Al principio eran colas de muchas horas. Luego, se extendieron a varios días. Después de dos semanas en crisis por falta de combustible, las colas de más de 600 carros en las estaciones de servicio registran conductores que permanecen hasta siete días en espera. La capital se ha convertido es un gran estacionamiento. Y a la vez en una ciudad desolada. Así está Mérida sin gasolina.

“Es un infierno”, dijo Jösch Kjk, quien hasta este 31 de mayo llevaba seis días en cola para surtir el tanque de su vehículo. En esta cola, por lo prolongada, las personas se han organizado en turnos para custodiar los carros, mientras otros se van a casa. Después intercambian “guardias”. Así hasta lograr llegar a la punta de la cola.

“Ya son seis días y cinco noches en la cola. La gasolina llegó el 29 de mayo pero no alcanzó”, expresó. Kjk solo depende de su vehículo para movilizarse. Los autobuses en la ciudad de Mérida son casi inexistentes, porque la distribución de gasoil también ha sido afectada. Se le suma a estas razones la falta de dinero en efectivo.

La última vez Rosana Monagas llenó su tanque, el pasado 13 de mayo, corrió con suerte. Fueron solo ocho horas en espera, en el inico de la crisis por combustible en la entidad. Desde entonces ha paralizado su vehículo y prefiere caminar para no gastar el tanque.

“La situación es fatal. Inclusive salgo a pie a hacer diligencias, para ahorrar la poca gasolina que tenemos”, dijo.

Los camiones cisterna con el combustible no llegan a la ciudad. Solo alrededor de 5 % de las estaciones de servicio funcionan y pronto colapsan por la cantidad de vehículos. En los sectores al interior del estado andino están en peores condiciones.

Los pequeños merideños han faltado a clases porque deben acompañar a sus padres en estas faenas, que además minimizan el tránsito en las calles. En el caso de Monagas, su hija ha faltado cuatro veces al colegio por falta de transporte, pero los salones están prácticamente vacíos.

“La mañana del 30 de mayo, unos compañeros de mi hija en el colegio durmieron con sus papás, que estaban haciendo cola desde hacía una semana. Las calles están solitarias y tampoco hay transporte público“, dijo.

En el interior del país, que se ha visto gravemente afectado por al escasez de combustible, la gasolina en el mercado negro ha comenzado a ofertarse en dólares.

En Mérida la venden informalmente a uno de los costos más altos del mundo. La pimpina de 20 litros de gasolina se cotiza en 25 dólares, lo que resulta en 1,25 dólares por litro, según varios testimonios. Más caro que en Colombia, donde cuesta 0,72 dólares y en Estados Unidos que sale en 0,83 dólares, según la página que ofrece estos datos, globalpetrolprice.

Producción a 20%

La falta de combustible ha generado que en la entidad 35% de los negocios permanezcan cerrados, mientras que los niveles de producción del sector industrial se ubican en alrededor de 20%, según la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras). Un estado paralizado.

“Los pocos negocios que quedan abren a su conveniencia. El tema mas difícil es la movilidad, afecta a la industria porque los empleados no llegan trabajar. (Entonces) La industria no trabaja”, dijo Marcos Delgado, presidente de Fedecámaras en Mérida.

La entidad andina ya atravesaba desde marzo importantes problemas en el comercio, por los recurrentes cortes eléctricos que aún padecen. “Es caótico. El comercio, que pasaba por crisis puntuales, se une a una crisis que unifica todas la crisis parciales y produce la paralización casi total de la actividad comercial“, dijo.

La escasez de combustible en el país es resultado de la paralización de las refinerías y la poca gasolina que se está importando. Las cisternas están abastecimiento principalmente a Caracas.

En el caso del sector agropecuario, los productores no pueden sacar del campo los alimentos “porque no hay manera de que tengamos gasolina“, expresó Delgado. Mérida en uno de los principales productores de hortalizas, que surten al país entero. En la propia capital merideña, comienzan a evidenciar en menor proporción la disponibilidad de comida.

“La producción de los rubros se ha perdido. No podemos llevar nuestros productos a otros estados del país”, aseveró.

El sector turismo también se ha visto perjudicado. Delgado señaló que la ocupación  hotelera se encuentra en alrededor de 3%, el nivel más bajo históricamente.

“Las ocupaciones más bajas en toda la historia en los últimos 60 años, cuando se volvió un sitio turístico. Con ese porcentaje no se mantiene el negocio turístico. Al igual los parques temáticos“, aseguró.

Para el empresario, es preocupante que no se vea solución pronta esta crisis. Advirtió que la economía regional de Mérida presenta daños que son irreversibles.

Servicios públicos paralizados

El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ULA), alertó que la falta de combustible genera consecuencias muy serias en Mérida. Además, las fallas en los servicios públicos mantienen paralizada a la capital de la entidad.

“Hay consecuencias gravísimas en el área educativa. Las universidades están sin clases. La ULA no está cerrada, pero los estudiantes no llegan. Se ha trabajado por redes sociales con las materias que se prestan”, dijo Mayda Hocevar, directora de este organismo.

En la ciudad se ve afectada por las deficiencias en la recolección de basura. Los camiones no tienen suficiente gasolina para cubrir la ruta y la red de alcantarillado se colapsa en esta temporada de lluvias.

“No es solamente la gasolina; no hay luz, el internet es muy lento. Todos los días tenemos varias horas sin luz”, expresó Hocevar.

En la “Ciudad de los Caballeros” los comercios abren después de las 10:00 am “y a las 5 de la tarde todo (está) cerrado”, señaló Hocevar.

“Hay importantes violaciones de derechos humanos (en esta situación). Este es un país que no puede funcionar. La gasolina está relacionada con toda la movilización”, agregó Hocevar.

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Foto: Mairet Chourio.

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