Las empresas privadas son quienes mayor utilidad le encontraron a las cuentas nacionales en dólares. Al punto que hoy son las grandes depositantes de estos productos que la banca empezó a ofrecer primero como unas simples cuentas de custodia y que, luego, pasaron a ser cuentas corrientes no remuneradas.
Estas cuentas nacionales en dólares que llevan más de un año y medio en el mercado terminaron por ofrecerle a las empresas privadas dos servicios claves: el resguardo de las divisas en efectivo que captan de sus clientes y servir de vía directa para hacerles pagos a sus proveedores nacionales y a sus propios empleados en distintas regiones del país.
Cuando se revisan los datos de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) se evidencia que la mayoría de las divisas depositadas en la banca nacional están en cuentas a nombre de las personas jurídicas para el cierre de marzo pasado. Estos cálculos realizados por el economista Romar Guerra-Leiva muestran que las empresas son las grandes depositantes, tanto en las entidades públicas como en las privadas.
“Cuando se hace la conversión de esos depósitos al tipo de cambio oficial, se ve que la cifra total de los depósitos no ha variado mucho. Ha rondado siempre muy cerca de los 800 millones de dólares” apuntó Guerra-Leiva, quien es integrante de la Asociación Académica de Análisis Económico, en entrevista exclusiva para Efecto Cocuyo.
Condiciones poco atractivas
Los venezolanos comunes que guardan divisas apenas representan 11,1% de los depósitos totales de las cuentas nacionales en dólares, cuando se mira el sistema bancario nacional. En definitiva, se trata de una proporción mínima y no es difícil entenderlo.
“Lo que están buscando los venezolanos no solamente es que los depósitos sirvan como un resguardo seguro de los dólares (en efectivo), también están buscando movilidad y flexibilidad con estas cuentas. Hoy apenas sirven para facilitar el pago en los comercios, sin hacer uso de las divisas en efectivo” señaló para Efecto Cocuyo, Luis Arturo Bárcenas, economista senior de la firma Ecoanalítica.
Cancelar las compras en los comercios sin tener que complicarse por el vuelto es un servicio que fue autorizado con la tarjeta de débito recién en enero de este año. Sin embargo, las condiciones de estas cuentas nacionales en dólares siguen siendo muy variadas y poco atractivas para la mayoría de los venezolanos.
Ninguna de estas cuentas permite que se transfieran divisas a clientes en otras entidades nacionales, ni tampoco internacionales. Solo están habilitadas las transferencias entre clientes de un mismo banco.
Los montos mínimos de los depósitos también varían entre las entidades. Por ejemplo, el Banco de Venezuela o el Banco del Tesoro admiten depósitos a partir de un dólar en efectivo, mientras que otras entidades privadas como Banesco imponen un depósito mínimo de 100 dólares para las personas naturales.
Estas cuentas nacionales en dólares tampoco operan en toda la red de agencias. Cada banco ofrece un número limitado de agencias en donde es posible hacer los depósitos y los retiros en efectivo, en especial en el interior del país donde la mayoría de las taquillas habilitadas se circunscriben a la ciudad capital del estado.
“Más allá del tema de las agencias, el mayor obstáculo a vencer es la desconfianza que pueden tener los venezolanos por depositar sus dólares en cuentas que sean obligatoriamente convertibles a bolívares” explicó el economista Bárcenas.
Las cuentas nacionales en dólares compiten, además, en un mercado que está repleto de opciones para que las divisas puedan guardarse y movilizarse con otra clase de productos financieros. El abanico incluye desde las cuentas bancarias domiciliadas en Panamá, Puerto Rico o los Estados Unidos hasta una vasta oferta de billeteras digitales.
“Buena parte de los venezolanos se acostumbraron a mover sus divisas fuera del sistema durante el control cambiario. La gente pide prestado un Zelle o utiliza las aplicaciones que aceptan los bolívares y lo convierten a una moneda estable. Adaptados a eso, falta mucho para que una cuenta nacional en divisas, les dé la misma libertad que cualquiera de estas aplicaciones ya desarrolladas” argumentó el economista Guerra-Leiva.
La creación de una cámara de compensación en divisas, que permita las transferencias entre las cuentas de todas las entidades bancarias del país, puede ser una variable clave para que más venezolanos se sumen como clientes. Sin embargo, avanzar en ese camino requiere que las autoridades bancarias estén interesadas en dar luz verde a una mayor dolarización financiera en Venezuela.
Foto principal: Iván E. Reyes