Polvo Sahara: cómo protegerse ante este fenómeno
Cuando la nube del Sahara llega a las áreas pobladas en Europa o América puede desencadenar alergias y crisis asmáticas

Una nube de polvo del Sahara se eleva y empieza a recorrer parte del planeta cada año. Pero cuando llega a las áreas pobladas en Europa o América puede desencadenar alergias y crisis asmáticas, especialmente en aquellas personas con problemas respiratorios preexistentes.

El polvo del Sahara está compuesto principalmente por pequeños fragmentos minerales. Son ricos en hierro y fósforo, nutrientes que necesitan algunas plantas terrestres y el fitoplancton para crecer. Cuando las partículas caen sobre la superficie del océano, pueden funcionar como fertilizantes para las criaturas fotosintetizadoras, según reseña National Geographic

La arena del Sahara se levanta cuando el aire cálido del desierto choca con el aire más fresco de la región sur del Sahara. Así, se forma una nube de partículas. Pero al pasar por zonas deforestadas del norte de África, la nube de polvo del Sahara también recoge otras partículas como bacterias, mercurio, esporas o pesticidas, que pueden afectar a los humanos.

«Muchas veces se refieren casos de ‘gripes’ persistentes o alergias sin causa aparente que pueden haber sido provocadas por el contacto con partículas de origen biológico presentes en estas brumas», destaca la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Joselit Torres, médico alergólogo y presidente de la Sociedad Venezolana de Asma, Alergia e Inmunología (Svaai), explica que se trata de un proceso anual que se ha intensificado en los últimos dos años, por lo que puede afectar a más poblaciones, con mayor intensidad en algunos grupos.

«Afecta en particular a personas con rinitis, asma, Epoc. Ellos se ven más afectados que las otras personas que no tienen esas condiciones. Son pacientes que tienen que cuidarse más», indica a Efecto Cocuyo.

Destaca que si las personas tienen condiciones respiratorias previas, es importante que estén controlados con sus tratamientos habituales. Si no lo están, deben llamar a sus médicos y cumplir sus tratamientos preventivos. Esto permitirá atender los síntomas antes de que sean exacerbados por las partículas que componen la nube de polvo del Sahara.

¿Cómo cuidarse?

Las personas con enfermedades respiratorias crónicas (enfermedad pulmonar obstructiva crónica o asma), adultos mayores, embarazadas y niños pueden verse más afectados, de acuerdo con la OPS. La población puede hacer uso de las mismas mascarillas con las que se protege del coronavirus. 

«Se puede seguir usando el tapabocas. Esa es una de las ventajas de la pandemia. Su uso nos ha protegido y nos puede proteger porque filtra y no permite que tengamos ese contacto tan acentuado con las partículas», dice el presidente de la Svaai.

También se puede implementar algún tipo de protección ocular. 

«Si no usamos lentes de manera regular, podemos usar estos lentes protectores o incluso los face shields (escudos faciales) que brindan protección ocular. Además, al momento de limpiar el hogar, es preferible usar directamente paños húmedos, coletos o aspiradoras en lugar de escobas», añade el alergólogo Joselit Torres.

La Organización Panamericana de la Salud destaca que si se siente la presencia de cuerpos extraños en los ojos, pueden lavarse con abundante agua. Es importante tener las manos limpias antes de comenzar.  

Pozos, recipientes, tobos o lugares de almacenamiento de agua deben taparse o cubrirse para evitar contaminación, de acuerdo con OPS.

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