Por lo menos, 218 muertes registradas en hospitales de Venezuela entre enero y octubre de 2022 son atribuibles a fallas eléctricas, informó la organización no gubernamental Médicos por la Salud en el boletín de octubre de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH).
Según el documento, publicado este 15 de noviembre, los hospitales de Amazonas son los que pasan más tiempo sin luz a la semana: 5,9 horas en promedio. Barinas y Mérida también pasaron más de 3 horas a la semana sin electricidad. A nivel nacional, en cambio, el promedio de duración de los cortes de luz es casi una hora a la semana.
El boletín revela que mientras más alejado de la capital y la región central del país se encuentre el estado, más interrupciones del servicio ocurren. Estas fallas eléctricas tienen consecuencias en la actividad diaria en los hospitales.
«Las fallas en el servicio eléctrico, por ejemplo, afectan la operatividad del hospital de maneras muy evidentes como lo es la imposibilidad de usar los equipos médicos o la misma falta de iluminación. Sin embargo, el no poder usar los ascensores en un centro hospitalario, por ejemplo, puede poner en peligro la vida de pacientes que deban ser trasladados a otros pisos del hospital para su atención», destaca el boletín.
Lea también: Desabastecimiento en emergencias de hospitales llega a 46%, según encuesta
En referencia al suministro de agua, el estado Cojedes es el más afectado: entre enero y octubre reportó que la mitad de las semanas del mes no hubo agua a través de ninguna fuente (tubería o cisterna).
«No tener agua en el hospital no se limita únicamente a no poder realizar las labores de limpieza ni a la operatividad de los baños, sino que también limita de manera muy importante muchos procedimientos y tratamientos que requieren agua para poder realizarse», añade la organización.
Según la organización, aunque se han identificado algunas políticas para mitigar las fallas de luz y agua, estas no son suficientes ni sostenibles en el tiempo.
«La única manera de que nuestros hospitales tengan acceso a agua y luz de manera permanente es que la situación a nivel nacional de estos servicios, también mejore. De otra forma, seguiremos viendo si acaso, algunas mejoras esporádicas que no van a generar ningún impacto real en la capacidad de atención de nuestros centros de salud», indica el boletín.
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Por lo menos, 218 muertes registradas en hospitales de Venezuela entre enero y octubre de 2022 son atribuibles a fallas eléctricas, informó la organización no gubernamental Médicos por la Salud en el boletín de octubre de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH).
Según el documento, publicado este 15 de noviembre, los hospitales de Amazonas son los que pasan más tiempo sin luz a la semana: 5,9 horas en promedio. Barinas y Mérida también pasaron más de 3 horas a la semana sin electricidad. A nivel nacional, en cambio, el promedio de duración de los cortes de luz es casi una hora a la semana.
El boletín revela que mientras más alejado de la capital y la región central del país se encuentre el estado, más interrupciones del servicio ocurren. Estas fallas eléctricas tienen consecuencias en la actividad diaria en los hospitales.
«Las fallas en el servicio eléctrico, por ejemplo, afectan la operatividad del hospital de maneras muy evidentes como lo es la imposibilidad de usar los equipos médicos o la misma falta de iluminación. Sin embargo, el no poder usar los ascensores en un centro hospitalario, por ejemplo, puede poner en peligro la vida de pacientes que deban ser trasladados a otros pisos del hospital para su atención», destaca el boletín.
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En referencia al suministro de agua, el estado Cojedes es el más afectado: entre enero y octubre reportó que la mitad de las semanas del mes no hubo agua a través de ninguna fuente (tubería o cisterna).
«No tener agua en el hospital no se limita únicamente a no poder realizar las labores de limpieza ni a la operatividad de los baños, sino que también limita de manera muy importante muchos procedimientos y tratamientos que requieren agua para poder realizarse», añade la organización.
Según la organización, aunque se han identificado algunas políticas para mitigar las fallas de luz y agua, estas no son suficientes ni sostenibles en el tiempo.
«La única manera de que nuestros hospitales tengan acceso a agua y luz de manera permanente es que la situación a nivel nacional de estos servicios, también mejore. De otra forma, seguiremos viendo si acaso, algunas mejoras esporádicas que no van a generar ningún impacto real en la capacidad de atención de nuestros centros de salud», indica el boletín.