La delegación venezolana que participa en los Juegos Olímpicos Tokyo 2020 está conformada por 43 atletas, quienes se han esforzado por estar presentes en la mayor de las competencias deportivas. En este grupo 13 son mujeres, que dieron todo por representar al país.
En la pasada edición de Río de Janeiro 2016 Venezuela llevó 25 atletas femeninas, mientras que en Londres 2012 fueron 26. La representación de venezolanas en Tokyo 2020 cuenta con el menor número desde Atlanta 1996, donde hubo sólo cinco mujeres.
Encabezadas por Yulimar Rojas, quien arrasó en la competencia de salto triple con medalla de oro e impuso récord mundial y olímpico, a la capital japonesa llegaron con muchos sueños y esperanza Anriquelis Barrios (Judo), Karen León (Judo), Elvismar Rodríguez (Judo), Paola Pérez (Aguas abiertas), Robeilys Peinado (Salto con garrocha), Claudymar Garcés (Kumite), Ahymara Espinoza (Lanzamiento de bala), Rosa Rodríguez (Lanzamiento de martillo), Irismar Cardozo (Boxeo), Jeserik Pinto (Natación), Yusleidy Figueroa (Halterofilia) y Naryury Pérez (Halterofilia).
Rojas, de 25 años, le dio a Venezuela su cuarta presea dorada en una cita olímpica y se convirtió en la primera mujer venezolana en ganar el oro. La «reina del salto» se suma a la lista de campeones criollos integrada por Francisco «Morochito» Rodríguez (Boxeo) en México 1968, Arlindo Gouveia (Taekwondo) en Barcelona 1992 y Rubén Limardo (Esgrima) en Londres 2012.
Además de Yulimar, atletas como Naryuri Pérez y Robeilys Peinado han destacado en sus respectivas actuaciones. La yaracuyana Pérez obtuvo un diploma olímpico en halterofilia, con el que Venezuela suma ocho en esta disciplina a lo largo de su historia. Tres de estos han sido conseguidos por mujeres y de estos dos en Tokio.
En Judo también ganó un diploma Anriquelis Barrios, quien estuvo a un combate de luchar por la medalla de bronce.
Tras perderse los juegos de Río 2016 debido a una delicada lesión, la caraqueña Peinado clasificó a la final de salto con garrocha y quedó en el octavo lugar. Obtuvo el cuarto diploma para la delegación venezolana.
Otro diploma olímpico lo ganó la actuación de la joven Claudymar Garcés en kumite este viernes 6 de agosto. Así suman cinco los reconocimientos de este tipo que se logran en Tokyo 2020 por la participación femenina, más el obtenido por el Sensei Antonio Díaz.
Sin embargo, detrás de las ilusiones y aspiraciones de estas mujeres existen historias de sacrificio y superación personal. El camino hasta Tokio de una gran parte de estas venezolanas no fue nada sencillo y estuvo marcado por las adversidades. Limitaciones para hacer sus entrenamientos, dificultades para costear los implementos necesarios e incluso lesiones han sido algunos de los retos que enfrentaron.
Ahymara Espinoza ha tenido que recorrer un camino lleno de dificultades. Esta profesora de educación física se ha forjado a sí misma; ella es su propia entrenadora y costea su preparación con recursos personales. La llaman el “Cañón de Barlovento”.
Esta barloventeña, de 36 años, practica el lanzamiento de bala desde hace cinco lustros y desde hace 19 años lo hace de manera profesional. Ha participado en numerosos campeonatos, incluyendo los Juegos de Río 2016, donde quedó en el puesto 10 en la primera competencia y no pudo avanzar a la fase final.
Espinoza clasificó a Tokio 2020 gracias a su posición en el ranking de World Athletics (puesto 27). Debido a las medidas de bioseguridad por la pandemia tuvo que entrenar sola en el estadio de béisbol de San José de Río Chico, estado Miranda. Tampoco contó con el equipo adecuado y ella misma tenía que medir, con una cinta métrica, la distancia que alcanzaba.
El 30 de julio, Ahymara compitió en la ronda clasificatoria de lanzamiento de bala y registró 17.17 metros en su primer intento, el cual también fue su mejor marca. Sin embargo, no alcanzó a clasificar a la final de la disciplina y quedó en el puesto 12.
