La mitad de las fases que desplegará el Consejo Nacional Electoral (CNE) para organizar las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre constituyen riesgos de contagios de COVID-19 para los electores y los funcionarios electorales.
El cronograma de actividades divulgado por el CNE comprende 88 fases, de éstas 49 revisten un riesgo elevado de contagios. Las primeras dos fases que puede considerarse de riesgo para los electores y el personal electoral es la jornada de inscripción de Grupos de Electores y la actualización del Registro Electoral que se realizará entre el 13 y el 26 de julio.
En relación con la jornada para la inscripción y presentación de recaudos para la constitución de Grupos de Electores que debe realizarse entre el 9 y 15 de julio el CNE no ha indicado el procedimiento que debe realizarse, ni las normas sanitarias que se mantendrán.
En el caso de la jornada de actualización del Registro Electoral la presidenta del CNE Indira Alfonso ha indicado que se reunión a través de una videoconferencia “con los directores de las Oficinas Electorales Regionales (ORE) para verificar la recepción de las 551 máquinas y los kits de seguridad sanitaria a utilizar por los operadores que estarán atendiendo la jornada especial de registro electoral”.
Según el CNE, todos los funcionarios que participarán en la jornada de 13 días salieron negativos en las pruebas rápidas para COVID-19 que fueron administradas el 9 de julio (cuatro días antes del inicio de la jornada especial del RE).
También se anunciaron jornadas de desinfección el día 9 de julio en las áreas en donde se desplegarán los 551 equipos para actualizar el RE. No obstante, hasta la fecha el CNE no ha precisado la ubicación de estos puntos especiales de actualización del RE.
El CNE tampoco ha explicado las medidas sanitarias que se desplegarán durante la jornada de 13 días, ni ha anunciado el protocolo que deben seguir los ciudadanos que acudan a la actualización del RE.
49 fases del cronograma para organizar las parlamentarias son de riesgo de contagio de COVID-19
Al 10 de julio se han realizado más de 60 países. En el continente americano, algunos países como Bolivia, Chile, República Dominicana y Uruguay han agendado nuevas fechas para sus procesos. Otros han procedido de acuerdo con lo programado, como Guyana, Surinamy St. Kitts and Nevis.
Según el manual para organizar elecciones en tiempos de pandemia de la Organización de Estados Americanos (OEA) “más allá de las decisiones adoptadas, se debe reconocer que no existe el riesgo cero (…) Las autoridades deben ser conscientes de que el principal riesgo de una elección es que se convierta en una oportunidad de amplificación de la propagación de la COVID-19 en el país. Por ello, los Estados y los órganos electorales tienen una enorme responsabilidad. La pandemia implica una redefinición de todos los procedimientos y protocolos del proceso electoral, ante el riesgo de propagación del coronavirus hacia funcionarios electorales y ciudadanos”.
La OEA recuerda que “el principal dilema que ha provocado la pandemia en materia electoral es celebrar o postergar las elecciones. Mantener una fecha preestablecida puede tener implicancias sanitarias y poner en peligro la salud de las personas. Posponer la celebración acarrea consideraciones constitucionales y legales. En cualquiera de los casos hay también efectos políticos”.
Para optar por una postergación la OEA recomienda tomar en consideración cuatro factores: Condiciones de salud, marco jurídico, acuerdos políticos y la fecha. En relación con la postergación el grupo hemisférico indica que es “primordial definir una fecha o un rango de fechas que brinde certeza y permita adecuar las actividades electorales a un nuevo cronograma. Se debe evitar la postergación y la extensión de mandatos de manera indefinida y, de ser aplicable por medidas de emergencia, se deben considerar las disposiciones jurídicas para cualquier funcionamiento excepcional”.
Indica la OEA que “sin perjuicio de las recomendaciones técnicas específicas que se pueden emitir para un contexto de elecciones en pandemia, es primordial dar cumplimiento a las medidas de salud que contribuyan a mitigar el riesgo y el impacto de la pandemia en todas las actividades del proceso electoral”.
En este sentido se hace pertinente mantener las medidas de distancia física entre las personas, y aumentar las medidas de protección personal como higiene de manos, higiene respiratorio y uso de máscaras.
La OEA recomienda que quienes cumplen funciones electorales (miembros de mesa, personal de logística, personal de apoyo, delegados de partidos, observadores electorales, entre otros) utilicen máscara quirúrgica. La máscara quirúrgica también se recomienda para votantes mayores de 65 o quienes tengan afecciones subyacentes. Para el caso del resto de electores es suficiente la máscara no médica (tapabocas).
En relación con jornadas especiales de actualización del RE o de la propia jornada de votación se hace perentorio la desinfección constante de los lugares de trabajo, así como procurar espacios con buena ventilación en las diferentes etapas del proceso electoral, como en las operaciones logísticas. De igual manera para la jornada electoral, evitando la ubicación de mesas de votación en salas pequeñas y sin ventanas.
Según el documento de la OEA deben tomarse recomendaciones específicas para rediseñar los materiales de votación, los centros de votación, la capacitación electoral, el registro de partidos y grupos de electores, desarrollo de la campaña electoral, etc. Entre las principales recomendaciones específicas destacan:
Petro nombra a un excolaborador como su nuevo embajador en Venezuela
UCV realizó simulacro de cara a las elecciones de este 9 de junio
Efecto Cocuyo cumple su primer año con el desafío de cubrir el cambio climático
Canciller de Colombia dice que a Benedetti no se le puede creer «porque aceptó ser drogadicto»
Políticos colombianos piden explicaciones a Petro por audios del exembajador en Venezuela
La mitad de las fases que desplegará el Consejo Nacional Electoral (CNE) para organizar las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre constituyen riesgos de contagios de COVID-19 para los electores y los funcionarios electorales.
