Chavismo compite “cómodo” este #21Nov por la división del voto opositor, apuntan analistas
Credit: Mairet Chourio

Una sola mesa con su respectiva máquina dispuso el Consejo Nacional Electoral (CNE) en los distintos centros de votación –5.108 en todo el país –para las primarias abiertas del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), este domingo 8 de agosto. El hecho de que hasta cuatro centros estuvieran nucleados en uno solo, también incidió en la formación de largas colas y la demora que en general caracterizó el proceso interno.

Durante un recorrido realizado por Efecto Cocuyo en el municipio Libertador de Caracas (El Paraíso, San Juan, El Silencio, avenida Sucre de Catia y La Candelaria) y el municipio Chacao, se constató además que el escaneo del Carnet de la Patria y la firma de listados como constancia de votación, al salir de los centros, también fue una constante durante la jornada.

Restricciones a la prensa

El Liceo Caracas, en el Paraíso, agrupó a otros dos centros de votación de la zona (colegio San José de Tarbes y Telecomunicaciones Artigas). La poca afluencia de electores allí observada, contrastó con el resto de las instituciones educativas habilitadas en la ciudad capital, para que inscritos o no en el Psuv, escogieran al candidato oficial del chavismo a la Alcaldía de Caracas en las elecciones del 21 de noviembre.

Al ver la llegada del equipo de prensa, un miliciano señaló un cartel con varias normas a la entrada del liceo público, entre ellas la prohibición de tomar fotos donde se ubicaba la mesa de votación, y que según el funcionario incluía tanto a votantes como a periodistas. En la única mesa se constató cumplimiento de medidas de bioseguridad para prevenir el COVID-19. A las salida una militante pesuvista invitaba a escanear el Carnet de la Patria a quienes salían.

En el Liceo Caracas la afluencia de electores fue escasa

“Vine a votar porque quiero un cambio”, expresó Fanny Rivas de 64 años, en alusión a que en Caracas no apoyaba la reelección de Erika Farías, quien no participa como candidata en estas primarias. A diferencia de Rivas, Lourdes Pacheco de 58 años, dijo no estar inscrita en el Psuv, pero consideró que era importante participar. Un señor salió molesto del recinto porque llegó remitido de la parroquia 23 de Enero a ese centro, pero tampoco pudo votar al no aparecer en el listado.

El escenario fue distinto, en la unidad educativa privada Orenoque, en la parroquia San Juan. Puertas afuera hubo cola, en su mayoría de personas de la tercera edad, sin respetarse el distanciamiento físico. Dentro de las instalaciones, que se podían observar a través de una reja, la espera mejoró con la colocación de sillas, una detrás de otra. Solo las personas con discapacidad tuvieron prioridad.

Los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) apostados en la puerta no permitieron la entrada de la prensa al recinto. No faltó la advertencia de no tomar fotos, aunque motorizados con personas vestidas de rojo reducían la marcha para tomar gráficas de la cola, al pasar por el lugar.

“Yo siempre participo cuando el partido convoca”, aseguró Félix Homero de 69 años, mientras se dirigía a un punto cercano para firmar como constancia de haber votado.

En UEP Orenoque hubo cola sin distanciamiento físico

Larga espera

En el liceo Fermín Toro, de la urbanización El Silencio, la cola se hacía lejos de la puerta principal para evitar aglomeraciones. Una vez dentro, los electores aseguraban que el proceso era rápido. Del otro lado de la puerta principal, un grupo de activistas del Psuv, sentados en pupitres, recababan las firmas de todo el que salía del centro de votación, que pasadas las 10:00 a.m. de este 8 de agosto, no lucía demasiado concurrido.

Hacia la avenida Sucre de Catia, la cola de personas esperando para votar sí era larga en el liceo Miguel Antonio Caro. Personas manifestaban que llevaban esperando hasta una hora porque  “hay una sola máquina”. Unos tuvieron paciencia porque fueron preparados con paraguas para protegerse del sol y banquitos, pero otros se salían sin la seguridad de poder volver luego. Los milicianos pasaban a la mesa de votación en grupos de diez, para luego frenar a quienes reclamaban por entrar. Otros se quejaron porque había  “coleados”.

Electores se quejaron por tiempo de espera en la cola en el Miguel Antonio Caro de Catia

La situación no fue distinta en el liceo Andrés Bello y la escuela Experimental Venezuela, en Bellas Artes, donde inscritos o no el Psuv, coincidían en que más se tardaba en la cola que dentro del centro de votación “porque el proceso era fácil y rápido”.

“La gente dice que estamos en dictadura, pero venimos a demostrar que sí se puede votar para elegir no solo a los gobernantes, sino a quiénes serán los candidatos. Aquí nadie se va a imponer”, defendió Ramón Quevedo de 45 años, habitante de La Candelaria y militante del Psuv.

Desorientados

Durante la jornada también hubo electores desorientados sobre su sitio de votación.  “Si he votado aquí toda la vida no entiendo por qué no aparezco”, “se supone que para acá iban a traer a otros electores, no que sacarían para otro lado a los que votamos aquí”, reprocharon personas tanto en el Andrés Bello como en la Unidad Educativa El Libertador en Chacao.

Puertas adentro en el liceo Andrés Bello se respetó el distanciamiento físico

 Antes y durante la jornada, la dirección nacional del Psuv invitó a los electores a través de las redes sociales, a enviar un mensaje al 2406 con su número de cédula, para que cada quien supiera donde le tocaba votar.

 “No estoy inscrito en el Psuv pero vine porque una amiga que es concejala (del Psuv) me pidió el apoyo para la candidatura aquí en Chacao y a la gobernación de Miranda”, admitió Frank Lobatón de 56 años.

 n pleno mediodía, los electores en cola agradecieron la sombra proporcionada por árboles del lugar y la existencia de un muro para esperar sentados. Los centros de votación, que abrieron desde la 6:00 a.m., debían cerrar las 6:00 p.m. o hasta que hubiera personas en cola.

Electores en cola en la UE El Libertador en Chacao

En los centros visitados no se vio propaganda electoral de ningún candidato, solo de boca en boca, los simpatizantes pesuvistas, cuchicheaban el nombre del o la candidata de su preferencia. Un joven en Chacao advertía a través de una nota de voz en su teléfono móvil que no revelaría a quien apoyó porque el voto era secreto.