La banca nacional recibió autorización esta semana para utilizar 10 % de los depósitos en divisas para otorgar más créditos indexados a las empresas. Los economistas concuerdan en que se trata de una buena medida para inyectarle más oxígeno a la recuperación económica en el país, pero apenas lo ven como un primer paso para el regreso del financiamiento.
“Teníamos previsto que los créditos comenzaran a recuperarse en el segundo trimestre de este año y nos sorprendió el anuncio que facilitaran los créditos basados en los depósitos de las cuentas custodias. Pero hace falta el desarrollo de medidas macro para facilitar más los créditos” apuntó Alejandro Castro Sánchez, economista y gerente de operaciones de la firma Econométrica, en entrevista con Efecto Cocuyo.
La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) permitió darle fuerza a las cuentas nacionales en divisas desde finales del año 2019. Sin embargo, estos fondos, depositados en su mayoría por las empresas, no pudieron ser utilizados para otorgarles créditos a las compañías y a otros sectores claves como las hipotecas inmobiliarias durante más de dos años.
Si se siguen las estadísticas más recientes de Sudeban de noviembre 2021, se encuentra que las llamadas cuentas corrientes de libre convertibilidad con fondos en dólares y euros suman depósitos por 2,595 billones de bolívares.
Un monto que apenas está por debajo de los 2,896 billones de bolívares depositados en las cuentas corrientes normales y que permite ver la magnitud del dinero que está guardado en la banca sin que pueda ser prestado debido al encaje legal bancario.
“Es inédito que se den créditos como sustento de estas cuentas denominadas en dólares. Esto es un espaldarazo a la dolarización de facto de la economía, esa es la parte buena y la parte mala es que los créditos con base en esas cuentas pueden representar un golpe importante para las empresas si no se mantiene el tipo de cambio estable” advirtió el economista Hermes Pérez, en conversación con Efecto Cocuyo.
El profesor de macroeconomía en la Universidad Metropolitana se refiere a la llamada Unidad de Valor de Crédito Comercial (UVCC), que es una figura creada por el Banco Central de Venezuela (BCV) también durante el año 2019 y que es el principio de los créditos indexados.
Estos préstamos son otorgados en bolívares, pero son actualizados en la medida que avanza el tipo de cambio en el país. En definitiva, esto supone que las empresas corren el riesgo de obtener un crédito cuyo monto base y sus intereses pueden crecer muy rápido en la medida en que se mueve la tasa de cambio oficial.
Cuando el presidente Nicolás Maduro ratificó el anuncio de estos créditos indexados en su alocución televisiva habló de expandir “la base crediticia”, aunque no mencionó el monto concreto de cuánto más tendrá ahora la banca para prestarle a las empresas de distintos sectores.
Los cálculos del economista Hermes Pérez apuntan a que se sumarán otros 74 millones de dólares a la cartera de crédito de la banca nacional con esta medida, si se parte de los datos más recientes de los depósitos publicados por Sudeban. Esto se suma a otros 10 millones de dólares que estarán disponibles con la creación del Fondo Nacional de Emprendimiento (FNE).
“El corazón del crédito está en la banca, pero nuestra cartera total es de las más pequeñas de América Latina. Esta es la razón por la que las empresas se vieron obligadas a emitir papeles comerciales y a acudir a mesas privadas de inversionistas para obtener préstamos” detalló el especialista Castro Sánchez.
Las diversas limitaciones de las empresas para obtener un préstamo en la banca nacional son lo que explica la actividad en la Bolsa de Valores de Caracas en los tres años más recientes. Estas dificultades crediticias también fueron un impulso para la llegada al país de capitales de riesgo privados que financian desde Panamá, Puerto Rico y los Estados Unidos a pequeño grupo de empresas capaces de conectar con estos inversionistas internacionales.
Las empresas venezolanas pueden conseguir créditos que se mueven entre los 400.000 y 800.000 dólares en estas mesas privadas de inversionistas de riesgo. La diferencia con la banca es que se trata de una opción difícil de alcanzar para pequeñas y medianas empresas y también que estos préstamos están sometidos a unas condiciones muy diferentes a un crédito bancario.