El cronograma de actividades divulgado por el CNE comprende 88 fases, de éstas 49 revisten un riesgo elevado de contagios. Las primeras dos fases que puede considerarse de riesgo para los electores y el personal electoral es la jornada de inscripción de Grupos de Electores y la actualización del Registro Electoral que se realizará entre el 13 y el 26 de julio.
En relación con la jornada para la inscripción y presentación de recaudos para la constitución de Grupos de Electores que debe realizarse entre el 9 y 15 de julio el CNE no ha indicado el procedimiento que debe realizarse, ni las normas sanitarias que se mantendrán.
En el caso de la jornada de actualización del Registro Electoral la presidenta del CNE Indira Alfonso ha indicado que se reunión a través de una videoconferencia “con los directores de las Oficinas Electorales Regionales (ORE) para verificar la recepción de las 551 máquinas y los kits de seguridad sanitaria a utilizar por los operadores que estarán atendiendo la jornada especial de registro electoral”.
Según el CNE, todos los funcionarios que participarán en la jornada de 13 días salieron negativos en las pruebas rápidas para COVID-19 que fueron administradas el 9 de julio (cuatro días antes del inicio de la jornada especial del RE).
También se anunciaron jornadas de desinfección el día 9 de julio en las áreas en donde se desplegarán los 551 equipos para actualizar el RE. No obstante, hasta la fecha el CNE no ha precisado la ubicación de estos puntos especiales de actualización del RE.
El CNE tampoco ha explicado las medidas sanitarias que se desplegarán durante la jornada de 13 días, ni ha anunciado el protocolo que deben seguir los ciudadanos que acudan a la actualización del RE.
49 fases del cronograma para organizar las parlamentarias son de riesgo de contagio de COVID-19
Al 10 de julio se han realizado más de 60 países. En el continente americano, algunos países como Bolivia, Chile, República Dominicana y Uruguay han agendado nuevas fechas para sus procesos. Otros han procedido de acuerdo con lo programado, como Guyana, Surinamy St. Kitts and Nevis.
Según el manual para organizar elecciones en tiempos de pandemia de la Organización de Estados Americanos (OEA) “más allá de las decisiones adoptadas, se debe reconocer que no existe el riesgo cero (…) Las autoridades deben ser conscientes de que el principal riesgo de una elección es que se convierta en una oportunidad de amplificación de la propagación de la COVID-19 en el país. Por ello, los Estados y los órganos electorales tienen una enorme responsabilidad. La pandemia implica una redefinición de todos los procedimientos y protocolos del proceso electoral, ante el riesgo de propagación del coronavirus hacia funcionarios electorales y ciudadanos”.
La OEA recuerda que “el principal dilema que ha provocado la pandemia en materia electoral es celebrar o postergar las elecciones. Mantener una fecha preestablecida puede tener implicancias sanitarias y poner en peligro la salud de las personas. Posponer la celebración acarrea consideraciones constitucionales y legales. En cualquiera de los casos hay también efectos políticos”.
Para optar por una postergación la OEA recomienda tomar en consideración cuatro factores: Condiciones de salud, marco jurídico, acuerdos políticos y la fecha. En relación con la postergación el grupo hemisférico indica que es “primordial definir una fecha o un rango de fechas que brinde certeza y permita adecuar las actividades electorales a un nuevo cronograma. Se debe evitar la postergación y la extensión de mandatos de manera indefinida y, de ser aplicable por medidas de emergencia, se deben considerar las disposiciones jurídicas para cualquier funcionamiento excepcional”.
Indica la OEA que “sin perjuicio de las recomendaciones técnicas específicas que se pueden emitir para un contexto de elecciones en pandemia, es primordial dar cumplimiento a las medidas de salud que contribuyan a mitigar el riesgo y el impacto de la pandemia en todas las actividades del proceso electoral”.
En este sentido se hace pertinente mantener las medidas de distancia física entre las personas, y aumentar las medidas de protección personal como higiene de manos, higiene respiratorio y uso de máscaras.
La OEA recomienda que quienes cumplen funciones electorales (miembros de mesa, personal de logística, personal de apoyo, delegados de partidos, observadores electorales, entre otros) utilicen máscara quirúrgica. La máscara quirúrgica también se recomienda para votantes mayores de 65 o quienes tengan afecciones subyacentes. Para el caso del resto de electores es suficiente la máscara no médica (tapabocas).
En relación con jornadas especiales de actualización del RE o de la propia jornada de votación se hace perentorio la desinfección constante de los lugares de trabajo, así como procurar espacios con buena ventilación en las diferentes etapas del proceso electoral, como en las operaciones logísticas. De igual manera para la jornada electoral, evitando la ubicación de mesas de votación en salas pequeñas y sin ventanas.
Según el documento de la OEA deben tomarse recomendaciones específicas para rediseñar los materiales de votación, los centros de votación, la capacitación electoral, el registro de partidos y grupos de electores, desarrollo de la campaña electoral, etc. Entre las principales recomendaciones específicas destacan: