OMS: Se requieren $100.000 millones para el desarrollo de vacunas, tratamientos y diagnóstico de COVID-19
Foto; Mairet Chourio

Un fallecimiento conmocionó a toda una comunidad. El 15 de mayo, un bebé de 11 meses que recibió varias vacunas en una jornada organizada por el Distrito Sanitario N. 7 de la gobernación de Miranda, en la comunidad de El Pedregal, municipio Chacao, murió en horas de la noche. Sus familiares afirman que sufrió una reacción adversa a la inmunización.

Cinco días después, en la sede de Salud Chacao, centro al que el bebé fue trasladado ya sin signos vitales, aún esperan los resultados de los estudios toxicológicos y microscópicos realizados a su cuerpo, indica Maggia Santi, directora del centro. En total atendieron a 33 personas luego del operativo de inmunización, pero todavía esperan el informe final.

Alejandro Rísquez, pediatra y epidemiólogo, director del Centro de Vacunaciones Vacuven, explica que generalmente las reacciones adversas a las vacunas son muy leves, transitorias y se limitan a zonas locales del organismo, es decir, las partes del cuerpo donde se inyectaron los medicamentos, en caso de que la aplicación haya sido por vía parenteral e intramuscular.

Agrega que es posible que ocurra algún efecto severo, pero es muy extraño y poco habitual.

El especialista señala que en muy pocos casos pueden ocurrir reacciones anafilácticas, o reacciones alérgicas que pueden obstruir las vías respiratorias y ser mortales.

“Generalmente si las muertes están asociadas a las vacunas, que es muy raro, sería en niños que tienen una reacción alérgica tipo anafilaxia muy severa a las pocas horas de ser vacunados”, indica, al tiempo que insta a esperar más detalles sobre lo ocurrido en Chacao.

Reacciones frecuentes a las vacunas

Las reacciones leves más frecuentes son inflamación y dolor en el sitio de la inyección, asegura Rísquez, y desaparecen en poco tiempo con la aplicación de frío. Los efectos pueden durar entre uno y tres días, dependiendo de la persona. Añade que también puede haber fiebre, sensación de malestar, debilidad, cansancio y sueño. En el caso de las vacunas orales, resalta que la posibilidad de tener efectos adversos es muy poca.

El jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Escuela Luis Razetti de la Universidad Central de Venezuela (UCV) además resalta que pueden existir reacciones como las generadas por la vacuna contra el sarampión.

“Puede ocurrir que a los pocos días aparezca una erupción generalizada. Puede suceder incluso de 7 a 14 días después de haberse aplicado la vacuna. Esa reacción frecuentemente se acompaña de esa erupción generalizada y es lo que se llama el sarampión por la vacuna. Esa vacuna es un producto biológico elaborado con virus vivos atenuados que son capaces de producir la reacción en el cuerpo como si fuera la enfermedad natural; pero normalmente no produce enfermedad grave”, dice.

Rísquez, también integrante de la Comisión de Inmunizaciones de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (Svpp), añade que es muy raro que ocurran reacciones neurológicas posteriores a la vacunación, pero agrega que le puede suceder a uno de cada millón de niños vacunados. Dice que uno de cada 3,5 millones de niños vacunados contra la poliomielitis pudieran sufrir un efecto colateral.

Apegarse a protocolos y requisitos

El epidemiólogo Alejandro Rísquez agrega que es necesario que el hecho ocurrido en Chacao se investigue con claridad, transparencia y seriedad, pues apunta que es “de interés para todos que se haga una investigación del caso a profundidad”. La organización Médicos Unidos Venezuela también exige a las autoridades investigar y aclarar lo sucedido.

Igualmente, Rísquez explica que las jornadas de vacunación deben cumplir de manera estricta con ciertas normas. Resalta que deben tener un espacio, un lugar resguardado que dé tranquilidad y seguridad para la organización de las personas y para la conservación de las vacunas.

“Las vacunaciones al aire libre no son adecuadas. No guardan la seguridad para las cadenas de frío, porque las cavas están expuestas al sol”, dice.

Las normas del espacio, la higiene del personal, la presencia de sombra para el mantenimiento de la cadena de frío son elementos fundamentales para cualquier jornada de vacunación, de acuerdo con el director de Vacuven. Una vez abiertos los productos biológicos, deben usarse ese mismo día y no guardarse porque ya estuvieron expuestos.

Otro de los protocolos es que los representantes deben presentar la tarjeta o el certificado de vacunación, que debe revisarse cuidadosamente para asegurarse de que el número de dosis es el adecuado y que el niño no tiene ninguna contraindicación para su aplicación de acuerdo con el esquema de inmunizaciones para niños en Venezuela.

“Debe contemplar los mínimos necesarios para poder aplicar la vacuna en un niño que esté sano y que no haya tenido algún tipo de antecedente que pudiera poner en peligro su salud. En los niños vacunados con productos biológicos, vacunas de virus vivo, como la trivalente viral o la fiebre amarilla, tienen que asegurarse en la jornada que no hayan sido vacunados un mes antes”, dice.

El profesor de la UCV indica que además existen unas normas técnicas del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) que permiten hacer supervisión, monitoreo y evaluación permanente. Añade que las vacunas deben estar vigentes y no se puede usar productos que hayan expirado, salvo que el Instituto Nacional de Higiene los validara por mantener su buena calidad.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que cuando ocurren eventos vinculados con la inmunización, se debe investigar detalladamente desde el lote de vacunas y jeringas, su elaboración, procedencia y aspecto, hasta los lugares de refrigeración, almacenamiento y el personal que administró las vacunas.

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