El Fondo Mundial (FM) para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (GFATM, por sus siglas en inglés) aprobó 12 millones de dólares para la compra de medicamentos, reactivos e insumos requeridos por las personas con VIH y con tuberculosis en Venezuela, informó la organización Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi).
La decisión del FM fue aprobada por su junta directiva el 2 de diciembre de 2021 y fue formalmente divulgada este 21 de diciembre. Los recursos se desembolsarán durante 2022 y 2023.
Por las deficiencias del sistema público de salud en el país y la probabilidad de que no sean subsanadas en el corto plazo, el Fondo Mundial concedió esta cuarta subvención, que se suma a los 17 millones de dólares otorgados desde 2019 para contribuir a salvar las vidas de las personas con VIH, tuberculosis y malaria en Venezuela.
Accsi destaca que este nuevo aporte del FM es el resultado de un trabajo de incidencia desarrollado sostenidamente por las organizaciones de la sociedad civil venezolana e internacional con trabajo en VIH/SIDA y la Sociedad Venezolana de Infectología, en articulación con la Organización Panamericana de la Salud, Onusida y Unicef.
En siete claves, Accsi explica el contexto y alcance de la subvención.
El FM para la lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria es una organización internacional creada en 2002 por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de «acelerar el final de las epidemias de SIDA, tuberculosis y malaria».
También conocido, simplemente, como el FM, tiene su sede en Ginebra, Suiza, y es el instrumento de financiación multilateral (con aportes de particulares y gobiernos) más importante en la lucha contra la malaria, la tuberculosis y el VIH/Sida, en especial en países con ingresos bajos en los que estas enfermedades son endémicas.
Tiene más de 1.000 programas en 151 países del mundo, en los cuales se ha logrado la reducción de un tercio en el número de muertes por VIH/Sida, tuberculosis y malaria.
Porque desde 2016 el Estado venezolano no suministra tratamiento integral a las personas que viven con VIH, a pesar del mandato de la extinta Corte Suprema de Justicia (hoy Tribunal Supremo de Justicia) emitido en 1999, que ordenó al Ministerio de Salud garantizar el acceso a la atención y los tratamientos del VIH a las y los venezolanos y extranjeros residentes con VIH en Venezuela.
El FM es la principal fuente de financiación de los medicamentos antirretrovirales que necesitan las personas con VIH en Venezuela y desde 2020 es el único financiador de los medicamentos contra la tuberculosis.
“Un cese de la financiación dará lugar a desabastecimientos de medicamentos contra el VIH y la tuberculosis y probablemente resulte en un aumento de la mortalidad para las personas que viven con el VIH y la tuberculosis”, señala.
“Durante casi una década, Venezuela ha atravesado una prolongada crisis económica y social que ha impactado la entrega de servicios básicos al pueblo venezolano, incluyendo la provisión de servicios y productos básicos de salud (incluidos el VIH, la tuberculosis y la malaria)”, indica el FM.
El organismo considera que “las perspectivas económicas siguen siendo malas” y se hace eco de una contracción del Producto Interno Bruto de 10% y una tasa de inflación de 5.500 % en 2021.
“La situación en Venezuela probablemente requeriría financiación sostenida a menos que se materialice un cambio en la situación económica y política. El cambio no se ha materializado y es necesario garantizar la disponibilidad continua de medicamentos antirretrovirales y antituberculosos para el pueblo de Venezuela en el corto y mediano plazo”, precisa.
“La pandemia de COVID-19 ha provocado un mayor debilitamiento del sistema de salud (y la desviación del personal sanitario) y se ha sumado a la compleja crisis humanitaria que ha venido afectando al país desde 2016”, afirma el FM.
Y agrega que “el impacto de la crisis económica sobre el pueblo venezolano se ha profundizado con la pandemia de COVID-19, que ha resultado en el cese de los medios de vida, una reducción en las remesas del exterior, aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición”.
El FM, que toma nota de la respuesta estatal ante la pandemia, señala que a principios de noviembre de 2021 Venezuela estaba en el puesto 75 de 100 (100 = más estricto), según el Rastreador de Respuesta Gubernamental Oxford COVID-19.
