Nefrología del hospital J.M. de los Ríos
Este es el noveno niño que fallece en Nefrología de JM de los Ríos en 2019 Credit: Efecto Cocuyo

A Andrés Fernández, de 14 años, le toca dializarse todos los lunes, miércoles y viernes en el piso 4 del hospital infantil José Manuel de los Ríos. Sin embargo, el pasado miércoles 14 de febrero, él y los demás niños de Nefrología no pudieron recibir el tratamiento vital. La razón: no hay agua en el hospital desde el sábado 10 de febrero.

“Sin agua, los niños no pueden dializarse. Ayer nos quedamos hasta las 7:00 pm porque nos dijeron que iba a llegar una cisterna y, al final, nunca llegó”, aseguró Vicky Fernández, madre de Andrés. Le asustaba que su hijo no fuera a recibir tampoco el tratamiento este jueves 15 de febrero.

El adolescente de 14 años llegó hinchado al piso 4 del hospital. Retuvo tanto líquido que Vicky afirmó que Andrés registró dos kilos y medio por encima de su peso regular.

La hinchazón es uno de los síntomas más comunes que presentan los pacientes cuando no se dializan. Este procedimiento permite eliminar las toxinas de la sangre, es decir, la “limpia”. Una función que haría el riñón de los niños si estuviera en buen estado.

La falta de agua también puso en riesgo las diálisis de los niños del J. M. de los Ríos este jueves. La ausencia del servicio por segundo día consecutivo movilizó a las madres de los pacientes de Nefrología a exigir el tratamiento para sus pequeños.

No fue sino después de que las madres amenazaran con protestar que una cisterna llevó el agua al hospital, suficiente para que funcionara la unidad. Luego de tres horas a la expectativa, cerca del mediodía, los niños pudieron recibir sus diálisis.

Hasta el momento de publicación de esta nota, el servicio de agua en el hospital de niños aún no se ha regularizado.

Ni agua ni sangre ni quirófanos

Winder, el hijo de Emilse Arellano, es otro de los niños que estaba hinchado por perder la sesión de diálisis del miércoles. El pequeño de siete años no solo urgía dializarse, sino también transfundirse porque el mismo tratamiento hace que se le bajen los niveles de hemoglobina.

“La doctora me dijo que había que trasfundirle sangre urgente porque tiene la hemoglobina en 6″, contó Arellano. Sin embargo, en el hospital no hay el tejido listo para transfundir.

El Banco Municipal de Sangre, encargado de suministrar la sangre al centro pediátrico, no tiene reactivos serológicos para evaluar las donaciones y descartar la presencia de enfermedades como hepatitis C, VIH o mal de chagas.

El problema ha afectado al J. M. de los Ríos desde principios de 2018 y Omar Areinamo lo sabe muy bien. En enero, a su hija Leidymar se le bajó la hemoglobina y tuvo que buscar el tejido en otros centros de salud. (drogueriasanjorge.com) “Tardé 20 días en conseguirle la sangre“, aseguró Areinamo.

Por la transfusión, Leidymar ahora contrajo una hepatitis B. La adolescente de 16 años también está a la espera de un cambio de catetér, dispositivo utilizado para mover sangre del paciente a la máquina de diálisis.

El catéter de Leidymar está infectado con la bacteria pseudomona, que contrajo en la misma unidad del hospital, y ahora deben cambiárselo para curarle la infección. Sin embargo, ingresar a quirófano parece una promesa lejana para los Areinamo, pues las cirugías están suspendidas en el hospital desde el 16 de enero por una filtración en la sala de operaciones.

“Nosotros llevamos aquí desde mitad de noviembre. Somos de Maracay (Aragua) y hemos paralizado nuestras vidas. No me la puedo llevar para que me la atiendan allá si no le han cambiado el catetér“, explicó Areinamo.

Los quirófanos del J. M. de los Ríos tienen ya un mes sin funcionamiento. Desde el pasado 16 de enero no se hacen cirugías en el hospital porque se presentó una filtración en el techo de la sala de operaciones, que fue remodelada en octubre de 2017.

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