Tras años sin cifras oficiales sobre la malaria en Venezuela, expertos venezolanos pudieron tener acceso a estadísticas del Ministerio de Salud sobre la enfermedad también conocida como paludismo: Para 2021, el país confirmó 147.113 casos nuevos, y más de la mitad de ellos se concentraron en el estado Bolívar.
Según estadísticas de la Dirección de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, compartidas directamente a los especialistas, se trata de una disminución importante en comparación con 2018, cuando el país registró, oficialmente, 404.927 casos nuevos.
Oscar Noya, médico parasitólogo, experto en malaria y profesor e investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV), afirma que la transmisión «viene disminuyendo» por un cúmulo de factores, algunos de ellos generados por la pandemia y la crisis del país.
Ejemplo de ello es el descenso de la movilidad de la población que se desplaza hacia las zonas mineras y sale de ellas, y las dificultades de acceso a combustible, que incluso afecta la actividad minera.
«Además, después de fases epidémicas con alto porcentaje de población que se infecta y tiene algún grado de resistencia, como el pico de 2018, viene una fase más tranquila. También hay otros factores que han coadyuvado, como la cooperación de Médicos Sin Fronteras, la Organización Panamericana de la Salud y la Cruz Roja Internacional, que han puesto recursos principalmente en el estado Bolívar», dice a Efecto Cocuyo.
Según las cifras del Ministerio de Salud, seis estados concentraron el 97,1% de los casos nuevos de malaria a nivel nacional en 2021: Bolívar (86.933), Sucre (29.293), Amazonas (14.166), Zulia (4.680), Delta Amacuro (4.516) y Anzoátegui (3.260).
Solo Bolívar concentró el 59,1% de los casos nuevos de malaria en 2021 en Venezuela, con malaria urbana, selvática, minera e indígena.
De acuerdo con las cifras, la enfermedad disminuyó en todos los municipios del estado. El municipio Sifontes, epicentro de la malaria en el país, que registró más de 150.000 casos en 2018, confirmó 25.205 casos en 2021.
Le siguen Caroní (14.282), Angostura (11.991), Sucre (11.231), Cedeño (10.495), Piar (5.449), Heres (4.948), El Callao (4.536), Gran Sabana (786), Padre Pedro Chien (318) y Roscio (162).
Pese al control y la disminución en algunas zonas, Noya destaca que siempre existe la posibilidad de tener brotes, como los registrados en 2021 en zonas de Falcón y en Caja Seca, en la Costa Oriental del Lago (Zulia) debido a la presencia de los vectores, pues al llegar una persona infectada, la transmisión puede dispararse.
Noya resalta que los datos oficiales separan a los infectados por primera vez y no incluyen las recaídas y las reinfecciones, lo que aunado al subregistro de casos por los portadores asintomáticos, eleva el número real de casos.
«Hay otro elemento que es el porcentaje de portadores asintomáticos en las áreas maláricas. Es algo que hemos estudiado: hay 4 asintomáticos por cada sintomático y en el área minera, la cifra llega a 6. Esos números no se están reflejando en la data oficial de casos de malaria, por lo que el número real de casos de malaria, si se calcula a 4 asintomáticos por cada sintomático, puede estar cerca de 800.000«, explica.
Los datos oficiales de 2020, no obstante, no coinciden con lo reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual sobre malaria (World Malaria Report 2021). Según el reporte, Venezuela registró 231.743 casos de malaria y 203 muertes en 2020. De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, para 2020, la cifra llegó a 197.466 casos nuevos y 31 muertes.
En el contexto de la pandemia, Oscar Noya asegura que en su laboratorio detectaron 13 casos de coinfección de malaria con COVID-19: «Deben estar ocurriendo muchos más, pero esos son los que nos han llegado al laboratorio».
Durante la pandemia, el programa de control y prevención de malaria en el país se vio afectado por la merma de recursos y personal, destinados principalmente para la respuesta al COVID-19. En el marco del Día mundial de la malaria (25 de abril), Noya llama a no descuidar la enfermedad, pues sigue siendo un problema de salud pública que causa más de 400.000 muertes a nivel global cada año.
«La gente olvida que existe la malaria y se descuidan las medidas de prevención. El llamado a quienes estén en áreas maláricas es a seguir protegiéndose: vistiendo ropa clara, pantalones largos en zonas de mayor transmisión en la tarde, noche, madrugada. El uso de mosquiteros impregnados es indispensable y, además, no pensar que no hay malaria porque hay COVID-19″, expresó.
La atención en el Instituto de Medicina Tropical de la UCV no ha cesado, aunque el ritmo ha bajado debido a los trabajos de recuperación de la estructura física del centro, golpeada por años sin inversión y por 86 robos y hurtos en los últimos años. Sus trabajadores esperan que las labores culminen pronto y puedan brindar atención de calidad a los pacientes y continuar las investigaciones.