Foto principal: Emprender Juntos | Web
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La banca nacional recibió autorización esta semana para utilizar 10 % de los depósitos en divisas para otorgar más créditos indexados a las empresas. Los economistas concuerdan en que se trata de una buena medida para inyectarle más oxígeno a la recuperación económica en el país, pero apenas lo ven como un primer paso para el regreso del financiamiento.
“Teníamos previsto que los créditos comenzaran a recuperarse en el segundo trimestre de este año y nos sorprendió el anuncio que facilitaran los créditos basados en los depósitos de las cuentas custodias. Pero hace falta el desarrollo de medidas macro para facilitar más los créditos” apuntó Alejandro Castro Sánchez, economista y gerente de operaciones de la firma Econométrica, en entrevista con Efecto Cocuyo.
La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) permitió darle fuerza a las cuentas nacionales en divisas desde finales del año 2019. Sin embargo, estos fondos, depositados en su mayoría por las empresas, no pudieron ser utilizados para otorgarles créditos a las compañías y a otros sectores claves como las hipotecas inmobiliarias durante más de dos años.
Si se siguen las estadísticas más recientes de Sudeban de noviembre 2021, se encuentra que las llamadas cuentas corrientes de libre convertibilidad con fondos en dólares y euros suman depósitos por 2,595 billones de bolívares.
Un monto que apenas está por debajo de los 2,896 billones de bolívares depositados en las cuentas corrientes normales y que permite ver la magnitud del dinero que está guardado en la banca sin que pueda ser prestado debido al encaje legal bancario.
“Es inédito que se den créditos como sustento de estas cuentas denominadas en dólares. Esto es un espaldarazo a la dolarización de facto de la economía, esa es la parte buena y la parte mala es que los créditos con base en esas cuentas pueden representar un golpe importante para las empresas si no se mantiene el tipo de cambio estable” advirtió el economista Hermes Pérez, en conversación con Efecto Cocuyo.
El profesor de macroeconomía en la Universidad Metropolitana se refiere a la llamada Unidad de Valor de Crédito Comercial (UVCC), que es una figura creada por el Banco Central de Venezuela (BCV) también durante el año 2019 y que es el principio de los créditos indexados.
Estos préstamos son otorgados en bolívares, pero son actualizados en la medida que avanza el tipo de cambio en el país. En definitiva, esto supone que las empresas corren el riesgo de obtener un crédito cuyo monto base y sus intereses pueden crecer muy rápido en la medida en que se mueve la tasa de cambio oficial.
Cuando el presidente Nicolás Maduro ratificó el anuncio de estos créditos indexados en su alocución televisiva habló de expandir “la base crediticia”, aunque no mencionó el monto concreto de cuánto más tendrá ahora la banca para prestarle a las empresas de distintos sectores.
Los cálculos del economista Hermes Pérez apuntan a que se sumarán otros 74 millones de dólares a la cartera de crédito de la banca nacional con esta medida, si se parte de los datos más recientes de los depósitos publicados por Sudeban. Esto se suma a otros 10 millones de dólares que estarán disponibles con la creación del Fondo Nacional de Emprendimiento (FNE).
“El corazón del crédito está en la banca, pero nuestra cartera total es de las más pequeñas de América Latina. Esta es la razón por la que las empresas se vieron obligadas a emitir papeles comerciales y a acudir a mesas privadas de inversionistas para obtener préstamos” detalló el especialista Castro Sánchez.
Las diversas limitaciones de las empresas para obtener un préstamo en la banca nacional son lo que explica la actividad en la Bolsa de Valores de Caracas en los tres años más recientes. Estas dificultades crediticias también fueron un impulso para la llegada al país de capitales de riesgo privados que financian desde Panamá, Puerto Rico y los Estados Unidos a pequeño grupo de empresas capaces de conectar con estos inversionistas internacionales.
Las empresas venezolanas pueden conseguir créditos que se mueven entre los 400.000 y 800.000 dólares en estas mesas privadas de inversionistas de riesgo. La diferencia con la banca es que se trata de una opción difícil de alcanzar para pequeñas y medianas empresas y también que estos préstamos están sometidos a unas condiciones muy diferentes a un crédito bancario.
Foto principal: Emprender Juntos | Web