Después de 10 días de iniciado el diálogo entre el chavismo gobernante y cinco partidos opositores, para el profesor de Teoría política Óscar Vallés, el chavismo ofrecerá resultados para permanecer en el poder, luego de agotada la negociación en Barbados.
“Efectivamente habrá resultados, pero no porque la naturaleza tenga la capacidad de producirlos, sino porque a la revolución le interesa. Van a liberar presos políticos, aunque no se pida. Quizás no resultados masivos, pero les interesa mostrar que son confiables para llegar a acuerdos”, dijo Vallés, este jueves, 26 de septiembre.
Según el politólogo, la administración de Nicolás Maduro con este nuevo diálogo tratará de mantenerse en el poder al menos hasta 2021, cuando pudiera haber un referéndum revocatorio.
“Se convencieron de que la delegación de Juan Guaidó no es fácil de doblegar. Parece ser que el interés de Maduro es decretar su garantía para gobernar hasta 2021, dar muestra de distensión con Europa, en una jugada diplomática mejor”, expresó Vallés.
Desde el pasado 16 de septiembre se instaló una de mesa de diálogo con el chavismo, en la cual participan cinco partidos políticos (Cambiemos, Avanzada Progresista, Movimiento al Socialismo, Soluciones y Esperanza por el Cambio), calificados como opositores.
En este lapso solo una parte de los acuerdos han empezado a cumplirse. La bancada del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) se reintegró al Parlamento -que abandonó en 2017- y un solo preso político ha sido excarcelado: el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano.
Además, según Vallés, esta oposición concentrada en estos cinco partidos, no dudan de la legitimidad de Maduro, principal problema que la delegación de Guaidó llevó a la mesa de Barbados y que propuso resolver con elecciones.
“Dialoga con este sector porque no le exige a la revolución desconocer las elecciones del 20 de mayo ni los señala de usurpador, todo lo contrario, reconocen a Maduro como presidente”.
Esta discusión de legitimidad es “la piedra de tranca” en las negociaciones con la mayoría opositora concentrada en la Asamblea Nacional, porque Maduro rechaza reconocer fraude en las elecciones del 20 de mayo.
“La pierda de tranca es que a la revolución le es difícil admitir que el 20 de mayo hicieron un fraude electoral. Porque si deciden contarse en una contienda, la revolución tendría que admitir que el 20 de mayo hizo fraude, y que comete un acto de usurpación”, señaló el analista.
No obstante, para la doctora en ciencias políticas y sociales María Puerta Riera, el gobierno chavista no busca encontrar soluciones de buena fe en este diálogo.
“La liberación de presos políticos se redujo a la libertad, con medidas, de Zambrano. Hay cientos de presos políticos e individuos con medidas cautelares, diputados en la clandestinidad o refugiados en embajadas. Esta promesa no ha sido cumplida”, dijo Puerta Riera.
La politóloga agregó que “si las partes actúan desde la buena fe, ese compromiso debería abarcar a todos los presos políticos. El problema es que si hubo algún acuerdo, una de las partes no está actuando de buena fe”.
Puerta Riera también afirmó que estos cinco partidos “le está brindando al chavismo es la apariencia de un contendor”, por lo cual la administración de Maduro no tiene la necesidad de cumplir con los acuerdos.
Los otros acuerdos puestos sobre la mesa, que aún no se cumplen, fue el intercambio de petróleo por alimentos y medicinas, la liberación de presos políticos, que se anunció que sería en principio a quienes no tienen acusación y la designación de nuevas autoridades electorales.
Buscar espacios
Según ambos analistas, el objetivo de estos partidos minoritarios de la oposición en esta mesa de diálogo es abrirse un espacio en la política y conseguir seguidores.
“Buscan espacios que les permitan ejercer un liderazgo que no han alcanzado dentro de la oposición, confían en que la frustración y el agotamiento de la gente les permita desplazar a la oposición mayoritaria”, señaló Puerta Riera.
Sin embargo, para la analista, esta fracción opositora no cuenta con la representación para la negociación que necesita el país en medio de la crisis política.
“Este sector minoritario solo representa a quienes lo siguen, y no es la mayoría del país. Basta ver la composición de la mayoría parlamentaria para ver que este grupo no puede asumir una negociación en representación de quienes realmente son la mayoría opositora”.