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Tras años sin cifras oficiales sobre la malaria en Venezuela, expertos venezolanos pudieron tener acceso a estadísticas del Ministerio de Salud sobre la enfermedad también conocida como paludismo: Para 2021, el país confirmó 147.113 casos nuevos, y más de la mitad de ellos se concentraron en el estado Bolívar.
Según estadísticas de la Dirección de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, compartidas directamente a los especialistas, se trata de una disminución importante en comparación con 2018, cuando el país registró, oficialmente, 404.927 casos nuevos.
Oscar Noya, médico parasitólogo, experto en malaria y profesor e investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV), afirma que la transmisión «viene disminuyendo» por un cúmulo de factores, algunos de ellos generados por la pandemia y la crisis del país.
Ejemplo de ello es el descenso de la movilidad de la población que se desplaza hacia las zonas mineras y sale de ellas, y las dificultades de acceso a combustible, que incluso afecta la actividad minera.
«Además, después de fases epidémicas con alto porcentaje de población que se infecta y tiene algún grado de resistencia, como el pico de 2018, viene una fase más tranquila. También hay otros factores que han coadyuvado, como la cooperación de Médicos Sin Fronteras, la Organización Panamericana de la Salud y la Cruz Roja Internacional, que han puesto recursos principalmente en el estado Bolívar», dice a Efecto Cocuyo.
Según las cifras del Ministerio de Salud, seis estados concentraron el 97,1% de los casos nuevos de malaria a nivel nacional en 2021: Bolívar (86.933), Sucre (29.293), Amazonas (14.166), Zulia (4.680), Delta Amacuro (4.516) y Anzoátegui (3.260).
Solo Bolívar concentró el 59,1% de los casos nuevos de malaria en 2021 en Venezuela, con malaria urbana, selvática, minera e indígena.
De acuerdo con las cifras, la enfermedad disminuyó en todos los municipios del estado. El municipio Sifontes, epicentro de la malaria en el país, que registró más de 150.000 casos en 2018, confirmó 25.205 casos en 2021.
Le siguen Caroní (14.282), Angostura (11.991), Sucre (11.231), Cedeño (10.495), Piar (5.449), Heres (4.948), El Callao (4.536), Gran Sabana (786), Padre Pedro Chien (318) y Roscio (162).
Pese al control y la disminución en algunas zonas, Noya destaca que siempre existe la posibilidad de tener brotes, como los registrados en 2021 en zonas de Falcón y en Caja Seca, en la Costa Oriental del Lago (Zulia) debido a la presencia de los vectores, pues al llegar una persona infectada, la transmisión puede dispararse.
Noya resalta que los datos oficiales separan a los infectados por primera vez y no incluyen las recaídas y las reinfecciones, lo que aunado al subregistro de casos por los portadores asintomáticos, eleva el número real de casos.
«Hay otro elemento que es el porcentaje de portadores asintomáticos en las áreas maláricas. Es algo que hemos estudiado: hay 4 asintomáticos por cada sintomático y en el área minera, la cifra llega a 6. Esos números no se están reflejando en la data oficial de casos de malaria, por lo que el número real de casos de malaria, si se calcula a 4 asintomáticos por cada sintomático, puede estar cerca de 800.000«, explica.
Los datos oficiales de 2020, no obstante, no coinciden con lo reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual sobre malaria (World Malaria Report 2021). Según el reporte, Venezuela registró 231.743 casos de malaria y 203 muertes en 2020. De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, para 2020, la cifra llegó a 197.466 casos nuevos y 31 muertes.
En el contexto de la pandemia, Oscar Noya asegura que en su laboratorio detectaron 13 casos de coinfección de malaria con COVID-19: «Deben estar ocurriendo muchos más, pero esos son los que nos han llegado al laboratorio».
Durante la pandemia, el programa de control y prevención de malaria en el país se vio afectado por la merma de recursos y personal, destinados principalmente para la respuesta al COVID-19. En el marco del Día mundial de la malaria (25 de abril), Noya llama a no descuidar la enfermedad, pues sigue siendo un problema de salud pública que causa más de 400.000 muertes a nivel global cada año.
«La gente olvida que existe la malaria y se descuidan las medidas de prevención. El llamado a quienes estén en áreas maláricas es a seguir protegiéndose: vistiendo ropa clara, pantalones largos en zonas de mayor transmisión en la tarde, noche, madrugada. El uso de mosquiteros impregnados es indispensable y, además, no pensar que no hay malaria porque hay COVID-19″, expresó.
La atención en el Instituto de Medicina Tropical de la UCV no ha cesado, aunque el ritmo ha bajado debido a los trabajos de recuperación de la estructura física del centro, golpeada por años sin inversión y por 86 robos y hurtos en los últimos años. Sus trabajadores esperan que las labores culminen pronto y puedan brindar atención de calidad a los pacientes y continuar las investigaciones.