A pesar de no avanzar, la venezolana se mostró decidida a seguir adelante. “Estoy aquí representando a mi país. Me siento satisfecha de haber estado aquí. Me siento campeona, me siento ganadora, porque pasé por muchas circunstancias y el hecho de estar aquí es algo que me motiva y me llena. No salieron los resultados como quería, pero nada, a seguir luchando y mejorando”, declaró a los medios una vez terminada la competencia.
Desde este martes 3 agosto, Paola Pérez se ganó el reconocimiento y cariño de un país que le aplaude su constancia y valentía. Ese día la tachirense compitió en los 10 kilómetros de aguas abiertas en los JJ. OO. 2020 y, tras nadar durante 2 horas con 5 minutos y 45 segundos, finalizó en el puesto 20.
Pese a estar lejos de los primeros lugares, la persistencia e historia de esta joven conmovieron a venezolanos y venezolanas que expresaron su apoyo, admiración y respeto a la nadadora en la red social Twitter.
En los Juegos Panamericanos de 2019, Paola Pérez estuvo a punto de morir por hipotermia, por no contar con el traje especial reglamentario de polipropileno.
Paola tuvo que emigrar a Chile en busca de mejores condiciones para realizar sus entrenamientos y mantener su sueño vivo. Por la pandemia se vio obligada a regresar a Venezuela, su papá siguió apoyándola y se convirtió en su entrenador en San Cristóbal, su ciudad natal.
En este camino lleno de obstáculos y limitaciones Paola recurrió a la plataforma GoFundMe, para recolectar dinero y poder llegar a Tokio 2020.
Paola también superó problemas emocionales, que la llevaron a zonas oscuras, como ella misma define, y que la hicieron pensar en atentar contra su propia vida.
“La depresión y la ansiedad existen, cada quien lidia a su manera con sus problemas. Yo descubrí gracias al apoyo y a ayuda psicológica que me faltaba amor propio para decidir lo que merezco, lo que quiero y lo que necesito. Ya más nunca me faltará nada”, escribió en su cuenta de Twitter este miércoles 4 de agosto.
“Hablo de esto porque me importa que sepan que de la oscuridad se puede salir. Yo lloro, porque es inevitable no llorar. Lloro porque nadie más que yo sabe todo lo que viví. Lloro porque estoy orgullosa de mí, de lo que soy ahora y de lo que viene para mí”, dijo en el mismo hilo.
Paola cayó más de una vez, pero siempre supo levantarse. Hoy es un orgullo para los venezolanos y venezolanas.
En 2015, Robeilys Peinado logró clasificar a sus primeros juegos olímpicos (Río 2016) en la disciplina de salto con garrocha. Sin embargo, se quebró el pulgar derecho cuando su pértiga se partió en pedazos durante uno de sus entrenamientos previos a la competición.
Peinado no pudo competir en esa oportunidad y su carrera estuvo en peligro. Cinco años después, la revancha de Robeilys llegó al participar en la fase clasificatoria de Tokio 2020 y tras saltar 4.55 metros pasó a la final. Empató en el primer puesto con otras ocho atletas.
Robeilys quedó octava en la final disputada este jueves 5 de agosto, al solo registrar un salto de 4.55 metros y errar sus tres intentos en los 4.70. Peinado no logró acercarse al podio, pero ganó el cuarto diploma olímpico para Venezuela en suelo nipón, todos conseguidos por mujeres.
La caraqueña se mostró feliz con su actuación. “Mi meta era entrar a la final porque la prueba es muy difícil y solo tuve tres meses para prepararme”, dijo después de ser eliminada de la competición.
A tres días de la clausura de los JJ. OO., la delegación venezolana registra una de sus mejores actuaciones en la historia de este tipo de competiciones y llena de alegría, sueños y emoción a un país que lo necesita.
