Gobierno ajusta el salario mínimo a 7 millones de bolívares #1Mayo
El nuevo billete de medio millón de bolívares apenas vale US$0,25. Foto: REUTERS

Las empresas y la banca coinciden en que la tercera reconversión monetaria es necesaria para aliviar los sistemas contables del país. Los economistas, además, lo ven como una oportunidad para que se presente un nuevo plan económico y no quede solo como una medida aislada.

Un presupuesto público nacional bien detallado para el próximo año, un nuevo paquete contra la hiperinflación y devolver a Venezuela a la comunidad financiera internacional son las tres acciones en las que concuerdan los expertos que se necesitan para darle fuerza al recorte de seis ceros, que sufrirá la moneda nacional en menos de dos meses.

“Para que se justifiquen los costos de la reconversión, el país tendría que volver a un presupuesto nacional bien presentado. Hay que pensarlo en términos multimonedas y tener metas claras y un respaldo en cifras. Se tienen que tener unas prioridades claras y verificables” apuntó el economista Ronald Balza, en la entrevista telefónica con Efecto Cocuyo.

La Constitución Nacional fija que el Ejecutivo tiene hasta el 15 de octubre de cada año para la presentación ante la Asamblea Nacional de la Ley del Presupuesto. Esto supone que la administración de Nicolás Maduro tiene una nueva oportunidad de regularizar las finanzas públicas con un buen presupuesto nacional junto con la entrada en vigencia de la tercera reconversión monetaria.

Medida aislada

El presupuesto nacional es mucho más que una simple guía económica que fija “un nivel prudente en relación con el tamaño de la economía” como lo establece la Carta Magna. Este documento es clave para establecer cuáles son los ingresos previstos y los gastos para todos los sectores de la administración pública y es, además, la base para reorganizar las finanzas venezolanas.

Fijar cuánto se espera cobrar por la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la venta de oro de las minas con participación gubernamental en el estado Bolívar y por la privatización de algunas empresas públicas durante el próximo año es un paso clave para que se pueda cortar a la hiperinflación de raíz. Solo con esta cifra clara es posible establecer cuál es la capacidad de gasto que tiene el sector público, sin tener que recurrir a financiamientos extras que aceleran la devaluación del bolívar.  

La búsqueda del financiamiento

Para lograr que la reconversión monetaria sea más que una medida aislada también se necesitan otras acciones aparte de un buen presupuesto público 2022. Elaborar un plan antiinflacionario y reinsertar a Venezuela en la comunidad financiera internacional son otras de las medidas recomendadas por los economistas.

“Venezuela necesita reconstruirse y para hacerlo requiere de asistencia financiera internacional. Hay que reinsertarse en el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Pero incluso pensar en un gran plan de donantes” explicó Leonardo Vera, economista e investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en entrevista para Efecto Cocuyo.

Obtener dinero fresco de los entes multilaterales es lo que podría ayudar a que el Estado acometa grandes obras públicas que son necesarias para sacar al país del ciclo de recesión.  Recomponer el sistema eléctrico nacional y reparar el sistema de agua potable de todo el país, por ejemplo, son dos de las tareas que pueden crear una diferencia en la expansión económica del país.

Antes de pensar en solicitar unos nuevos créditos en dólares también será necesario que se elabore un plan económico como el que siguieron Brasil o Perú para sellar su salida de la hiperinflación. Eso sin hablar de que es un requisito que exigirán los multilaterales y los inversionistas privados para entrar en la economía venezolana.

Esta tercera reconversión monetaria tiene la oportunidad de ser más que una medida aislada de eliminación de los ceros de la moneda nacional. Es también una ocasión para que la administración de Nicolás Maduro pueda tomar medidas económicas y políticas que ayuden a cortar el ciclo económico que ya suma siete años de recesión y otros tres de hiperinflación.