Eran las 6:00 p. m. y Ariana entró al centro comercial Sambil, en Chacao, para comprar algo de comer. No tenía ni 10 minutos allí, cuando un hombre blanco, de unos 1.70 metros de estatura, la abordó para decirle que tenía «bonito cabello». Ella solo le respondió “gracias” y siguió.
“Dos pasillos más adelante me llegó por detrás diciéndome que él no podía irse sin conocerme, que no me podía dejar ir así tan fácil”, narró la joven el pasado 3 de marzo en su muro de Facebook, en una publicación que recibió más de 1.500 reacciones y que se compartió 16 mil veces en la red social.
Ariana quiso ignorarlo, pero él continuó a su lado. Le preguntó que dónde vivía, qué hacía ahí, que donde trabajaba: “Contesté con mentiras entraba a cada tienda que veía y trataba de dejarlo atrás”.
El hombre tenía cabello negro, con algunas canas y ojos saltones. Le dijo que él acababa de llegar de la ciudad de Maracaibo (Zulia) y estaba esperando a un amigo.
La joven decidió publicar en su estado de WhatsApp que alguien la llamara urgente y poco después la contactó un amigo. Estuvieron hablando un buen rato mientras su acosador aún la seguía e incluso llegó a pedirle que colgara. Terminó por alejarse; ella subió al ala de la feria de comida, compró algo de tomar para hacer tiempo para que se hubiese ido lo más lejos posible.
“Cuando estaba en la salida lo vi pasar por mi lado junto con otra chica. De inmediato supe que le hacía lo mismo que a mí. Caminé lo más rápido hacia ella”, relató. El hombre la vio y bajó la cabeza y entró de nuevo al centro comercial.
Tres días después del post de Ariana, la Alcaldía de Chacao ofreció un balance en materia de seguridad sobre los primeros meses del año.
El texto reseñaba que “se logró la detención de dos sujetos por acoso sexual en el Centro Comercial Sambil”. Afirmaron que fue posible gracias a la denuncia oportuna de una joven que informó que fue acosada por un hombre en ese lugar.
La denunciante “acudió a la sede de la Policía Municipal de Chacao, además de colocar un mensaje de alerta en la red social Facebook de los hechos ocurridos, logrando conectar con más de 15 mujeres, que en días anteriores habían sido objeto de acoso con el mismo modus operandi”, explicaron.
El cuerpo policial inició las investigaciones. “Podría ser una red con lazos en Perú y los vinculados con este hecho ya fueron presentados ante los tribunales competentes”. Ambos presuntos responsables, Franco Rodríguez Benito y Christian Salgueiro Climastone, que fueron puestos a la orden del Ministerio Público, en materia de violencia contra la mujer.
El alcalde Gustavo Duque exhortó a las mujeres que “ante cualquier situación irregular” se comuniquen con las autoridades.
La misma Ariana compartió que al menos dos chicas la contactaron luego para contarle que vivieron experiencias similares. Una también en el Sambil y otra Sabana Grande, municipio Libertador de Caracas.
La organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres) difundió en mayo de 2020 un informe que reconoce la continuidad de la violencia contra las mujeres y las niñas en espacios públicos y privados alrededor del mundo.
Destacaron que las medidas actuales para responder a la COVID-19, “como el distanciamiento social y los toques de queda”, redujeron el número de personas en las calles, “lo que ha provocado un elevado riesgo de acoso y otras formas de violencia sexual que experimentan las mujeres con regularidad”.
El documento señala que muchas mujeres y niñas evitan denunciar sus experiencias de violencia sexual por varias razones:
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia describe el acoso u hostigamiento como toda conducta abusiva (incluyendo comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos) «dirigidos a perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, importunar y vigilar a una mujer que pueda atentar contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica, o que puedan poner en peligro su empleo, promoción, reconocimiento en el lugar de trabajo o fuera de él».
La normativa advierte que quien incurra en este delito «será sancionado con prisión de ocho a veinte meses«.
Respecto al acoso sexual, indica que quien solicite a una mujer un acto o comportamiento de contenido sexual «para sí o para un tercero o procurare un acercamiento sexual no deseado, prevaliéndose de una situación de superioridad laboral o docente o con ocasión de relaciones derivadas del ejercicio profesional, con la amenaza de causarle un daño» será sancionado con prisión de uno a tres años.
ONU Mujeres afirma que especialmente en esta época de pandemia es necesario que los líderes de todos los países, ciudades y comunidades coordinen sus acciones en los diferentes sectores y niveles de gobierno, en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil, para combatir las múltiples formas de discriminación y violencia.