Yulimar Rojas y José Altuve los Atletas del Año 2022 en Venezuela
Yulimar Rojas y Lionel Messi son los mejores deportistas americanos de 2022
Yulimar Rojas entre las cinco finalistas al trofeo «atleta mundial del año»
Después de cuatro meses sin clases, Barinas retoma solo dos días a la semana (I)
Conciertos de Lasso y Andy Durán más la bailaora Siudy Garrido para gozarse el fin de semana
La odisea de las madres ucranianas que arriesgan la vida cruzando a Rusia para recuperar a sus hijos robados
Claves del informe anual del Centro de Investigaciones Populares sobre las comunidades
Lluvias se mantendrán por ondas tropicales que siguen sobre Venezuela
La delegación venezolana que participa en los Juegos Olímpicos Tokyo 2020 está conformada por 43 atletas, quienes se han esforzado por estar presentes en la mayor de las competencias deportivas. En este grupo 13 son mujeres, que dieron todo por representar al país.
En la pasada edición de Río de Janeiro 2016 Venezuela llevó 25 atletas femeninas, mientras que en Londres 2012 fueron 26. La representación de venezolanas en Tokyo 2020 cuenta con el menor número desde Atlanta 1996, donde hubo sólo cinco mujeres.
Encabezadas por Yulimar Rojas, quien arrasó en la competencia de salto triple con medalla de oro e impuso récord mundial y olímpico, a la capital japonesa llegaron con muchos sueños y esperanza Anriquelis Barrios (Judo), Karen León (Judo), Elvismar Rodríguez (Judo), Paola Pérez (Aguas abiertas), Robeilys Peinado (Salto con garrocha), Claudymar Garcés (Kumite), Ahymara Espinoza (Lanzamiento de bala), Rosa Rodríguez (Lanzamiento de martillo), Irismar Cardozo (Boxeo), Jeserik Pinto (Natación), Yusleidy Figueroa (Halterofilia) y Naryury Pérez (Halterofilia).
Rojas, de 25 años, le dio a Venezuela su cuarta presea dorada en una cita olímpica y se convirtió en la primera mujer venezolana en ganar el oro. La «reina del salto» se suma a la lista de campeones criollos integrada por Francisco «Morochito» Rodríguez (Boxeo) en México 1968, Arlindo Gouveia (Taekwondo) en Barcelona 1992 y Rubén Limardo (Esgrima) en Londres 2012.
Además de Yulimar, atletas como Naryuri Pérez y Robeilys Peinado han destacado en sus respectivas actuaciones. La yaracuyana Pérez obtuvo un diploma olímpico en halterofilia, con el que Venezuela suma ocho en esta disciplina a lo largo de su historia. Tres de estos han sido conseguidos por mujeres y de estos dos en Tokio.
En Judo también ganó un diploma Anriquelis Barrios, quien estuvo a un combate de luchar por la medalla de bronce.
Tras perderse los juegos de Río 2016 debido a una delicada lesión, la caraqueña Peinado clasificó a la final de salto con garrocha y quedó en el octavo lugar. Obtuvo el cuarto diploma para la delegación venezolana.
Otro diploma olímpico lo ganó la actuación de la joven Claudymar Garcés en kumite este viernes 6 de agosto. Así suman cinco los reconocimientos de este tipo que se logran en Tokyo 2020 por la participación femenina, más el obtenido por el Sensei Antonio Díaz.
Sin embargo, detrás de las ilusiones y aspiraciones de estas mujeres existen historias de sacrificio y superación personal. El camino hasta Tokio de una gran parte de estas venezolanas no fue nada sencillo y estuvo marcado por las adversidades. Limitaciones para hacer sus entrenamientos, dificultades para costear los implementos necesarios e incluso lesiones han sido algunos de los retos que enfrentaron.
Ahymara Espinoza ha tenido que recorrer un camino lleno de dificultades. Esta profesora de educación física se ha forjado a sí misma; ella es su propia entrenadora y costea su preparación con recursos personales. La llaman el “Cañón de Barlovento”.
Esta barloventeña, de 36 años, practica el lanzamiento de bala desde hace cinco lustros y desde hace 19 años lo hace de manera profesional. Ha participado en numerosos campeonatos, incluyendo los Juegos de Río 2016, donde quedó en el puesto 10 en la primera competencia y no pudo avanzar a la fase final.
Espinoza clasificó a Tokio 2020 gracias a su posición en el ranking de World Athletics (puesto 27). Debido a las medidas de bioseguridad por la pandemia tuvo que entrenar sola en el estadio de béisbol de San José de Río Chico, estado Miranda. Tampoco contó con el equipo adecuado y ella misma tenía que medir, con una cinta métrica, la distancia que alcanzaba.
