Una hilera de comerciantes decepcionados se acomodaba bajo el sol en el mercado de Catia, al oeste del Distrito Capital. A tan solo horas de la reconversión monetaria en Venezuela, esperaban multitudes de compradores paranoicos dispuestos a gastar dinero. Pero el brusco incremento del dólar, que para la tarde de este 30 de septiembre se ubica en 5.035.381 bs, frenó de forma considerable las ventas en negocios formales e informales en la capital.
Debido a que subió el precio de la divisa estadounidense, la capacidad adquisitiva del venezolano se redujo de inmediato. Especialmente afectados fueron aquellos que planearon gastar los bolívares que quedaron en sus cuentas después de las 9 a. m. de este jueves 30 de septiembre. A esa hora, el dólar se cotizó en Bs. 4.810.438. Los que compraron antes lo hicieron con la tasa de Bs. 4.467.830.
Para las 8 de la mañana, la gente se llevaba grandes cantidades de harina de maíz, mantequilla, papel higiénico, aceite, granos y hortalizas en Petare, pero las ventas empezaron a caer en picada cuando se publicó la primera cotización de la mañana. En Catia, las compras han estado detenidas desde que amaneció. Centenares de mujeres, hombres y niños caminan de aquí a allá, con los tapabocas en las barbillas, casi sin adquirir productos. Intactos están los puestos de dulces y caramelos de origen asiático.
A diferencia de las compras nerviosas que este miércoles 29 se observaron en los supermercados y mercados populares caraqueños, en la tarde de este jueves las personas adquirieron lo necesario y se llevaron pocas bolsas a casa. Se debe también a la deficiencia de los puntos de venta (que ya estaban comenzando a fallar con tarjetas del Banco de Venezuela y Provincial) y los altos precios establecidos por los comerciantes.
En Catia actualmente se maneja una cotización del dólar entre 5.500.000 y 5.900.000 bolívares, si el cliente paga en efectivo o por punto. Faltan menos de seis horas para que los sistemas bancarios venezolanos comiencen el proceso de retirarle seis ceros a la moneda venezolana.
Comerciantes cobran el dólar en más de Bs. 5.000.000 antes de nueva expresión monetaria
Poco movimiento en los mercados
Una mujer morena y de ojos rasgados habla con otra sentada en un banquito, mientras bosteza cada cinco minutos. Frente a ella están acomodados enormes paquetes transparentes que contienen varios kilos de harina PAN, leche, pasta, arroz, granos, aceite y mantequilla. Ocupa solo una porción de la calle en Catia, pero los precios son visibles a pocos metros de distancia: 10 o 15 dólares por combo. Sin embargo, las ventas han escaseado y nadie se detiene a preguntar, aunque hay una muchedumbre que se mueve con rapidez.
“Acepto la forma de pago que venga. El punto todavía está funcionando”, dice la comerciante y bosteza otra vez. Está aburrida, pero asegura que volverá a abrir el viernes luego de la reconversión, porque “hay que trabajar todos los días”.
Decenas de buhoneros repiten lo mismo. Reciben bolívares y dólares, aunque los costos de los productos se expresan con la moneda extranjera. El sonido pegajoso de una salsa resuena por los rincones y hay que tener cuidado de no tropezar con la gente.
Otra comerciante, con el pelo rubio recogido, ofrece diversos productos básicos y espera a que alguien se fije en ella.
“Recibo dólares. Si me pagas con bolívares, el precio es otro”, comenta muy seria. En realidad, prefiere que le paguen en divisas foráneas, porque no sabe cuál será la próxima cotización del viernes 1 de octubre. Esa duda mantiene en vilo a 28 millones de venezolanos en el país.
En el mercado municipal, Gerardo, el dueño de un negocio de detergentes y productos de limpieza indica que no ha vendido mucho este 30 de septiembre, a pesar de que es quincena.
