Este 8 de abril de 2021, monseñor César Ramón Ortega Herrera, Obispo Emérito de la Diócesis de Barcelona, falleció a la edad de 82 años, luego de sufrir complicaciones asociadas al COVID-19.
Monseñor César Ortega nació en Nirgua, Yaracuy, el 16 de julio de 1938. Realizó sus estudios de bachillerato en el seminario “Cristo Rey” de Ciudad Bolívar, y en el Seminario Divina Pastora de Barquisimeto se graduó como normalista. En la Universidad Ottawa de Canadá, realizó su licenciatura en Filosofía y Teología.
Su ordenación sacerdotal fue el 30 de junio de 1963, por imposición de manos de Monseñor Juan José Bernal Ortiz, en Ciudad Bolívar, cumpliendo allí diferentes servicios pastorales.
Más tarde, el 25 de agosto de 1983, fue nombrado Obispo de la Diócesis de Margarita por el Papa Juan Pablo II, recibiendo su ordenación episcopal el 28 de octubre del mismo año, de manos de monseñor Crisanto Mata Cova. En el año 1998, fue nombrado Obispo de la Diócesis de Barcelona, labor que cumplió hasta el año 2014.
Durante su ministerio episcopal, Ortega brindó gran atención a las vocaciones, especialmente las sacerdotales, insistiendo en que cada comunidad necesitaba contar con su sacerdote.
De igual manera, el cuidado de la familia como núcleo de la sociedad y la vida de fe, también fue muy importante en su labor pastoral, tal como lo fueron también las acciones sociales, la liturgia y la espiritualidad.
Logró la elevación del Santuario de Nuestra Señora del Valle al rango de Basílica Menor, luego de una solicitud realizada al Papa Juan Pablo II en audiencia privada, el 22 de marzo de 1994, durante la Visita Ad Limina de los Obispos Venezolanos; también creó el Museo Diocesano de la Virgen del Valle en Margarita.
El religioso se encontraba en Valencia en casa de una sobrina para el momento de su deceso.
Este 6 de abril en horas de la tarde falleció por síntomas asociados al COVID-19, el padre Moisés Pérez Lugo, párroco de San Martín de Porres de la Fundación Mendoza, en Valencia estado Carabobo.
Según cita el diario el Carabobeño el presbítero tenía un mes, aproximadamente, recluido en un centro de salud del norte de Valencia.
Moisés Pérez Lugo de 60 años, era oriundo del estado Apure, pero junto a su madre y sus hermanos había fijado su residencia en el barrio El Prado, donde el sacerdote era sumamente apreciado por la solidaridad que lo caracterizaba.
Siempre orientaba a los jóvenes por el camino del bien y les invitaba a amar a Jesús. Las misas de sanación que oficiaba, antes de la pandemia, hacía que la iglesia se llenara, al punto que muchos feligreses la escuchaban de pie y con agrado. Algunas personas calificaban este acto religioso como sublime por la emoción que transmitía el apreciado sacerdote, cita la periodista.
Este 8 de abril la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) emitió un comunicado en el que expresan la urgencia de la vacunación contra el COVID-19 en el país, manifestando que “el pueblo tiene el derecho a ser debidamente atendido tanto en la prevención como en los cuidados médicos necesarios”.
“Es una urgencia que debe enmarcarse en la llamada a practicar el mandamiento del amor fraterno”, señalan en el comunicado, y afirman que “No se puede esperar más tiempo. Lo humano está por encima de las diatribas políticas, pues la vida de cada persona es digna y sagrada”. Añaden que la vacunación debe realizarse “sin excepción ni discriminación alguna”, resaltó la directiva de la máxima institución religiosa de orden católica.
De acuerdo a un trabajo publicado el 8 de abril por el portal El Estímulo al menos 17 religiosas y sacerdotes venezolanos han muerto por la pandemia de COVID-19.
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Este 8 de abril de 2021, monseñor César Ramón Ortega Herrera, Obispo Emérito de la Diócesis de Barcelona, falleció a la edad de 82 años, luego de sufrir complicaciones asociadas al COVID-19.
Monseñor César Ortega nació en Nirgua, Yaracuy, el 16 de julio de 1938. Realizó sus estudios de bachillerato en el seminario “Cristo Rey” de Ciudad Bolívar, y en el Seminario Divina Pastora de Barquisimeto se graduó como normalista. En la Universidad Ottawa de Canadá, realizó su licenciatura en Filosofía y Teología.
Su ordenación sacerdotal fue el 30 de junio de 1963, por imposición de manos de Monseñor Juan José Bernal Ortiz, en Ciudad Bolívar, cumpliendo allí diferentes servicios pastorales.
Más tarde, el 25 de agosto de 1983, fue nombrado Obispo de la Diócesis de Margarita por el Papa Juan Pablo II, recibiendo su ordenación episcopal el 28 de octubre del mismo año, de manos de monseñor Crisanto Mata Cova. En el año 1998, fue nombrado Obispo de la Diócesis de Barcelona, labor que cumplió hasta el año 2014.
Durante su ministerio episcopal, Ortega brindó gran atención a las vocaciones, especialmente las sacerdotales, insistiendo en que cada comunidad necesitaba contar con su sacerdote.
De igual manera, el cuidado de la familia como núcleo de la sociedad y la vida de fe, también fue muy importante en su labor pastoral, tal como lo fueron también las acciones sociales, la liturgia y la espiritualidad.
Logró la elevación del Santuario de Nuestra Señora del Valle al rango de Basílica Menor, luego de una solicitud realizada al Papa Juan Pablo II en audiencia privada, el 22 de marzo de 1994, durante la Visita Ad Limina de los Obispos Venezolanos; también creó el Museo Diocesano de la Virgen del Valle en Margarita.
El religioso se encontraba en Valencia en casa de una sobrina para el momento de su deceso.
Este 6 de abril en horas de la tarde falleció por síntomas asociados al COVID-19, el padre Moisés Pérez Lugo, párroco de San Martín de Porres de la Fundación Mendoza, en Valencia estado Carabobo.
Según cita el diario el Carabobeño el presbítero tenía un mes, aproximadamente, recluido en un centro de salud del norte de Valencia.
Moisés Pérez Lugo de 60 años, era oriundo del estado Apure, pero junto a su madre y sus hermanos había fijado su residencia en el barrio El Prado, donde el sacerdote era sumamente apreciado por la solidaridad que lo caracterizaba.
Siempre orientaba a los jóvenes por el camino del bien y les invitaba a amar a Jesús. Las misas de sanación que oficiaba, antes de la pandemia, hacía que la iglesia se llenara, al punto que muchos feligreses la escuchaban de pie y con agrado. Algunas personas calificaban este acto religioso como sublime por la emoción que transmitía el apreciado sacerdote, cita la periodista.
Este 8 de abril la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) emitió un comunicado en el que expresan la urgencia de la vacunación contra el COVID-19 en el país, manifestando que “el pueblo tiene el derecho a ser debidamente atendido tanto en la prevención como en los cuidados médicos necesarios”.
“Es una urgencia que debe enmarcarse en la llamada a practicar el mandamiento del amor fraterno”, señalan en el comunicado, y afirman que “No se puede esperar más tiempo. Lo humano está por encima de las diatribas políticas, pues la vida de cada persona es digna y sagrada”. Añaden que la vacunación debe realizarse “sin excepción ni discriminación alguna”, resaltó la directiva de la máxima institución religiosa de orden católica.
De acuerdo a un trabajo publicado el 8 de abril por el portal El Estímulo al menos 17 religiosas y sacerdotes venezolanos han muerto por la pandemia de COVID-19.
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