Venezuela ha reportado más de 104.000 casos de malaria a la OPS en 2020
La OPS expresa preocupación por el efecto de la pandemia en la distribución de medicamentos, el acceso al diagnóstico y el reporte de casos de malaria / Foto OPS Credit: OPS

La eliminación de la malaria es una meta global, pero para alcanzar este objetivo en las Américas es necesario abordar la situación de Venezuela, el país que más casos de malaria aporta a la región.

Cada 6 de noviembre se conmemora el Día contra la malaria en las Américas y el tema de 2022 es «Lograr la meta malaria cero». Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América 138 millones de personas viven en zonas con riesgo de transmisión y en 2021 el número total de casos oficiales de malaria superó los 520.000.

La malaria es una enfermedad febril potencialmente mortal causada por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten a través de la picadura de un mosquito Anopheles infectado.

En los últimos cinco años, Argentina, El Salvador y Paraguay fueron certificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como libres de malaria. En 2021, Belice notificó cero casos de malaria por tercer año consecutivo, por lo cual está en vías de solicitar la certificación de libre de malaria.

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Según el Plan Estratégico Nacional de Eliminación de Malaria para Venezuela 2023-2027, el país se propone alcanzar la eliminación de la transmisión autóctona de malaria en el año 2035, mientras que 10 países de la región esperan lograr el objetivo en 2025.

Para 2025, según el Plan, el objetivo en Venezuela es reducir a la mitad la mortalidad por malaria y reducir 40% la carga de la enfermedad. Para 2030, esperan que la reducción de la mortalidad por malaria llegue a 95% y que la disminución de la carga de la enfermedad sea de 90%, en comparación con lo registrado en 2020.

El camino de Venezuela

¿Pero qué tan lejos está Venezuela de ese objetivo? Según los datos incluidos por el Ministerio de Salud en el Plan Estratégico, las acciones ejecutadas entre 2018 y 2021 con apoyo de la cooperación internacional permitieron reducir de 404.927 a 174.409 los casos nuevos (un 57%) y de 257 a 18 las muertes (93%). Sin embargo, el número de casos continúa siendo muy alto, según el documento.

“Es fundamental continuar, fortalecer y ampliar las acciones para avanzar hacia la eliminación de la malaria”, señala el plan.

Venezuela fue un país pionero en las iniciativas de eliminación de malaria. En 1961, fue certificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como libre de transmisión de malaria en 68% del territorio endémico, pero luego registró reintroducción en distintas áreas.

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En 2010 se comenzó a notar una tendencia ascendente: de 45.155 casos nuevos registrados ese año, el país llegó a superar los 135.000 casos en 2015 y los 400.000 en 2017. En ese período se registró un número de casos anuales “muy superior a cualquier otro periodo en la historia” de malaria en Venezuela.

En el documento, el Ministerio de Salud reconoce que el resurgimiento de la malaria está vinculado principalmente a la migración a zonas mineras y la “desordenada explotación de oro” en áreas de difícil acceso en los estados Bolívar y Amazonas, donde se origina más del 75% de la malaria del país.

También ha influido la reintroducción y dispersión de la transmisión autóctona en 21 de 24 entidades federales. En 2018 se detectó malaria en Aragua, Mérida, Vargas y Yaracuy, estados que no habían reportado casos antes de 2015.

“El resurgimiento de la transmisión de malaria en territorios donde la enfermedad había sido eliminada, pero que se mantienen receptivos es uno de los principales elementos de la situación actual, aunado a la pérdida de capacidades en equipos de control; la insuficiencia de medicamentos, insumos, equipamiento, logística a nivel de campo, entre otros, ha sobrepasado la capacidad operativa instalada del programa de control de malaria del país”, explica el Plan.

Desafíos en el país

Bolívar sigue siendo la principal zona endémica en el país, con los municipios Sifontes y El Callao como los de mayor transmisión. Para 2021, 97,3% de los casos de malaria a nivel nacional se concentraron en 6 estados: Bolívar (61,2%), Sucre (19,5%), Amazonas (8,2%), Delta Amacuro (3,7%), Zulia (2,8%) y Anzoátegui (2%).

Además de la minería, han aparecido nuevas rutas de dispersión, como la ruta pesquera, traslado de pescado e insumos de pesca por la región noroccidental; la ruta agrícola por vía terrestre en el occidente del país, y la ruta de siembra y cosecha en estados andinos y de los llanos centrales.

Según el Plan, la mortalidad por malaria sigue siendo un desafío permanente mientras persista la alta transmisión en las áreas de mayor afectación y la migración de población susceptible a territorios maláricos, al igual que su retorno a contextos en los que el sistema de salud “no está preparado ni sensibilizado para identificar y manejar la malaria grave”.

Para la OMS, la eliminación de la malaria a nivel nacional consiste en la interrupción de la transmisión local. Para certificar a un país se le exige demostrar que se ha interrumpido la transmisión de todos los parásitos causantes de malaria humana durante los últimos tres (3) años.

El Plan Estratégico de Venezuela para 2023-2027 cuenta con un presupuesto de 295 millones de dólares. Una de sus prioridades es eliminar la transmisión local de malaria por Plasmodium falciparum para el año 2030, a través de la intensificación de las acciones en las parroquias que reportaron casos autóctonos por esa especie.

Para 2030 también se propone eliminar la transmisión local en 270 de las 313 parroquias que reportaron casos por cualquier especie en 2020. Igualmente destacan que se asume el compromiso de “prevenir el restablecimiento en las parroquias libres de malaria, tanto en las que alcancen la meta de eliminación, como en aquellas sin casos, pero que se caracterizan por ser receptivas y vulnerables”.

Desafíos en la región

Según Roberto Montoya, asesor regional de la OPS en Malaria, Venezuela sigue siendo uno de los países de alta carga de malaria. Para enfrentar la malaria, de acuerdo con lo dicho por el experto en una transmisión de la organización el 4 de noviembre, hay que masificar el diagnóstico y el tratamiento: ponerlos más cerca de las comunidades y adaptar la respuesta a la comunidad.

Massino Ghidinelli, director interino de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS, también indicó que para que los países puedan alcanzar la meta deben tener intervenciones basadas en datos y tendencias, pero en la actualidad hay un “cuadro disparejo”, con datos contradictorios y con actividades afectadas por la pandemia.

«Para que las Américas se mantengan en el buen camino de la eliminación de la malaria, los países deben adaptar y mantener las intervenciones en función de los datos locales y las tendencias de la enfermedad», expresó.

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