Un sector de la oposición busca precipitar la salida de Nicolás Maduro del poder a través de un referendo revocatorio, pero no logra aglutinar a toda la disidencia a favor del mecanismo.
Este tercer intento de revocatorio contra el chavismo gobernante (el primero contra Hugo Chávez en 2004 y el segundo contra Maduro en 2016) genera desencuentros por la dificultad que supone activarlo y el debate sobre la legitimidad y legalidad de los Poderes del Estado.
La expresidenta de la extinta Corte Suprema de Justicia Cecilia Sosa y la magistrada emérita del Tribunal Supremo de Justicia Blanca Rosa Mármol de León representan los extremos que encienden el debate entorno a esta propuesta.
Tres argumentos en contra del revocatorio defiende la magistrada emérita Blanca Rosa Mármol de León:
1️⃣ Nicolás Maduro no es presidente constitucional de Venezuela porque las presidenciales de 2018 fueron fraudulentas y, por ende, no puede revocarse de un cargo que no ostenta.
2️⃣ La Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre de 2020 es producto de unos comicios inconstitucionales y todas sus decisiones son nulas.
3️⃣ El Consejo Nacional Electoral designado por esa AN no tiene legitimidad de origen y está integrado por una mayoría oficialista que responde a los intereses de Maduro.
“Reconocer que se usen semejantes figuras para revocar a un presidente que no es tal equivale a legitimarlo, sería reconocer una cualidad que no tiene porque no es presidente legítimo de Venezuela, se renovó en unas elecciones inconstitucionales”, sentencia Mármol.
A su juicio, respaldar su activación “es ignorar la consulta popular (celebrada entre el 7 y el 12 de diciembre de 2020), es irrespetar la expresión de la mayoría. Convocar un revocatorio sería un desprecio de la expresión de esa voluntad que ya manifestó que no quiere a Maduro en el poder”, afirma.
La abogada considera que lo que procede es “hacer valer” el resultado de esa consulta con “presión internacional”: “Esa presión a la cual hacemos referencia es de tipo político y económico que obligue al dictador a aceptar los resultados. La presión no se refiere a la presencia de marines ni de invasiones como se ha pretendido presentar, es de tipo político y económico como las sanciones que pueden ir en aumento”.
Al ser consultada sobre la composición del nuevo CNE, la cual incorpora a dos representantes de las fuerzas democráticas (Enrique Márquez y Roberto Picón), Mármol responde: “No creo en organismos medio legítimos. El origen ilegítimo de ese CNE es ineludible, la preeminencia de los factores del régimen también lo es”.
Mármol se muestra escéptica sobre el proceso de negociación que media el Reino de Noruega. “Este diálogo está en una nube gris, en un limbo, no se sabe quiénes van a ser los participantes. De diálogo Venezuela tiene demasiado, todos han sido inútiles, de manera que creo que el único diálogo que puede haber es de qué manera se va quien se va quien detenta la presidencia (Nicolás Maduro)”, expresa.
Los tres argumentos a favor que sostiene la expresidenta de la Corte Suprema de Justicia Cecilia Sosa son:
1️⃣Maduro se desempeña ilegítimamente en el cargo, por lo tanto, “querer sacarlo del cargo que usurpa no lo legitima”.
2️⃣ La Asamblea Nacional y el CNE carecen de legitimidad de origen, pero la realidad política se impone. El revocatorio es una opción válida que solo será efectiva si se acuerda en una negociación.
3️⃣ El revocatorio rompe con la polarización entre chavistas y opositores y sirve para unificar a los ciudadanos (porque no plantea una lucha entre candidatos) que no quieren que Maduro ejerza la presidencia porque desaprueban su gestión.
“No hay duda de que Maduro es ilegítimo. Pero la Constitución cuando habla del revocatorio señala que a quien se revoca es a quien está en el cargo y él (Maduro) está ilegítimamente en el cargo porque decidió autoelegirse bajo condiciones no democráticas”, argumenta.
Y agrega: “Atacar el revocatorio porque Maduro es ilegítimo es decir que no se puede negociar tampoco, es aislarnos de una realidad que tenemos al frente que es que hay una persona que usurpa el poder. Las circunstancias sociales, económicas y políticas, no las jurídicas, no están indicando que el revocatorio es una opción válida que antes no estaba presente”.
Para que sea viable, Sosa destaca que debe acordarse su activación en la mesa de negociación para garantizar que otros Poderes del Estado, como el Tribunal Supremo de Justicia, no lo aborten como ocurrió con el intento de revocatorio en 2016.
La abogada también subraya que un revocatorio plantea una salida “rápida” que puede calar en los aliados internacionales pues supone la convocatoria de elecciones presidenciales en los 30 días siguientes a su aprobación.
Además considera que serviría para unificar tanto a chavistas como opositores que desaprueban la gestión de Maduro: “Los chavistas pueden votar por el revocatorio, ellos están fracturados también entre chavistas y maduristas. Es una opción que no plantea votar por un candidato o por otro sino es decirle a Maduro te vas, es la unidad de los ciudadanos que quieren un presidente que gerencia el país teniendo como prioridad resolver el hambre y las necesidades de la gente”.
En su opinión, las sanciones son suficientes para presionar al oficialismo a conceder el referendo revocatorio.
A diferencia de Mármol, Sosa opina que la consulta popular no puede equipararse al revocatorio. “Son dos instituciones diferentes, esa fue una consulta de opositores en la que, por cierto, participé. Pero no puedo, por el hecho de cumplir con la consulta, deslegitimar el revocatorio”, concluye.