“Con un empeoramiento de las perspectivas económicas y la gran probabilidad de que la pandemia de COVID-19 continúe acelerándose, es poco probable que Venezuela compre algún producto esencial para el VIH, la tuberculosis o productos básicos de malaria a corto plazo”, sostiene.
A partir de 2018, el FM ha aprobado tres solicitudes de financiamiento para Venezuela por un total de 17 millones de dólares, que han servido para la adquisición de productos básicos para el VIH, la tuberculosis y la malaria en 2019, 2020 y 2021.
Con el cuarto aporte de 12 millones de dólares para el período 2022-2023, el monto global aprobado por el Fondo Mundial asciende a 29 millones de dólares.
Como en el caso de las subvenciones previas, en esta oportunidad la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) es la encargada de comprar los medicamentos, reactivos e insumos. Las autoridades sanitarias venezolanas se limitarán al almacenamiento y distribución.
Por su parte, Onusida administra los recursos para que las organizaciones de la sociedad civil Acción Ciudadana Contra el Sida y la Red Venezolana de Gente Positiva sigan contribuyendo con el monitoreo del suministro a las personas con VIH en Venezuela, en farmacias y centros públicos de salud.
Según los últimos datos oficiales disponibles, para finales de diciembre de 2020, 56.038 personas registradas en el Programa Nacional de Sida recibían tratamiento con recursos del Fondo Mundial.
Aproximadamente 85% de los recursos aprobados por el Fondo Mundial se han utilizado para adquirir antirretrovirales, principalmente TLD (tratamiento genérico del VIH asequible, de una sola pastilla y que contiene los antirretrovirales Tenfovir + Lamivudine + Dolutegravir). Estas inversiones han permitido un repunte en la cobertura. Venezuela es ahora uno de los países líderes en la región en términos de migración a TLD después de Brasil y Haití.
Las subvenciones previas del Fondo Mundial permitieron mantener un stock de antirretrovirales que alcanzaría hasta junio de 2022.
Con información de Accsi
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El Fondo Mundial (FM) para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (GFATM, por sus siglas en inglés) aprobó 12 millones de dólares para la compra de medicamentos, reactivos e insumos requeridos por las personas con VIH y con tuberculosis en Venezuela, informó la organización Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi).
La decisión del FM fue aprobada por su junta directiva el 2 de diciembre de 2021 y fue formalmente divulgada este 21 de diciembre. Los recursos se desembolsarán durante 2022 y 2023.
Por las deficiencias del sistema público de salud en el país y la probabilidad de que no sean subsanadas en el corto plazo, el Fondo Mundial concedió esta cuarta subvención, que se suma a los 17 millones de dólares otorgados desde 2019 para contribuir a salvar las vidas de las personas con VIH, tuberculosis y malaria en Venezuela.
Accsi destaca que este nuevo aporte del FM es el resultado de un trabajo de incidencia desarrollado sostenidamente por las organizaciones de la sociedad civil venezolana e internacional con trabajo en VIH/SIDA y la Sociedad Venezolana de Infectología, en articulación con la Organización Panamericana de la Salud, Onusida y Unicef.
En siete claves, Accsi explica el contexto y alcance de la subvención.
El FM para la lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria es una organización internacional creada en 2002 por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de «acelerar el final de las epidemias de SIDA, tuberculosis y malaria».
También conocido, simplemente, como el FM, tiene su sede en Ginebra, Suiza, y es el instrumento de financiación multilateral (con aportes de particulares y gobiernos) más importante en la lucha contra la malaria, la tuberculosis y el VIH/Sida, en especial en países con ingresos bajos en los que estas enfermedades son endémicas.
Tiene más de 1.000 programas en 151 países del mundo, en los cuales se ha logrado la reducción de un tercio en el número de muertes por VIH/Sida, tuberculosis y malaria.
Porque desde 2016 el Estado venezolano no suministra tratamiento integral a las personas que viven con VIH, a pesar del mandato de la extinta Corte Suprema de Justicia (hoy Tribunal Supremo de Justicia) emitido en 1999, que ordenó al Ministerio de Salud garantizar el acceso a la atención y los tratamientos del VIH a las y los venezolanos y extranjeros residentes con VIH en Venezuela.