Mientras, Vallés opinó que con el reconocimiento del chavismo gobernante, esta oposición gana una vocería y aparece en el plano político luego de “estar borrados”.
“Tienen perspectiva de crecimiento. En el país hay un enorme rechazo a Maduro, pero no hay un bloque homogéneo de preferencia sobre cuáles son las preferencias para que cese la usurpación. Saben que no son una fuerza política como la de Guaidó pero el reconocimiento de Maduro le da ventaja”, destacó.
Sin embargo, agregó que “no creo que pueda llegar a un cambio sustancial en el corto plazo. Puede llegar a ofrecer un árbitro electoral que entusiasme a electores opositores y con la mirada puesta en el referéndum”.
Un nuevo CNE
Los voceros de ambas partes de esta mesa de diálogo prometieron que se designarían nuevas autoridades para el Consejo Nacional Electoral (CNE), desde el Parlamento.
No obstante, según el artículo 8 de la Ley Orgánica del Poder Electoral la designación de estas autoridades la realiza el voto favorable de las dos terceras partes del Parlamento.
Serían 111 diputados los necesarios, cuando el chavismo, sumado a los cinco parlamentarios de Cambiemos -único partido del diálogo con representación en el Parlamento-, no alcanzan 60 curules. Mientras la fracción mayoritaria opositora cuenta con más de 100 parlamentarios.
Para Vallés, el nombramiento del nuevo CNE se podría realizar a través del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) al alegar que el Poder Legislativo está en desacato, figura que le señalan desde su instalación en 2016.
“El gobierno podría acordar un nuevo CNE vía TSJ o negociar con la Asamblea Nacional. Todo forma parte de hasta dónde la revolución pueda llegar en negociación con Guaidó”, dijo.
Además, Puerta Riera desestimó que el chavismo gobernante pretenda nombrar nuevas autoridades electorales como lo indica la ley. “El gobierno de Maduro ha dejado claro que no tiene intenciones de renovar el CNE en los términos necesarios para unas elecciones transparentes”.
“Guaidó debe sentar a Maduro”
En las últimas negociaciones con el chavismo en Barbados, a mediación de Noruega, Guaidó reveló que se pretendía conformar un Consejo de Gobierno para ir a elecciones, pero el chavismo se levantó de las conversaciones a última momento. Al parlamentario le queda es sumar presión para volver a sentar a Maduro, según Vallés.
“Están acentuando el cerco internacional. Lo que la oposición tiene en agenda es torcerle el brazo a Maduro y volverlo a sentar en el mecanismo de Noruega”, dijo.
Vallés resaltó que las conversaciones con Noruega están diferidas pero no muertas. Aunque desestimó que el chavismo acepte el Consejo de Gobierno ofrecido por Guaidó, indicó que en algún momento la administración de Maduro retornará a esa conversaciones.
“La revolución sabe que la mesa real de lograr estabilidad es la mesa de Noruega, hacia allá van a ir pero con una nueva agenda. El chavismo siempre ha querido un proceso de negociación con resultados parciales, mientras que Guaidó quiere resultados integrales”.
Puerta Riera afirmó que el presidente del Parlamento tiene que fortalecer el bloque opositor para un proceso político de largo aliento, porque no hay una infraestructura institucional que lo soporte.
“No es fácil. El país está a merced de una élite política (civil y militar) que se siente acorralada y no tiene ningún incentivo para abandonar el poder”.
También desestimó que se alcance este Consejo de Gobierno -en el cual tanto Maduro y Guaidó se separarían de sus cargos- porque el chavismo gobernante no está interesado en compartir el poder.
“No tiene intenciones de abandonarlo tampoco, el chavismo está acorralado, y sin vías de escape, seguirá atrincherado en el poder”, dijo.
En cuanto a la política exterior que ha manejado el presidente encargado, con amplio respaldo de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Puerta Riera sugirió que Guaidó también debe crear lazos con el partido Demócrata en este país, para generar un respaldo de ambas partas al tomar decisiones.
“La actual dinámica política en Estados Unidos podría llevarnos a un cambio en la correlación de fuerzas en el Ejecutivo y el Senado y Guaidó corre el riesgo de perder un apoyo clave en la lucha por una transición democrática”, expresó.
Además, agregó que “la crisis venezolana debe ser un asunto de interés bipartidista, porque de lo contrario, seguiremos viendo a unos congresistas demócratas evitando en lo posible condenar al régimen de Maduro”.