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Eran las 6:00 p. m. y Ariana entró al centro comercial Sambil, en Chacao, para comprar algo de comer. No tenía ni 10 minutos allí, cuando un hombre blanco, de unos 1.70 metros de estatura, la abordó para decirle que tenía «bonito cabello». Ella solo le respondió “gracias” y siguió.
“Dos pasillos más adelante me llegó por detrás diciéndome que él no podía irse sin conocerme, que no me podía dejar ir así tan fácil”, narró la joven el pasado 3 de marzo en su muro de Facebook, en una publicación que recibió más de 1.500 reacciones y que se compartió 16 mil veces en la red social.
Ariana quiso ignorarlo, pero él continuó a su lado. Le preguntó que dónde vivía, qué hacía ahí, que donde trabajaba: “Contesté con mentiras entraba a cada tienda que veía y trataba de dejarlo atrás”.
El hombre tenía cabello negro, con algunas canas y ojos saltones. Le dijo que él acababa de llegar de la ciudad de Maracaibo (Zulia) y estaba esperando a un amigo.
La joven decidió publicar en su estado de WhatsApp que alguien la llamara urgente y poco después la contactó un amigo. Estuvieron hablando un buen rato mientras su acosador aún la seguía e incluso llegó a pedirle que colgara. Terminó por alejarse; ella subió al ala de la feria de comida, compró algo de tomar para hacer tiempo para que se hubiese ido lo más lejos posible.
“Cuando estaba en la salida lo vi pasar por mi lado junto con otra chica. De inmediato supe que le hacía lo mismo que a mí. Caminé lo más rápido hacia ella”, relató. El hombre la vio y bajó la cabeza y entró de nuevo al centro comercial.
Tres días después del post de Ariana, la Alcaldía de Chacao ofreció un balance en materia de seguridad sobre los primeros meses del año.
El texto reseñaba que “se logró la detención de dos sujetos por acoso sexual en el Centro Comercial Sambil”. Afirmaron que fue posible gracias a la denuncia oportuna de una joven que informó que fue acosada por un hombre en ese lugar.
La denunciante “acudió a la sede de la Policía Municipal de Chacao, además de colocar un mensaje de alerta en la red social Facebook de los hechos ocurridos, logrando conectar con más de 15 mujeres, que en días anteriores habían sido objeto de acoso con el mismo modus operandi”, explicaron.
El cuerpo policial inició las investigaciones. “Podría ser una red con lazos en Perú y los vinculados con este hecho ya fueron presentados ante los tribunales competentes”. Ambos presuntos responsables, Franco Rodríguez Benito y Christian Salgueiro Climastone, que fueron puestos a la orden del Ministerio Público, en materia de violencia contra la mujer.
El alcalde Gustavo Duque exhortó a las mujeres que “ante cualquier situación irregular” se comuniquen con las autoridades.
La misma Ariana compartió que al menos dos chicas la contactaron luego para contarle que vivieron experiencias similares. Una también en el Sambil y otra Sabana Grande, municipio Libertador de Caracas.
La organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres) difundió en mayo de 2020 un informe que reconoce la continuidad de la violencia contra las mujeres y las niñas en espacios públicos y privados alrededor del mundo.
Destacaron que las medidas actuales para responder a la COVID-19, “como el distanciamiento social y los toques de queda”, redujeron el número de personas en las calles, “lo que ha provocado un elevado riesgo de acoso y otras formas de violencia sexual que experimentan las mujeres con regularidad”.
El documento señala que muchas mujeres y niñas evitan denunciar sus experiencias de violencia sexual por varias razones:
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia describe el acoso u hostigamiento como toda conducta abusiva (incluyendo comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos) «dirigidos a perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, importunar y vigilar a una mujer que pueda atentar contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica, o que puedan poner en peligro su empleo, promoción, reconocimiento en el lugar de trabajo o fuera de él».
La normativa advierte que quien incurra en este delito «será sancionado con prisión de ocho a veinte meses«.
Respecto al acoso sexual, indica que quien solicite a una mujer un acto o comportamiento de contenido sexual «para sí o para un tercero o procurare un acercamiento sexual no deseado, prevaliéndose de una situación de superioridad laboral o docente o con ocasión de relaciones derivadas del ejercicio profesional, con la amenaza de causarle un daño» será sancionado con prisión de uno a tres años.
ONU Mujeres afirma que especialmente en esta época de pandemia es necesario que los líderes de todos los países, ciudades y comunidades coordinen sus acciones en los diferentes sectores y niveles de gobierno, en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil, para combatir las múltiples formas de discriminación y violencia.