El FM es la principal fuente de financiación de los medicamentos antirretrovirales que necesitan las personas con VIH en Venezuela y desde 2020 es el único financiador de los medicamentos contra la tuberculosis.
“Un cese de la financiación dará lugar a desabastecimientos de medicamentos contra el VIH y la tuberculosis y probablemente resulte en un aumento de la mortalidad para las personas que viven con el VIH y la tuberculosis”, señala.
“Durante casi una década, Venezuela ha atravesado una prolongada crisis económica y social que ha impactado la entrega de servicios básicos al pueblo venezolano, incluyendo la provisión de servicios y productos básicos de salud (incluidos el VIH, la tuberculosis y la malaria)”, indica el FM.
El organismo considera que “las perspectivas económicas siguen siendo malas” y se hace eco de una contracción del Producto Interno Bruto de 10% y una tasa de inflación de 5.500 % en 2021.
“La situación en Venezuela probablemente requeriría financiación sostenida a menos que se materialice un cambio en la situación económica y política. El cambio no se ha materializado y es necesario garantizar la disponibilidad continua de medicamentos antirretrovirales y antituberculosos para el pueblo de Venezuela en el corto y mediano plazo”, precisa.
“La pandemia de COVID-19 ha provocado un mayor debilitamiento del sistema de salud (y la desviación del personal sanitario) y se ha sumado a la compleja crisis humanitaria que ha venido afectando al país desde 2016”, afirma el FM.
Y agrega que “el impacto de la crisis económica sobre el pueblo venezolano se ha profundizado con la pandemia de COVID-19, que ha resultado en el cese de los medios de vida, una reducción en las remesas del exterior, aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición”.
El FM, que toma nota de la respuesta estatal ante la pandemia, señala que a principios de noviembre de 2021 Venezuela estaba en el puesto 75 de 100 (100 = más estricto), según el Rastreador de Respuesta Gubernamental Oxford COVID-19.
“Con un empeoramiento de las perspectivas económicas y la gran probabilidad de que la pandemia de COVID-19 continúe acelerándose, es poco probable que Venezuela compre algún producto esencial para el VIH, la tuberculosis o productos básicos de malaria a corto plazo”, sostiene.
A partir de 2018, el FM ha aprobado tres solicitudes de financiamiento para Venezuela por un total de 17 millones de dólares, que han servido para la adquisición de productos básicos para el VIH, la tuberculosis y la malaria en 2019, 2020 y 2021.
Con el cuarto aporte de 12 millones de dólares para el período 2022-2023, el monto global aprobado por el Fondo Mundial asciende a 29 millones de dólares.
Como en el caso de las subvenciones previas, en esta oportunidad la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) es la encargada de comprar los medicamentos, reactivos e insumos. Las autoridades sanitarias venezolanas se limitarán al almacenamiento y distribución.
Por su parte, Onusida administra los recursos para que las organizaciones de la sociedad civil Acción Ciudadana Contra el Sida y la Red Venezolana de Gente Positiva sigan contribuyendo con el monitoreo del suministro a las personas con VIH en Venezuela, en farmacias y centros públicos de salud.
Según los últimos datos oficiales disponibles, para finales de diciembre de 2020, 56.038 personas registradas en el Programa Nacional de Sida recibían tratamiento con recursos del Fondo Mundial.
Aproximadamente 85% de los recursos aprobados por el Fondo Mundial se han utilizado para adquirir antirretrovirales, principalmente TLD (tratamiento genérico del VIH asequible, de una sola pastilla y que contiene los antirretrovirales Tenfovir + Lamivudine + Dolutegravir). Estas inversiones han permitido un repunte en la cobertura. Venezuela es ahora uno de los países líderes en la región en términos de migración a TLD después de Brasil y Haití.
Las subvenciones previas del Fondo Mundial permitieron mantener un stock de antirretrovirales que alcanzaría hasta junio de 2022.
Con información de Accsi