El 28 de diciembre de 2020 la explosión de 168 bombonas de gas doméstico enlutó a una comunidad rural en el estado Monagas. Caño de Los Becerros se hizo famosa ese día, pero no por ser un zona bucólica, sino por la tragedia en la que se vio envuelta la localidad.
La jornada de venta de gas que esperaron por 10 meses se convirtió en un fuego que arrasó con la vida de nueve personas y dejó a 36 de ellas con quemaduras de segundo y tercer grado.
A un año de este hecho, sus habitantes celebraron una misa para recordar a los fallecidos: Magloris Ramos (62), Ángel Hernández (67), Meivis Chacón (17), Rutsellys Leonett (34), Genderson Leonett (9), Emily Leonett (13), Xavielis Gil (5), Laura Figuera (28) y Juan Ramos (62).
Los pobladores se congregaron en la escuela de Caño de Los Becerros, donde de nuevo las autoridades municipales prometieron ayudas. Las mismas que desde la tragedia y con Yelitza Santaella como gobernadora de Monagas quedaron en eso, asistencia que llegó a medias.
Murieron dos niños, dos adolescentes y cinco adultos. Entre ellos los hermanos Genderson y Emily Leonett y su tía Rutsellys Leonett.
Dayana Gil fue una de las sobrevivientes de la explosión. Cuenta a Efecto Cocuyo que desde febrero o marzo del año pasado, dejaron de enviarles provisiones, en especial las medicinas que necesitaban para la recuperación de sus heridas.
En Caño de Los Becerros también prometieron remozar un ambulatorio, construir viviendas para varias familias de los heridos y hasta asistencia económica.
La única vivienda que construyeron fue la de la encargada de los operativos del Clap y la entrega de bombonas, después de que quedó destruida por la explosión. Del centro médico solo cambiaron techos, pero no colocaron puertas ni ventanas, tampoco hay personal sanitario para los enfermos, que deben acudir al hospital de Aragua de Maturín, a 15 minutos de la comunidad.
«El pueblo tiene una gran tristeza y melancolía», dijo Gil este 28 de diciembre de 2021.
La nueva alcaldesa de Piar acudió a la misa este martes. Como su antecesor prometió seguir ayudando a los sobrevivientes, a quienes les pidió actualizar los datos sobre las necesidades y en especial de medicinas.
Sin embargo, el escepticismo de los residentes es el mismo que manifestaron cuando en febrero de este año Efecto Cocuyo acudió a la comunidad. En ese entonces manifestaron que pese a que los visitaron en varias oportunidades, las ayudas se quedaron a medio camino.
Por la explosión no hay responsables. La entonces presidenta de Gases de Maturín CA (Gasmaca), Luisana Betancor, dijo poco después del accidente que se produjo por la colilla de un cigarro, versión que desmintieron los habitantes de la comunidad.
En el Consejo Legislativo Socialista del estado Monagas se designó una comisión para investigar los hechos, pero no hay resultados públicos de esas averiguaciones. Tampoco hubo indemnización para las víctimas ni el apoyo que pidieron a la Defensoría del Pueblo para exigir la defensa de los derechos de los heridos.
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El 28 de diciembre de 2020 la explosión de 168 bombonas de gas doméstico enlutó a una comunidad rural en el estado Monagas. Caño de Los Becerros se hizo famosa ese día, pero no por ser un zona bucólica, sino por la tragedia en la que se vio envuelta la localidad.
La jornada de venta de gas que esperaron por 10 meses se convirtió en un fuego que arrasó con la vida de nueve personas y dejó a 36 de ellas con quemaduras de segundo y tercer grado.
A un año de este hecho, sus habitantes celebraron una misa para recordar a los fallecidos: Magloris Ramos (62), Ángel Hernández (67), Meivis Chacón (17), Rutsellys Leonett (34), Genderson Leonett (9), Emily Leonett (13), Xavielis Gil (5), Laura Figuera (28) y Juan Ramos (62).
Los pobladores se congregaron en la escuela de Caño de Los Becerros, donde de nuevo las autoridades municipales prometieron ayudas. Las mismas que desde la tragedia y con Yelitza Santaella como gobernadora de Monagas quedaron en eso, asistencia que llegó a medias.
Murieron dos niños, dos adolescentes y cinco adultos. Entre ellos los hermanos Genderson y Emily Leonett y su tía Rutsellys Leonett.
Dayana Gil fue una de las sobrevivientes de la explosión. Cuenta a Efecto Cocuyo que desde febrero o marzo del año pasado, dejaron de enviarles provisiones, en especial las medicinas que necesitaban para la recuperación de sus heridas.
En Caño de Los Becerros también prometieron remozar un ambulatorio, construir viviendas para varias familias de los heridos y hasta asistencia económica.
La única vivienda que construyeron fue la de la encargada de los operativos del Clap y la entrega de bombonas, después de que quedó destruida por la explosión. Del centro médico solo cambiaron techos, pero no colocaron puertas ni ventanas, tampoco hay personal sanitario para los enfermos, que deben acudir al hospital de Aragua de Maturín, a 15 minutos de la comunidad.
«El pueblo tiene una gran tristeza y melancolía», dijo Gil este 28 de diciembre de 2021.
La nueva alcaldesa de Piar acudió a la misa este martes. Como su antecesor prometió seguir ayudando a los sobrevivientes, a quienes les pidió actualizar los datos sobre las necesidades y en especial de medicinas.
Sin embargo, el escepticismo de los residentes es el mismo que manifestaron cuando en febrero de este año Efecto Cocuyo acudió a la comunidad. En ese entonces manifestaron que pese a que los visitaron en varias oportunidades, las ayudas se quedaron a medio camino.
Por la explosión no hay responsables. La entonces presidenta de Gases de Maturín CA (Gasmaca), Luisana Betancor, dijo poco después del accidente que se produjo por la colilla de un cigarro, versión que desmintieron los habitantes de la comunidad.
En el Consejo Legislativo Socialista del estado Monagas se designó una comisión para investigar los hechos, pero no hay resultados públicos de esas averiguaciones. Tampoco hubo indemnización para las víctimas ni el apoyo que pidieron a la Defensoría del Pueblo para exigir la defensa de los derechos de los heridos.