Representantes del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Distrito Capital, activistas y docentes protestaron este viernes 16 de julio en Caracas para exigir que no se aplique a niños, niñas y adolescentes la vacuna cubana Abdala, a la que todavía consideran un prototipo.
«Los niños son sujetos especiales de derecho y hoy, en Venezuela, no podemos seguir permitiendo que nuestros venezolanos se conviertan en conejillos de indias», dijo la presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas, Ana Rosario Contreras, en una manifestación frente a la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) en la capital.
Contreras afirmó que eso fue lo que sucedió con 10.000 venezolanos que acudieron a ponerse Abdala «bajo una oferta engañosa», llamada jornada de vacunación, aunque posteriormente la misión médica cubana en el país señaló que era una intervención sanitaria, «es decir, un ensayo clínico».
«Celebramos que en Cuba se pretenda hacer una vacuna (…) Sin embargo, creemos y estamos convencidos, que, desde hace 6 meses, el mundo tiene una canasta de vacunas», expresó Contreras.
Por su parte, la coordinadora de la Organización Venezolana de Autismo y miembro del Frente Amplio de Mujeres Venezuela Libre, Joana Peñalver, hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud, a Unicef y a la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos por el uso de la Abdala en menores de edad y docentes.
La vocera denunció que Venezuela no respeta los protocolos para someter a las personas a ensayos clínicos, donde la primera obligación es el consentimiento informado, y llamó a los organismos internacionales a ver lo que sucede en el país.
«Declaramos que nuestros hijos no son experimentos, necesitamos respeto para la población venezolana, la población venezolana no es ningún experimento y exigimos un pronunciamiento de la Unicef para la protección de los niños», subrayó.
La agencia reguladora de Cuba, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), otorgó el pasado 9 de julio la autorización de uso de emergencia a Abdala, luego de que sus desarrolladores anunciaran que arrojó una eficacia del 92,2 % en la última fase de los ensayos clínicos.
Sin embargo, expertos de Venezuela aseguran que ante la falta de estudios científicos revisados y publicados, y la ausencia de información de las autoridades venezolanas, Abdala todavía se considera un candidato vacunal que solo puede aplicarse bajo la forma de estudios, siguiendo los protocolos requeridos, y alertan sobre su posible uso en niños, niñas y adolescentes.
En Venezuela y hasta el pasado 4 de julio, se había inmunizado a un total de 2,5 millones de personas, según dijo entonces el mandatario Nicolás Maduro. Sin embargo, este 14 de julio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguró que la última cifra reportada sobre Venezuela expresaba que se habían aplicado 2,2 millones de dosis.
Las autoridades solo han informado sobre la llegada de 3,23 millones de dosis de vacunas entre la china Sinopharm y la rusa Sputnik V.
Con información de EFE y Efecto Cocuyo.
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Representantes del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Distrito Capital, activistas y docentes protestaron este viernes 16 de julio en Caracas para exigir que no se aplique a niños, niñas y adolescentes la vacuna cubana Abdala, a la que todavía consideran un prototipo.
«Los niños son sujetos especiales de derecho y hoy, en Venezuela, no podemos seguir permitiendo que nuestros venezolanos se conviertan en conejillos de indias», dijo la presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas, Ana Rosario Contreras, en una manifestación frente a la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) en la capital.
Contreras afirmó que eso fue lo que sucedió con 10.000 venezolanos que acudieron a ponerse Abdala «bajo una oferta engañosa», llamada jornada de vacunación, aunque posteriormente la misión médica cubana en el país señaló que era una intervención sanitaria, «es decir, un ensayo clínico».
«Celebramos que en Cuba se pretenda hacer una vacuna (…) Sin embargo, creemos y estamos convencidos, que, desde hace 6 meses, el mundo tiene una canasta de vacunas», expresó Contreras.
Por su parte, la coordinadora de la Organización Venezolana de Autismo y miembro del Frente Amplio de Mujeres Venezuela Libre, Joana Peñalver, hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud, a Unicef y a la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos por el uso de la Abdala en menores de edad y docentes.
La vocera denunció que Venezuela no respeta los protocolos para someter a las personas a ensayos clínicos, donde la primera obligación es el consentimiento informado, y llamó a los organismos internacionales a ver lo que sucede en el país.
«Declaramos que nuestros hijos no son experimentos, necesitamos respeto para la población venezolana, la población venezolana no es ningún experimento y exigimos un pronunciamiento de la Unicef para la protección de los niños», subrayó.
La agencia reguladora de Cuba, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), otorgó el pasado 9 de julio la autorización de uso de emergencia a Abdala, luego de que sus desarrolladores anunciaran que arrojó una eficacia del 92,2 % en la última fase de los ensayos clínicos.
Sin embargo, expertos de Venezuela aseguran que ante la falta de estudios científicos revisados y publicados, y la ausencia de información de las autoridades venezolanas, Abdala todavía se considera un candidato vacunal que solo puede aplicarse bajo la forma de estudios, siguiendo los protocolos requeridos, y alertan sobre su posible uso en niños, niñas y adolescentes.
En Venezuela y hasta el pasado 4 de julio, se había inmunizado a un total de 2,5 millones de personas, según dijo entonces el mandatario Nicolás Maduro. Sin embargo, este 14 de julio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguró que la última cifra reportada sobre Venezuela expresaba que se habían aplicado 2,2 millones de dosis.
Las autoridades solo han informado sobre la llegada de 3,23 millones de dosis de vacunas entre la china Sinopharm y la rusa Sputnik V.
Con información de EFE y Efecto Cocuyo.