Largas colas y la incertidumbre ante la distribución de combustible en la ciudad son parte de las vicisitudes que viven los merideños, región occidental del país, en medio de una crisis nacional por el suministro.
Las calles de uno de los mayores estados agrícolas parecen estacionamientos a cierlo abierto, pero no por las rutinarias trancas viales, sino por las largas y tediosas filas de carros a la espera de gasolina. Hoy Mérida es una zona donde todo se detiene debido a la falta de combustible.
Más de 30 horas deben esperar en las afueras de las estaciones de gasolina -seleccionadas por parte de la Mesa Técnica de Combustible (MTC) en el estado- cientos de conductores. Médicos, pacientes, empleados públicos, embarazas, tercera edad, no hay distinción ni preferencia para obtener el beneficio de llenar el tanque.
Actualmente, el estado cuenta con una Mesa Técnica de Combustible, la cual se encarga de publicar el horario y las gasolineras que surtirán cada día, todo por medio de las redes sociales a través de la cuenta de la Corporación para la Protección del Pueblo de Mérida, @corpomeridaserv.

En la región se contabilizan 44 estaciones de servicio que han despachado combustible desde el 1 de mayo. Sin embargo, esto se hace con irregularidad y racionada: despachan de 40 o 50 litros, cuando una unidad de transporte público, por ejemplo, requiere cerca de 120 litros para poder laborar en una jornada.
Salir a hacer una cola es cosa de suerte porque se desconoce cuándo expenderán combustible, y las principales estaciones de servicio solo distribuyen a precio internacional ( 0,50 centavos de dólar el litro).
Para el 9 de mayo, 30 litros de gasolina equivalían a 42.929.826,30 bolívares, o lo que corresponden a 15 dólares a la tasa del Banco Central de Venezuela, valorada en Bs 2.861.988,42 para la fecha.
La gasolina subsidiada es exclusivamente despachada a los llamados sectores priorizados, entre los que se encuentran: salud, transporte público y unidades del estado en materia de servicios.
La falta de gasoil y gasolina hace que diversos sectores tengan que parar sus actividades laborales o disminuir la cantidad de tiempo de sus operaciones para poder obtener algún ingreso económico.

Javier Vera, taxista de la línea Beethoven, explicó para el equipo de Efecto Cocuyo que debe hacer cola desde la madrugada del día antes de la fecha que le corresponde surtir y a veces le toca esperar más tiempo por la llegada de la gandola y así poder llenar 40 litros del tanque de su vehículo.
Para Vera, la falla de combustible le ha llevado a solo poder trabajar dos o tres carreras de taxi por día para no consumir todo su combustible y así poder tener su vehículo para otras labores familiares.
“Ha sido duro, porque por más que uno logre surtir hoy, debo esperar 5 días y tener la suerte de que ese día haya gasolina para poder volver a echar; de lo contrario me toca esperar 10 días”

El sector agrícola también se ha visto afectado. La distribución de gasoil ha mermado siendo difícil mantener activos tractores y camiones en el campo.
Alfonso Morales, campesino oriundo del pueblo de Bailadores, municipio Rivas Dávila, comenta en su cuenta de Twitter que el pueblo llevaba un mes sin la distribución de combustible, y no fue sino hasta el 10 de mayo que lograron comenzar a abastecer durante tres días.
Morales ha informado reiteradas veces en su cuenta de Twitter, en la que promueve la agricultura del país, la pérdida de cosechas debido a la falta del producto.
Desde la alcaldía de la ciudad de Mérida se ha reportado que, debido a fallas en la distribución del combustible, ha habido retrasos en la recolección de desechos sólidos dentro del municipio Libertador, generando problemas en la programación de horarios de la empresa encargada Sergidesol.
Otro sector que también se ha visto afectado es el transporte público, el sector ha informado que decenas de unidades solo han podido trabaja una vez al mes.
Alcedo Guerrero, presidente de la Línea de transporte San Benito, en el municipio Campo Elis, indica que de 90 unidades a gasoil con que cuenta su línea, solo les permiten surtir a 20 autobuses y en ocasiones únicamente 10 una vez a la semana.
Guerrero comenta que esa cantidad les permite laborar desde las 6:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde, activando 10 unidades por día lo que complica el servicio para los habitantes que se trasladan dentro y fuera del municipio.
En la ciudad, hoy cientos de personas han migrado al uso de transporte alterno, para trasladarse a sus lugares de trabajo o dentro del entorno local. Las bicicletas también han tomado un rol importante en el transito diario, desde que comenzó la pandemia y cada vez es más frecuente ver ventas de motos eléctricas. Todo con miras a atender la necesidad de desplazamiento en medio de la crisis de servicios que atraviesa el país.