Sorpresivamente hubo una juramentación de junta directiva en la Asamblea Nacional (AN) integrada por el diputado Luis Parra como presidente y con Franklin Duarte (Copei) y José Gregorio Noriega primer y segundo vicepresidentes, respectivamente. Se realizó sin el quórum reglamentario (84 diputados), lo que el politólogo Benigno Alarcón calificó de acto «írrito, sin validez» y hasta carente de racionalidad.
«Salvando las diferencias, si las elecciones del 20 de mayo de 2018, que dieron ganador a (Nicolás) Maduro, no fueron reconocidas por la comunidad internacional, no hay forma de que ningún país serio pueda aceptar la escogencia de esta directiva, incluso países aliados a Maduro, porque la jugada fue vulgar, obvia. Esta elección no tiene trascendencia, es inválida», advirtió.
Indicó que si el chavismo hubiera estado seguro de que la votación en el hemiciclo era contraria a Guaidó, como aseguraron diputados como José Brito previamente, se hubiese permitido la instalación normal del Parlamento para que transcurriera con normalidad la votación para escoger a la directiva del Parlamento.
AN paralela
Aclaró que todavía no puede hablarse de «golpe de Estado parlamentario» porque no es un hecho consumado. Por un lado, falta que la AN legítima realice la sesión, verifique la asistencia de los parlamentarios (84 mínimo), declare instalado el Parlamento y proceda a la elección de la junta directiva para su último periodo legislativo (2020-2021).
«No es descabellado hablar de un golpe de Estado pero considero que no se ha materializado, un golpe es un hecho consumado y quiere decir que ante él no hay nada que hacer. Lo otro sería que, en su desconocimiento, el gobierno de Maduro impida totalmente el funcionamiento de la AN legítima, pero ahora solo estamos ante un acto írrito que no tiene validez», afirmó.
Iniciado así el año, Alarcón avizora una escalada de la conflictividad política en el país que se expresará en lo inmediato con mayor presión internacional. Hasta ahora Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay y Estados Unidos han expresado su rechazo a lo ocurrido en el Palacio Legislativo y ratificaron su apoyo a la AN y a Guaidó.
«Veremos entonces que el Gobierno desconocerá a la AN y reconocerá a la junta directiva paralela, veremos planteadas dos asambleas, una, quizás la de Guaidó fuera del Poder Legislativo como sede pero que puede sesionar en cualquier lado según la Constitución y otra paralela», agregó.
Además, está la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que tras la declaratoria de desacato a la AN en 2016 por parte del Tribunal Supremo de Justicia, aprueba leyes y designa representantes de Poderes Públicos.
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Sorpresivamente hubo una juramentación de junta directiva en la Asamblea Nacional (AN) integrada por el diputado Luis Parra como presidente y con Franklin Duarte (Copei) y José Gregorio Noriega primer y segundo vicepresidentes, respectivamente. Se realizó sin el quórum reglamentario (84 diputados), lo que el politólogo Benigno Alarcón calificó de acto «írrito, sin validez» y hasta carente de racionalidad.
«Salvando las diferencias, si las elecciones del 20 de mayo de 2018, que dieron ganador a (Nicolás) Maduro, no fueron reconocidas por la comunidad internacional, no hay forma de que ningún país serio pueda aceptar la escogencia de esta directiva, incluso países aliados a Maduro, porque la jugada fue vulgar, obvia. Esta elección no tiene trascendencia, es inválida», advirtió.
Indicó que si el chavismo hubiera estado seguro de que la votación en el hemiciclo era contraria a Guaidó, como aseguraron diputados como José Brito previamente, se hubiese permitido la instalación normal del Parlamento para que transcurriera con normalidad la votación para escoger a la directiva del Parlamento.
AN paralela
Aclaró que todavía no puede hablarse de «golpe de Estado parlamentario» porque no es un hecho consumado. Por un lado, falta que la AN legítima realice la sesión, verifique la asistencia de los parlamentarios (84 mínimo), declare instalado el Parlamento y proceda a la elección de la junta directiva para su último periodo legislativo (2020-2021).
«No es descabellado hablar de un golpe de Estado pero considero que no se ha materializado, un golpe es un hecho consumado y quiere decir que ante él no hay nada que hacer. Lo otro sería que, en su desconocimiento, el gobierno de Maduro impida totalmente el funcionamiento de la AN legítima, pero ahora solo estamos ante un acto írrito que no tiene validez», afirmó.
Iniciado así el año, Alarcón avizora una escalada de la conflictividad política en el país que se expresará en lo inmediato con mayor presión internacional. Hasta ahora Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay y Estados Unidos han expresado su rechazo a lo ocurrido en el Palacio Legislativo y ratificaron su apoyo a la AN y a Guaidó.
«Veremos entonces que el Gobierno desconocerá a la AN y reconocerá a la junta directiva paralela, veremos planteadas dos asambleas, una, quizás la de Guaidó fuera del Poder Legislativo como sede pero que puede sesionar en cualquier lado según la Constitución y otra paralela», agregó.
Además, está la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que tras la declaratoria de desacato a la AN en 2016 por parte del Tribunal Supremo de Justicia, aprueba leyes y designa representantes de Poderes Públicos.