Sin aviso y sin protesto. Por órdenes del Gobierno nacional, todos los cuerpos de los fallecidos junto a Óscar Pérez en la llamada «Masacre de El Junquito» fueron enterrados en cementerios escogidos por las autoridades, sin actos velatorios y en contra de la voluntad de sus familias, acciones que contravienen los derechos más elementales que tienen los dolientes sobre sus difuntos, explicó el abogado constitucionalista Mariano De Alba.
Explicó que aunque específicamente no hay una norma en el derecho internacional al respecto, en las que regulan las guerras se precisa que las personas tienen derecho a velar y enterrar a sus familiares. «Es algo que se da por sentado. Estamos en una situación que va más allá de lo legal«, puntualizó.
«Duele mucho esta situación. Ya no solo es el irrespeto a la dignidad humana, lo cual es un derecho humano, sino también es un irrespeto a la persona después de fallecida y a sus parientes, a quienes no se les permite cerrar un capítulo, lamentarse por lo que ocurrió», manifestó el experto legal.
Los familiares de José Alejandro Díaz Pimentel y Abraham Agostini Agostini tuvieron que despedirse de sus seres queridos frente a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el Cementerio del Este, en Caracas este sábado 20 de enero. Los militares bloquearon el paso al camposanto durante varias horas, mientras los cadáveres eran enterrados con muy pocos deudos. Luego le permitieron pasar al resto, pero ya las urnas habían sido inhumadas.
Por su parte, en la tarde de este mismo sábado fueron trasladados, con escolta policial, Daniel Soto Torres (30), Abraham Lugo Ramos (30) y Jairo Lugo Ramos a Maracaibo (Zulia) y Lisbeth Andreína Ramírez Mantilla (26) al estado Táchira para ser sepultados, también sin derecho a actos velatorios, como lo deseaban sus familiares.
Finalmente, Óscar Pérez fue enterrado también en un militarizado Cementerio del Este, poco antes de las 7:00 am de este domingo 21 de enero, solo con la presencia de su tía, Aura Pérez, y una prima.
De Alba sentenció que este episodio podría significar un hito en la memoria colectiva del venezolano, que nunca pensó que un Gobierno podría separar de un sepelio a los parientes de un fallecido.
Foto: EFE
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Sin aviso y sin protesto. Por órdenes del Gobierno nacional, todos los cuerpos de los fallecidos junto a Óscar Pérez en la llamada «Masacre de El Junquito» fueron enterrados en cementerios escogidos por las autoridades, sin actos velatorios y en contra de la voluntad de sus familias, acciones que contravienen los derechos más elementales que tienen los dolientes sobre sus difuntos, explicó el abogado constitucionalista Mariano De Alba.
Explicó que aunque específicamente no hay una norma en el derecho internacional al respecto, en las que regulan las guerras se precisa que las personas tienen derecho a velar y enterrar a sus familiares. «Es algo que se da por sentado. Estamos en una situación que va más allá de lo legal«, puntualizó.
«Duele mucho esta situación. Ya no solo es el irrespeto a la dignidad humana, lo cual es un derecho humano, sino también es un irrespeto a la persona después de fallecida y a sus parientes, a quienes no se les permite cerrar un capítulo, lamentarse por lo que ocurrió», manifestó el experto legal.
Los familiares de José Alejandro Díaz Pimentel y Abraham Agostini Agostini tuvieron que despedirse de sus seres queridos frente a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el Cementerio del Este, en Caracas este sábado 20 de enero. Los militares bloquearon el paso al camposanto durante varias horas, mientras los cadáveres eran enterrados con muy pocos deudos. Luego le permitieron pasar al resto, pero ya las urnas habían sido inhumadas.
Por su parte, en la tarde de este mismo sábado fueron trasladados, con escolta policial, Daniel Soto Torres (30), Abraham Lugo Ramos (30) y Jairo Lugo Ramos a Maracaibo (Zulia) y Lisbeth Andreína Ramírez Mantilla (26) al estado Táchira para ser sepultados, también sin derecho a actos velatorios, como lo deseaban sus familiares.
Finalmente, Óscar Pérez fue enterrado también en un militarizado Cementerio del Este, poco antes de las 7:00 am de este domingo 21 de enero, solo con la presencia de su tía, Aura Pérez, y una prima.
De Alba sentenció que este episodio podría significar un hito en la memoria colectiva del venezolano, que nunca pensó que un Gobierno podría separar de un sepelio a los parientes de un fallecido.
Foto: EFE