El 30 de julio, Ahymara compitió en la ronda clasificatoria de lanzamiento de bala y registró 17.17 metros en su primer intento, el cual también fue su mejor marca. Sin embargo, no alcanzó a clasificar a la final de la disciplina y quedó en el puesto 12.
A pesar de no avanzar, la venezolana se mostró decidida a seguir adelante. “Estoy aquí representando a mi país. Me siento satisfecha de haber estado aquí. Me siento campeona, me siento ganadora, porque pasé por muchas circunstancias y el hecho de estar aquí es algo que me motiva y me llena. No salieron los resultados como quería, pero nada, a seguir luchando y mejorando”, declaró a los medios una vez terminada la competencia.
Desde este martes 3 agosto, Paola Pérez se ganó el reconocimiento y cariño de un país que le aplaude su constancia y valentía. Ese día la tachirense compitió en los 10 kilómetros de aguas abiertas en los JJ. OO. 2020 y, tras nadar durante 2 horas con 5 minutos y 45 segundos, finalizó en el puesto 20.
Pese a estar lejos de los primeros lugares, la persistencia e historia de esta joven conmovieron a venezolanos y venezolanas que expresaron su apoyo, admiración y respeto a la nadadora en la red social Twitter.
En los Juegos Panamericanos de 2019, Paola Pérez estuvo a punto de morir por hipotermia, por no contar con el traje especial reglamentario de polipropileno.
Paola tuvo que emigrar a Chile en busca de mejores condiciones para realizar sus entrenamientos y mantener su sueño vivo. Por la pandemia se vio obligada a regresar a Venezuela, su papá siguió apoyándola y se convirtió en su entrenador en San Cristóbal, su ciudad natal.
En este camino lleno de obstáculos y limitaciones Paola recurrió a la plataforma GoFundMe, para recolectar dinero y poder llegar a Tokio 2020.
Paola también superó problemas emocionales, que la llevaron a zonas oscuras, como ella misma define, y que la hicieron pensar en atentar contra su propia vida.
“La depresión y la ansiedad existen, cada quien lidia a su manera con sus problemas. Yo descubrí gracias al apoyo y a ayuda psicológica que me faltaba amor propio para decidir lo que merezco, lo que quiero y lo que necesito. Ya más nunca me faltará nada”, escribió en su cuenta de Twitter este miércoles 4 de agosto.
“Hablo de esto porque me importa que sepan que de la oscuridad se puede salir. Yo lloro, porque es inevitable no llorar. Lloro porque nadie más que yo sabe todo lo que viví. Lloro porque estoy orgullosa de mí, de lo que soy ahora y de lo que viene para mí”, dijo en el mismo hilo.
Paola cayó más de una vez, pero siempre supo levantarse. Hoy es un orgullo para los venezolanos y venezolanas.
En 2015, Robeilys Peinado logró clasificar a sus primeros juegos olímpicos (Río 2016) en la disciplina de salto con garrocha. Sin embargo, se quebró el pulgar derecho cuando su pértiga se partió en pedazos durante uno de sus entrenamientos previos a la competición.
Peinado no pudo competir en esa oportunidad y su carrera estuvo en peligro. Cinco años después, la revancha de Robeilys llegó al participar en la fase clasificatoria de Tokio 2020 y tras saltar 4.55 metros pasó a la final. Empató en el primer puesto con otras ocho atletas.
Robeilys quedó octava en la final disputada este jueves 5 de agosto, al solo registrar un salto de 4.55 metros y errar sus tres intentos en los 4.70. Peinado no logró acercarse al podio, pero ganó el cuarto diploma olímpico para Venezuela en suelo nipón, todos conseguidos por mujeres.
La caraqueña se mostró feliz con su actuación. “Mi meta era entrar a la final porque la prueba es muy difícil y solo tuve tres meses para prepararme”, dijo después de ser eliminada de la competición.
A tres días de la clausura de los JJ. OO., la delegación venezolana registra una de sus mejores actuaciones en la historia de este tipo de competiciones y llena de alegría, sueños y emoción a un país que lo necesita.