Estados Unidos (EEUU) supera este miércoles 8 de abril los 400 mil casos confirmados de COVID-19 y las 13 mil muertes. La enfermedad está cada vez más extendida en el país, pero con señales de estabilización en algunos de los principales focos.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, acumulaba 402 mil 923 positivos y 13 mil 7 fallecimientos. Los decesos están aumentando a un ritmo cercano a los 2 mil por cada 24 horas.
Nueva York sigue siendo el gran epicentro de la pandemia con más de 142 mil positivos, muy cerca ya de las cifras de España. Y con 6 mil 268 fallecidos, tras un nuevo récord de 779 en la última jornada.
Y las cifras reales, según admiten las autoridades, son seguramente mucho peores, pues no se están contabilizando los muertos fuera de hospitales a menos que hubiesen dado positivo previamente. Solo en la ciudad de Nueva York, se cree que entre 100 y 200 personas pueden estar falleciendo cada día en sus hogares con COVID-19.
El virus se extiende por todo EEUU

La vecina Nueva Jersey, el segundo estado más golpeado, acumulaba al día miércoles más de mil 500 muertes -con un nuevo máximo diario de 275- y se acercaba a los 48 mil casos confirmados. Pero también comenzaba a ver las primeras señales de que los contagios pueden estar comenzando a frenarse.
Algo parecido ocurría en el estado de Michigan. El tercero con más casos, donde las últimas cifras de Detroit -el principal foco- dan algunos motivos para el optimismo.
Nueva Orleans (Luisiana), Chicago (Illinois) o el sur de Florida continúan siendo otros de los puntos calientes. Mientras que las autoridades están preocupadas por la evolución en la capital federal, Washington, donde hasta ahora se han registrado únicamente unos mil 500 casos y menos de 30 muertes.
Según el principal epidemiólogo del Gobierno de EEUU, Anthony Fauci, esta semana va a ser “mala” para el país en términos de muertes. Mas espera que para la próxima comience a verse un cambio de tendencia, lo que no debe llevar a relajar las medidas para limitar los contagios, dijo a Fox News.
Para responder a la crisis, EEUU se fija más y más en California. Es uno de los primeros focos y con una actuación muy decidida ha conseguido limitar el número de casos, que se sitúan aún por debajo de los 18 mil en un estado con 40 millones de habitantes.
Nueva York aplana la curva

Las “buenas noticias” son que la “curva se aplana” en Nueva York, según destacó este 8 de abril el gobernador del estado, Andrew Cuomo, que explicó que las nuevas hospitalizaciones se están reduciendo de manera importante y dando un respiro al sistema de salud.
“Si el ritmo de hospitalizaciones sigue bajando de la forma en que lo está haciendo, el sistema debería estabilizarse en estas próximas dos semanas, lo que minimizará la necesidad de capacidad extra que hemos construido”, explicó en su conferencia de prensa diaria.
Cuomo aseguró que los datos demuestran que las medidas de confinamiento y de parón de la actividad económica están funcionando. No obstante, avisó de que los fallecimientos pueden seguir aumentando durante los próximos días, a medida que perecen personas que llevan semanas luchando contra la enfermedad.
Afroamericanos y latinos, entre los más afectados
Por ahora, el COVID-19 ha golpeado principalmente a las grandes ciudades de EEUU y, dentro de ellas, con especial fuerza a las comunidades afroamericanas y, algo menos, a las latinas.
En el caso de la población negra, ya desde el inicio de esta semana varios estados vienen dando la señal de alarma, con Luisiana a la cabeza, donde un 70 % de los fallecidos son afroamericanos, pese a que únicamente representan un tercio de la población.
Con información y fotos de EFE