaban peor que yo”, relató.
La licenciada decidió irse y acudir a un internista. Se realizó exámenes de laboratorio y radiodiagnóstico y ya tenía afectación en sus pulmones, por lo que inició de inmediato un tratamiento. Nunca pudo hacerse la prueba.
“Ya estoy mejor, pero no todos los pacientes tienen esta suerte. Si hubiera esperado 15 días el resultado del hisopado, quién sabe qué habría pasado”, dijo.
Otro de los hospitales disponibles en Ciudad Guayana es el Hospital Uyapar: con 16 camas para pacientes graves, sin unidad de terapia intensiva, y otras 32 camas para pacientes menos descompensados. Las condiciones son similares a las de Guaiparo, según Moreno.
La falta de gasolina en Ciudad Guayana también dificulta el apoyo de las familias a los pacientes hospitalizados. “Desde que empezó la cuarentena radical no se ha traído más gasolina. El transporte público es pésimo y mucha gente tiene familiares en los hospitales y no tienen como trasladase a llevarles las comidas y las medicina que necesitan”, agrega.
Tanto Maritza como José exigen a las autoridades mejoras en los servicios de salud en sus comunidades ante la segunda ola del COVID-19 en San Félix.
Según cifras oficiales, el estado Bolívar acumulaba hasta el 9 de abril 6.200 casos confirmados de COVID-19 desde el inicio de la emergencia nacional por la pandemia.
*Nombre modificado para resguardar la identidad del entrevistado
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Faltan pruebas, atención y gasolina. Las fallas en los servicios y el aumento de casos de COVID-19 han empeorado el día a día de los habitantes de San Félix, en el estado Bolívar, durante las últimas semanas de marzo y los primeros días de abril, denuncian sus pobladores.
En Brisas del Orinoco, una población de 40.000 habitantes en la parroquia 11 de Abril del municipio Caroní, la tercera semana seguida de cuarentena entre marzo y abril se cumplía sin gasolina, sin pruebas diagnósticas para COVID-19 y con un solo centro de atención que permanecía parcialmente cerrado.
El único módulo de salud céntrico de la comunidad es el ambulatorio Dr. Evaristo Rodríguez, pero cuando está abierto y hay personal la atención es mínima. Solo un médico acude semanalmente para atender emergencias básicas.
“No hay medicamentos y nunca han traído algo para desinfectar”, dice José*, un habitante de la comunidad, a Efecto Cocuyo. “Aquí hay casos de coronavirus, pero las personas van al módulo a hacerse las pruebas rápidas y ahí no hay. Tampoco hay para hacer pruebas PCR”.
Buscar atención en otro centro se ha vuelto cada vez más complicado: aunque la distribución de combustible —que generalmente es escaso en la región— había mejorado entre febrero y marzo, desde hace 15 días no tienen gasolina. No cuentan con ambulancias para responder a emergencias y el transporte público también es poco, por lo que muchos optan por caminar.
“Aquí hasta hemos tenido que atender parturientas en las casas”, añade José.
Para responder a otras emergencias, a la comunidad solo que le queda la solidaridad y unión vecinal. Durante la pandemia, un vecino de 77 años, y pocos recursos económicos, tuvo un infarto y falleció, pero no había cómo levantar su cuerpo y tampoco había cómo enterrarlo de manera digna.
“Buscamos ayuda para una urna con la alcaldía y no la logramos. El último recurso que conseguimos fue ir a la unidad COVID-19 del Hospital de Guaiparo, la unidad lo vino a buscar, lo embalaron y se lo llevaron”, cuenta José, quien agrega que en la morgue del centro de salud presenta fallas en el aire acondicionado.
Finalmente, el cuerpo de su vecino terminó en una fosa en el cementerio de Chirica, parroquia aledaña a la comunidad.
Al Hospital Dr. Raúl Leoni, también conocido como el Hospital de Guaiparo, el centro público de salud más cercano e importante en San Félix, llegan las personas en busca de atención para COVID-19 y otras emergencias.
Los alrededores generalmente están llenos de personas en espera para ser ingresadas o en busca de sus familiares fallecidos, relata José, quien vio a gente llorar cuando acudió en días pasados por otra emergencia familiar.
Allí en Guaiparo tiene su oficina la licenciada Maritza Moreno, presidenta del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Ciudad Guayana. El centro cuenta con 70 camas repartidas en dos áreas: una con 40 camas para pacientes más complicados y otra con 30 camas para pacientes que no necesitan oxígeno.
Como hay muchos pacientes, a veces ingresan a otras áreas que inicialmente no están destinadas para COVID-19. Allí el personal solo cuenta con una mascarilla.
“Hay muchos enfermeros y enfermeras con neumonía. Tenemos un volumen bastante alto de profesionales con síntomas de COVID-19”, destaca Moreno, quien señala que se agudizado la escasez de personal.
A ella misma le tocó enfrentarse a las dificultades de acceso a la salud en marzo, cuando comenzó a tener síntomas de COVID-19. Ella, sobreviviente del cáncer de mama, decidió ir en busca de una prueba pero la remitieron a un Centro de Diagnóstico Integral (CDI).
“Cuando llegué a las 7:00 am había más de 100 personas esperando. La funcionaria encargada llegó a las 7:30 y dijo que solo tenía para hacer 30 pruebas PCR y dijeron que los resultados salían en 15 días. Los pacientes que vi a mi alrededor estaban en malas condiciones, estaban peor que yo”, relató.
La licenciada decidió irse y acudir a un internista. Se realizó exámenes de laboratorio y radiodiagnóstico y ya tenía afectación en sus pulmones, por lo que inició de inmediato un tratamiento. Nunca pudo hacerse la prueba.
“Ya estoy mejor, pero no todos los pacientes tienen esta suerte. Si hubiera esperado 15 días el resultado del hisopado, quién sabe qué habría pasado”, dijo.
Otro de los hospitales disponibles en Ciudad Guayana es el Hospital Uyapar: con 16 camas para pacientes graves, sin unidad de terapia intensiva, y otras 32 camas para pacientes menos descompensados. Las condiciones son similares a las de Guaiparo, según Moreno.
La falta de gasolina en Ciudad Guayana también dificulta el apoyo de las familias a los pacientes hospitalizados. “Desde que empezó la cuarentena radical no se ha traído más gasolina. El transporte público es pésimo y mucha gente tiene familiares en los hospitales y no tienen como trasladase a llevarles las comidas y las medicina que necesitan”, agrega.
Tanto Maritza como José exigen a las autoridades mejoras en los servicios de salud en sus comunidades ante la segunda ola del COVID-19 en San Félix.
Según cifras oficiales, el estado Bolívar acumulaba hasta el 9 de abril 6.200 casos confirmados de COVID-19 desde el inicio de la emergencia nacional por la pandemia.
*Nombre modificado para resguardar la identidad del entrevistado