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Un sector de la oposición busca precipitar la salida de Nicolás Maduro del poder a través de un referendo revocatorio, pero no logra aglutinar a toda la disidencia a favor del mecanismo.
Este tercer intento de revocatorio contra el chavismo gobernante (el primero contra Hugo Chávez en 2004 y el segundo contra Maduro en 2016) genera desencuentros por la dificultad que supone activarlo y el debate sobre la legitimidad y legalidad de los Poderes del Estado.
La expresidenta de la extinta Corte Suprema de Justicia Cecilia Sosa y la magistrada emérita del Tribunal Supremo de Justicia Blanca Rosa Mármol de León representan los extremos que encienden el debate entorno a esta propuesta.
Tres argumentos en contra del revocatorio defiende la magistrada emérita Blanca Rosa Mármol de León:
1️⃣ Nicolás Maduro no es presidente constitucional de Venezuela porque las presidenciales de 2018 fueron fraudulentas y, por ende, no puede revocarse de un cargo que no ostenta.
2️⃣ La Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre de 2020 es producto de unos comicios inconstitucionales y todas sus decisiones son nulas.
3️⃣ El Consejo Nacional Electoral designado por esa AN no tiene legitimidad de origen y está integrado por una mayoría oficialista que responde a los intereses de Maduro.
“Reconocer que se usen semejantes figuras para revocar a un presidente que no es tal equivale a legitimarlo, sería reconocer una cualidad que no tiene porque no es presidente legítimo de Venezuela, se renovó en unas elecciones inconstitucionales”, sentencia Mármol.
A su juicio, respaldar su activación “es ignorar la consulta popular (celebrada entre el 7 y el 12 de diciembre de 2020), es irrespetar la expresión de la mayoría. Convocar un revocatorio sería un desprecio de la expresión de esa voluntad que ya manifestó que no quiere a Maduro en el poder”, afirma.
La abogada considera que lo que procede es “hacer valer” el resultado de esa consulta con “presión internacional”: “Esa presión a la cual hacemos referencia es de tipo político y económico que obligue al dictador a aceptar los resultados. La presión no se refiere a la presencia de marines ni de invasiones como se ha pretendido presentar, es de tipo político y económico como las sanciones que pueden ir en aumento”.
Al ser consultada sobre la composición del nuevo CNE, la cual incorpora a dos representantes de las fuerzas democráticas (Enrique Márquez y Roberto Picón), Mármol responde: “No creo en organismos medio legítimos. El origen ilegítimo de ese CNE es ineludible, la preeminencia de los factores del régimen también lo es”.
Mármol se muestra escéptica sobre el proceso de negociación que media el Reino de Noruega. “Este diálogo está en una nube gris, en un limbo, no se sabe quiénes van a ser los participantes. De diálogo Venezuela tiene demasiado, todos han sido inútiles, de manera que creo que el único diálogo que puede haber es de qué manera se va quien se va quien detenta la presidencia (Nicolás Maduro)”, expresa.
Los tres argumentos a favor que sostiene la expresidenta de la Corte Suprema de Justicia Cecilia Sosa son:
1️⃣Maduro se desempeña ilegítimamente en el cargo, por lo tanto, “querer sacarlo del cargo que usurpa no lo legitima”.
2️⃣ La Asamblea Nacional y el CNE carecen de legitimidad de origen, pero la realidad política se impone. El revocatorio es una opción válida que solo será efectiva si se acuerda en una negociación.
3️⃣ El revocatorio rompe con la polarización entre chavistas y opositores y sirve para unificar a los ciudadanos (porque no plantea una lucha entre candidatos) que no quieren que Maduro ejerza la presidencia porque desaprueban su gestión.
“No hay duda de que Maduro es ilegítimo. Pero la Constitución cuando habla del revocatorio señala que a quien se revoca es a quien está en el cargo y él (Maduro) está ilegítimamente en el cargo porque decidió autoelegirse bajo condiciones no democráticas”, argumenta.
Y agrega: “Atacar el revocatorio porque Maduro es ilegítimo es decir que no se puede negociar tampoco, es aislarnos de una realidad que tenemos al frente que es que hay una persona que usurpa el poder. Las circunstancias sociales, económicas y políticas, no las jurídicas, no están indicando que el revocatorio es una opción válida que antes no estaba presente”.
Para que sea viable, Sosa destaca que debe acordarse su activación en la mesa de negociación para garantizar que otros Poderes del Estado, como el Tribunal Supremo de Justicia, no lo aborten como ocurrió con el intento de revocatorio en 2016.
La abogada también subraya que un revocatorio plantea una salida “rápida” que puede calar en los aliados internacionales pues supone la convocatoria de elecciones presidenciales en los 30 días siguientes a su aprobación.
Además considera que serviría para unificar tanto a chavistas como opositores que desaprueban la gestión de Maduro: “Los chavistas pueden votar por el revocatorio, ellos están fracturados también entre chavistas y maduristas. Es una opción que no plantea votar por un candidato o por otro sino es decirle a Maduro te vas, es la unidad de los ciudadanos que quieren un presidente que gerencia el país teniendo como prioridad resolver el hambre y las necesidades de la gente”.
En su opinión, las sanciones son suficientes para presionar al oficialismo a conceder el referendo revocatorio.
A diferencia de Mármol, Sosa opina que la consulta popular no puede equipararse al revocatorio. “Son dos instituciones diferentes, esa fue una consulta de opositores en la que, por cierto, participé. Pero no puedo, por el hecho de cumplir con la consulta, deslegitimar el revocatorio”, concluye.