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Mariana Souquett Gil | @nanasouquett
Foto por Mairet Chourio | @mairetchourioLa Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) advierte que los efectos de la pandemia de COVID-19 están generando un impacto negativo «grave y de gran alcance» en los países que requieren asistencia alimentaria exterior, donde se espera como consecuencia el deterioro de las condiciones de inseguridad alimentaria.
Según el reporte trimestral de la FAO «Perspectivas de cosechas y situación alimentaria en el mundo», 44 países siguen necesitando asistencia alimentaria. De ellos, 34 están en África, ocho en Asia y dos en América Latina y el Caribe: Haití y Venezuela, que ya acumula un año y tres meses en la lista que también incluye a países como Somalia, Sudán, Zimbabwe, Etiopía, Afganistán, Siria y Corea del Norte.
«Con diferentes grados, todos los países enumerados han sido afectados por la pandemia de COVID-19 y debe ser considerada como un factor que va a disparar e incrementar la necesidad de asistencia alimentaria. Debe destacarse que el impacto de la pandemia aún no ha sido capturado sistemáticamente en las estimaciones de inseguridad alimentaria, con la mayoría de las evaluaciones en los países aún en curso o por realizar», señala el reporte divulgado este 2 de julio.
El informe destaca que Venezuela es uno de los países con falta generalizada de acceso a alimentos, principalmente como consecuencia de los altos precios de los alimentos. La FAO incluye las cifras de la evaluación de seguridad alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país en 2019, que señala que aproximadamente 2,3 millones de personas están en inseguridad alimentaria severa.
«Son significativas las necesidades de asistencia humanitaria para los residentes en Venezuela al igual que para los refugiados y migrantes en países receptores», dice el informe.
Desde el reporte anterior, publicado en marzo, Venezuela sumó 300.ooo ciudadanos más en el extranjero en medio de la prolongada crisis económica del país. El organismo estima que hay 5,1 millones de migrantes y refugiados venezolanos, principalmente establecidos en Colombia, con 1,8 millones, y en Perú, con 829.000.
Sobre las cosechas en América del Sur, la FAO destaca que están en marcha en los principales países productores y afirma que las perspectivas de producción para la cosecha de maíz en 2020 son favorables.
Sin embargo, en Venezuela, donde las plantaciones de la cosecha de maíz comenzaron a finales de mayo por el inicio de la temporada de lluvias, las perspectivas de producción son desfavorables: es probable que el nivel de plantaciones siga la tendencia de descenso desde la crisis económica en 2014. Además se espera que los rendimientos sean limitados debido a la escasez aguda de insumos agrícolas y combustible.
El coronavirus comenzó a propagarse en Venezuela cuando el país ocupaba el cuarto puesto en la lista de las peores crisis alimentarias en el mundo según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias 2020, elaborado por la Red mundial contra las crisis alimentarias.
Activistas de derechos humanos en el país, como Feliciano Reyna, director de la ONG Acción Solidaria, insisten en la necesidad de que se permita la entrada al país del Programa Mundial de Alimentos durante la pandemia de COVID-19: asegura que así se podría garantizar el acceso a los alimentos y la población podría prevenir el contagio al no tener que salir todos los días de sus hogares a buscar comida.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) advierte que los efectos de la pandemia de COVID-19 están generando un impacto negativo «grave y de gran alcance» en los países que requieren asistencia alimentaria exterior, donde se espera como consecuencia el deterioro de las condiciones de inseguridad alimentaria.
Según el reporte trimestral de la FAO «Perspectivas de cosechas y situación alimentaria en el mundo», 44 países siguen necesitando asistencia alimentaria. De ellos, 34 están en África, ocho en Asia y dos en América Latina y el Caribe: Haití y Venezuela, que ya acumula un año y tres meses en la lista que también incluye a países como Somalia, Sudán, Zimbabwe, Etiopía, Afganistán, Siria y Corea del Norte.
«Con diferentes grados, todos los países enumerados han sido afectados por la pandemia de COVID-19 y debe ser considerada como un factor que va a disparar e incrementar la necesidad de asistencia alimentaria. Debe destacarse que el impacto de la pandemia aún no ha sido capturado sistemáticamente en las estimaciones de inseguridad alimentaria, con la mayoría de las evaluaciones en los países aún en curso o por realizar», señala el reporte divulgado este 2 de julio.
El informe destaca que Venezuela es uno de los países con falta generalizada de acceso a alimentos, principalmente como consecuencia de los altos precios de los alimentos. La FAO incluye las cifras de la evaluación de seguridad alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país en 2019, que señala que aproximadamente 2,3 millones de personas están en inseguridad alimentaria severa.
«Son significativas las necesidades de asistencia humanitaria para los residentes en Venezuela al igual que para los refugiados y migrantes en países receptores», dice el informe.
Desde el reporte anterior, publicado en marzo, Venezuela sumó 300.ooo ciudadanos más en el extranjero en medio de la prolongada crisis económica del país. El organismo estima que hay 5,1 millones de migrantes y refugiados venezolanos, principalmente establecidos en Colombia, con 1,8 millones, y en Perú, con 829.000.
Sobre las cosechas en América del Sur, la FAO destaca que están en marcha en los principales países productores y afirma que las perspectivas de producción para la cosecha de maíz en 2020 son favorables.
Sin embargo, en Venezuela, donde las plantaciones de la cosecha de maíz comenzaron a finales de mayo por el inicio de la temporada de lluvias, las perspectivas de producción son desfavorables: es probable que el nivel de plantaciones siga la tendencia de descenso desde la crisis económica en 2014. Además se espera que los rendimientos sean limitados debido a la escasez aguda de insumos agrícolas y combustible.
El coronavirus comenzó a propagarse en Venezuela cuando el país ocupaba el cuarto puesto en la lista de las peores crisis alimentarias en el mundo según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias 2020, elaborado por la Red mundial contra las crisis alimentarias.
Activistas de derechos humanos en el país, como Feliciano Reyna, director de la ONG Acción Solidaria, insisten en la necesidad de que se permita la entrada al país del Programa Mundial de Alimentos durante la pandemia de COVID-19: asegura que así se podría garantizar el acceso a los alimentos y la población podría prevenir el contagio al no tener que salir todos los días de sus hogares a buscar comida.