Cuando la ecografía de una madre que durante la gestación tuvo zika evidencia que el perímetro craneano se encuentra por debajo del valor medio de acuerdo con su edad gestacional, el Ministerio de Salud autoriza prender las alarmas, pues se está frente a un posible caso de microcefalia antenatal. En este caso, el ente recomienda hacer, 15 días después, otra ecografía para medición antropométrica.

Si no se detecta antes del nacimiento, los casos de microcefalia en bebés recién nacidos -relacionados con zika- pueden clasificarse en tres: sospechoso, confirmado y descartado. El descartado es al que se le atribuye otra causa de la enfermedad, que no tenga que ver con el zika de la madre. El confirmado es el que presenta una medida de perímetro cefálico por debajo del percentil 3 para su sexo. Es decir, el cráneo más pequeño de lo usual.

El caso sospechoso es un recién nacido vivo en quien se haya identificado el virus zika en muestras suyas o de la madre (durante la gestación). Allí es donde se complica más el asunto, pues el autorizado para hacer estas pruebas es el Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, donde, según denuncias de galenos, no cuentan con los insumos necesarios.

Laboratorio recomendado para un bebé con sospechas de microcefalia relacionada a zika. De estos exámenes no reciben respuestas, denuncian los galenos
Laboratorio recomendado para un bebé con sospechas de microcefalia relacionada a zika. De estos exámenes no reciben respuestas, denuncian los galenos

Por ejemplo, en la Maternidad Concepción Palaciosdonde se han registrado 8 casos de microcefalia relacionados con zika– se han recibido 48 resultados de 222 pruebas enviadas. La última recibida fue el 11 de mayo.

“Muchas veces (los doctores) mandan la muestra, pero no reciben resultados. Claro, un solo sitio para hacer todos los diagnósticos es complicado”, detalló la infectóloga Ana Carvajal, quien explicó que en otros países, Estados Unidos por ejemplo, hay al menos un laboratorio capacitado para estas pruebas por cada estado.

Carvajal explicó a Efecto Cocuyo que la única medida tomada por el Estado frente a los casos de microcefalia es esta guía de trabajo, que envió a principios de año. Un protocolo nada más, pues no hay equipo de trabajo.

Aunque no hay cifras oficiales, Carvajal se atreve a hacer una predicción: este año tendremos a unos 300 bebés con microcefalia relacionadas con zika en el país.

Esto dificulta el panorama desde el inicio, ya que la falta de campañas ha creado una gran desinformación, incluso en el gremio médico. “Lo ideal es que todos estén muy pendientes sobre lo que puede pasar en una mujer embarazada y, si hay sospecha, sepan qué hacer: dónde tomar la muestra, dónde mandarla, a quién llamar”.

En una etapa más avanzada, este desorden dificulta llevar un registro certero. “No es tan fácil ni aquí, que es una comunidad pequeña. Hay que tener en cuenta que muchos embarazos no llegan a término (el bebé no nace)… no hemos tenido un registro completo (a nivel nacional). Eso se ha dejado a la espontaneidad de cada una de las regiones”, dijo Elia Sánchez, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), radicada en Carúpano, Sucre.

Fue precisamente en ese estado dondese registró el primer caso: el 27 de abril un bebé nació con microcefalia relacionada con zika.

La doctora Gladys Zambrano, epidemióloga de la Maternidad Concepción Palacios, denunció que la improvisación del ministerio frente a estos casos llega a tal punto que “ni siquiera tenemos fichas para registrar los casos”.

Lo que dicen los expertos

Este 7 de septiembre se pronunció la Organización Mundial de la Salud. El contagio con zika es la explicación más plausible de los casos de microcefalia y Síndrome de Guillain-Barré, según evidencia la información disponible en la actualidad, dijeron.

Los más de 100 estudios científicos analizados por su panel de expertos demostraron que el virus del zika puede atravesar la placenta y multiplicarse en las células cerebrales del feto.

Sin embargo, aún no se puede dar un consenso sobre el tratamiento. La microcefalia varía de caso a caso, dependiendo de las complicaciones que presente el bebé. El uso o no de una incubadora va a depender del peso al nacer, por ejemplo. De lo que sí se debe disponer es de un equipo multidisciplinario que se encargue del caso, que tenga, al menos, pediatra, neurólogo y fisiatra.

Otra falla en la que incurre el ministerio es en la falta de protección personal a las embarazadas. Carvajal señaló que debería garantizarse, al menos, la entrega de mosquiteros, repelentes, preservativos y anticonceptivos, además de información relacionada con el zika y sus consecuencias.

En una visita a la Maternidad Concepción Palacios hecha en enero, mes en el que el Gobierno admitió 4.700 casos de zika en el territorio nacional -aunque los expertos señalan que la epidemia empezó en septiembre de 2015-, se comprobó que la principal maternidad del país, no tenía ni un aviso de información.

La doctora Carvajal también señaló que aproximadamente 48% de las mujeres embarazadas se controlan, lo que también es causal de riesgo.

Derechos violados 

El artículo 7 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopna) dice que los niños son la “prioridad absoluta” del país, por lo que se les debe garantizar todos sus derechos y garantías; pero la realidad dista del papel.

Carlos Trapani, abogado del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), aseguró que actualmente se está viviendo “una situación bien crítica, precaria”, sobre todo en las enfermedades crónicas, como la microcefalia.

Los niños enfermos, con esta o con cualquier otra patología, no reciben tratamiento ni servicio de calidad, según el abogado, lo que “compromete su vida y salud”. Trapani recordó que en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela el derecho a la salud forma parte del derecho a la vida, pilar de nuestras garantías constitucionales.

Un niño con microcefalia tiene, además de los derechos y garantías de cualquier niño y adolescente, derecho a cuidados especiales por su condición de salud. Salud, tratamiento y rehabilitación, por ejemplo. El no poder realizar algo tan simple como un examen para determinar la causa de su condición es una vulneración a estos derechos.

La organización para la que Trapani trabaja ha consignado en dos ocasiones un recurso frente al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre la obligatoriedad del Estado a suministrar medicamentos para niños y adolescentes. La última fue el 31 de mayo, luego de que fuera negado “por falta de pruebas”.

Foto referencial: Telesur.tv

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