“Lo normal y eso que nosotros creímos que la gente vendría a gastarse sus bolívares. No fue así y es porque no tienen. La gente que cobra en bolívares no gana lo suficiente y el dinero se les acaba de devaluar. Yo aquí cobro en lo que venga. Incluso con trueques, si tienes algo que me interese”, expresó a Efecto Cocuyo.
Se esfuma la capacidad adquisitiva
En la redoma de Petare, una mujer de la tercera edad mira con desconcierto a un comerciante dentro de una tienda de alimentos. Intenta comprar una harina de trigo con una tarjeta vieja del Banco de Venezuela que no pasa. Son las 2 de la tarde.
“¿El banco volvió a fallar?”, pregunta en voz baja. Mira al joven cajero, con los ojos azules desmesuradamente abiertos.
“No, señora. Es que dice saldo insuficiente. No le alcanza el dinero que tiene en la cuenta”, le explica él.
“Pero, ¿cómo? Ahí hay dos dólares y un poquito más”, insiste ella. No comprende que le están cobrando el dólar a una tasa distinta a la del miércoles. Cuando entiende que debe pagar una diferencia, saca tres billetes arrugados de 1 millón de bolívares y los mira con atención. Vuelve a guardarlos después de un rato y se da la media vuelta luego de un escueto “No importa, gracias”.
El cajero la detiene, mira por encima del hombro, y le pide la tarjeta de nuevo. Esta vez la pasa por 9.600.000 bolívares, en vez de los 11.000.000 iniciales. La mujer recoge la harina y se va después de agradecer al muchacho porque los bolívares en efectivo es el único dinero que le queda para volver a casa, en Carpintero. Él hace un gesto simple con la mano.
“Esto está muy mal. Es un golpe fuerte. La plata no alcanza, los bolívares no sirven para nada. Pobre abuela”, comenta.
Este miércoles 29, la encuesta Encovi, presentada por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) arrojó que la pobreza total por ingresos alcanzó 94,5 % en el país. Con el incremento del dólar, esta realidad es aún más visible en las zonas populares.
La incertidumbre de los buhoneros de Petare
A partir de la 1 de la tarde, los comerciantes informales de la avenida principal de José Félix Ribas. en Petare, se niegan a aceptar bolívares en cualquiera de sus formas. Se excusan con que los puntos han dejado de servir, aunque no es cierto. No se apagaron todos los puntos de venta, el problema es la incertidumbre sobre el próximo incremento del dólar.
“Prefiero dejar de vender a hacerlo y luego perder plata. A mí no me regalan la mercancía. En un rato recojo y arranco para mi casa”, dice Eider Pineda, que comercializa alimentos.
Los únicos que siguen aceptando la moneda oficial de Venezuela son los negocios y vendedores de frutas y hortalizas. Estos últimos continúan expresando los precios en bs y exhortan a la gente a llevarse un kilo de todo, “porque no se sabe que va a pasar”. En realidad, uno de ellos, Miguel Martínez, confiesa que quieren vender lo más posible porque los vegetales se pueden pudrir si no lo logran.
No hay aglomeración en la avenida, como el miércoles. La gente camina tranquila mientras el reloj sigue corriendo.
¿Qué va a pasar con el precio de la gasolina?
Finalmente, las gasolineras son los sitios en los que las personas sí están gastando bolívares, frente a las dudas de cómo quedará el precio del combustible subsidiado para el 1 de octubre. El mismo está establecido en 5.000 bolívares el litro (0,005 del nuevo cono monetario).
Sin embargo, según trabajadores de la gasolinera La Estrella, en la Candelaria, para el viernes se recibirán bolívares físicos con total normalidad. Si funcionan los puntos y el biopago estos métodos también estarán vigentes. Solo se surtirá hasta 120 litros (600.000 bolívares soberanos o 0,6 del nuevo cono).
Asimismo, para las 3:00 de la tarde todavía habían personas en algunos bancos, como el Provincial, intentando sacar lo que quedaba en bolívares de sus cuentas antes de que llegue el fin de semana. Las dudas de lo que ocurrirá todavía inquieta a muchos caraqueños.