En su tradicional mensaje de Navidad, pronunciado desde la Logia central de la basílica de San Pedro, el papa Francisco deseó que Venezuela pueda encontrar la “concordia” y que llegue la “reconciliación” a Nicaragua.

“Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población”, proclamó Francisco.

Además, rogó para que “delante del Niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país”.

Junto a Nicaragua y Venezuela, Francisco también se refirió a Yemen, Tierra Santa, Siria, el continente africano y Ucrania en su recorrido por los conflictos en el mundo y sus deseos de paz para esta Navidad.

Pidió por “los pueblos que sufren las colonizaciones ideológicas, culturales y económicas viendo lacerada su libertad y su identidad, y que sufren por el hambre y la falta de servicios educativos y sanitarios”.

Como cada año, Francisco repasó los lugares donde se viven conflictos y rogó para que “israelíes y palestinos retomen el diálogo y emprendan un camino de paz que ponga fin a un conflicto que -desde hace más de setenta años- lacera la Tierra elegida por el Señor para mostrar su rostro de amor”.

Recordó también a Siria, “para que vuelva a encontrar la fraternidad después de largos años de guerra”, e instó a que la comunidad internacional “se esfuerce firmemente por hallar una solución política que deje de lado las divisiones y los intereses creados para que el pueblo sirio, especialmente quienes tuvieron que dejar las propias tierras y buscar refugio en otro lugar, pueda volver a vivir en paz en su patria”.

Asimismo, el papa manifestó su esperanza de que la tregua alcanzada en Yemen “pueda aliviar finalmente a tantos niños y a las poblaciones, exhaustos por la guerra y el hambre”, y se refirió también a África, “donde millones de personas están refugiadas o desplazadas y necesitan asistencia humanitaria y seguridad alimentaria”.

El pontífice pidió que la Navidad “fortalezca los vínculos fraternos que unen la Península coreana y permita que se continúe el camino de acercamiento puesto en marcha, y que se alcancen soluciones compartidas que aseguren a todos el desarrollo y el bienestar”.

Además, pidió consuelo para Ucrania, “ansiosa por reconquistar una paz duradera que tarda en llegar”, y que la comunidades cristianas y todas las comunidades minoritarias puedan “vivir en paz y que vean reconocidos sus propios derechos, sobre todo a la libertad religiosa”

Francisco subrayó en el mensaje de este año que todos somos hermanos y que las diferencias son una riqueza y no un peligro.

Con información de Efe

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Foto: Efe

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