Una carta dirigida a la OEA fue la manera cómo el Vaticano fijó una nueva posición sobre la crisis politica, social y económica que atraviesa el país. Una misiva para la Organización de Estados Americanos en la que hace tres llamados categóricos para que el Ejecutivo reflexione.
Firmada por el arzobispo Bernardito Auza, nuncio Apostólico y observador en la OEA, el documento recalca que “la reciente decisión gubernamental de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, en vez de ayudar a solucionar los problemas, presenta el riesgo de complicarlos ulteriormente y hace peligrar el futuro democrático del país”.
Además, el Nuncio admite que la única solución a los conflictos políticos en el país es la celebración de elecciones directas, libres y transparentes, pautadas para el año pasado y éste.
El vocero además insiste en un diálogo entre Gobierno y oposición, bajo los acuerdos hechos el pasado 1 de diciembre, pese a que ninguna de las partes cumplió lo pactado.
“La Santa Sede ve con preocupación cómo, pese a los esfuerzos realizados y que son por todos conocidos, la situación ha adquirido tintes dramáticos en los últimos meses. El 30 de abril, después del rezo del Regina Coeli, el Santo Padre, hizo un llamado al Gobierno y a todos los integrantes de la sociedad venezolana para que fuese evitada cualquier ulterior forma de violencia, se respetasen los derechos humanos y se buscasen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está golpeando a la población”, dice la misiva.
El comunicado señala que los tentáculos de la pugnacidad política ha afectado inclusive a la iglesia católica en Venezuela. “Se han producido episodios de amenazas injustificadas contra instituciones eclesiásticas y ataques difamatorios públicos contra algunos obispos”, señaló el representante del Vaticano.