La navidad está cada vez más cerca y la preocupación crece entre los comerciantes. El esquema operativo de una semana de “cuarentena radical” y otra “semana de flexibilización” solo empuja a una caída del consumo más profunda. La Comisión de Economía del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) proyecta un desplome de 65% del consumo interno para el cierre de este año.

“La cuarentena nos está haciendo más pobres a los venezolanos. Los pequeños comercios no van a poder subsistir. Solo sobrevivirán los comercios más grandes y los que tienen más recursos. Este esquema intermitente del 7+7 nos está generando unos procesos de desigualdad profunda” advirtió Felipe Capozzolo, presidente del gremio comercial, durante una rueda de prensa celebrada en las instalaciones de la cámara.

Capozzolo insistió, por tercer mes consecutivo, que Venezuela necesita cambiar el esquema de 7+7. En especial, para que los comerciantes con locales más pequeños y en rubros tan dispares como la venta de ropa o de electrodomésticos puedan mantenerse en pie para el venidero 2021.

Aunque en las semanas de flexibilización pueda verse a grupos de personas que llenan el bulevar de Sabana Grande en Caracas, esto no supone que las ventas de alimentos o productos se mantengan en los mismos niveles que antes de la llegada del nuevo coronavirus a Venezuela en marzo pasado.

Vendedores informales de cotufas y de perros calientes en las calles de Caracas confirmaron a Efecto Cocuyo que ahora venden menos. El dato caraqueño, sin embargo, sirve poco para entender la situación de los comerciantes en el interior del país que lidian no solo con el cierre de sus locales por una semana sino también con la escasez de gasolina, el racionamiento eléctrico y la falta de bolívares en efectivo.   

“En los estados del interior del país es donde se vieron los peores resultados, más que todo por el suministro de combustible” apuntó el presidente de Consecomercio.

La esperanza decembrina

Los comerciantes propusieron que “el esquema intermitente” de operaciones conocido como 7+7 pueda cambiarse antes de que llegue diciembre. La meta es que se permita que los comercios puedan mantenerse abiertos en todo el país de forma continua con un protocolo bien definido de bioseguridad que incluye: tapabocas obligatorio, limpieza constante de las superficies y un control de aforo en los locales.

Capozzolo se mostró confiado en que los comerciantes puedan “darle alguna vuelta” a la caída de las ventas, si se les permite abrir de forma continua en estas semanas que quedan del último trimestre de 2020 y hacer algunas promociones especiales.

Consecomercio, de hecho, trabaja de la mano de la Cámara de Comercio Electrónico (Cavecom-e) para unas promociones especiales para reactivar el consumo interno durante el Black Friday, que se realizó el año pasado a finales de noviembre.

Hasta ahora, la venta por páginas web o redes sociales como Instagram es el salvavidas para rubros como los restaurantes, las farmacias e incluso, las tiendas de teléfonos celulares o videojuegos. Aunque todavía se trata de ventas complementarias y que poco se parecen en volúmenes a las tradicionales cuando consiguen abrir los locales en las semanas de flexibilización.

Foto principal: Iván Reyes 

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