La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha, por sus siglas en inglés) informó que sus socios en Venezuela registran recaídas de niños, niñas y adolescentes que ya habían superado la desnutrición.
Según el más reciente informe de Ocha, divulgado este 30 de diciembre, los datos de campo de las organizaciones del clúster de Nutrición en Venezuela revelan que la desnutrición aguda en comunidades de los estados Anzoátegui, Apure, Lara y Zulia podría ser mayor a 10%.
“En casi todos de los estados del país, los socios han registrado recaídas de niños, niñas y adolescentes que habían alcanzado la recuperación nutricional. Debido a la inseguridad alimentaria de los hogares, a la falta de prácticas adecuadas de alimentación y la falta de acceso a agua segura, vuelven a recaer, generándose un ciclo de enfermedades y desnutrición”, alertó la agencia.
La implementación de programas de atención nutricional para el manejo de casos de desnutrición aguda en niños, niñas y adolescentes se ha visto afectada por la falta de combustible y su alto costo, lo que limita el alcance de las intervenciones a nivel comunitario, principalmente en zonas remotas.
Insuficiente acceso a equipos
Además, Ocha reporta que persiste la insuficiencia en la disponibilidad y acceso a insumos y equipos para la atención nutricional, lo que también impide la adecuada implementación y sostenibilidad de los programas de nutrición.
“Las dificultades en el proceso de importación, transporte y almacenamiento de los insumos de nutrición ralentiza la continuidad de la asistencia. Esta situación afecta también el sistema de referencias de casos de desnutrición a centros de salud y hospitales, pues no todos los centros cuentan con insumos y fórmulas terapéuticas para la atención de casos referidos de desnutrición aguda”, añadió Ocha.
Fallas de agua, luz y gas doméstico
De acuerdo con el informe, la intermitencia en servicios básicos como agua potable, electricidad y gas doméstico también impacta en la seguridad alimentaria en numerosas comunidades del país.
“Algunas familias tienen dificultades para almacenar agua segura o cocinar alimentos. En algunos casos el agua que llega a los hogares no es potable y las familias no pueden hervirla por falta de gas o por el alto costo de este servicio”, destacó.
Los socios también reportaron a Ocha algunas dificultades para la importación de micronutrientes para niños, niñas y embarazadas.
Déficit de personal de salud
Ocha también alertó que la capacidad de atención del sistema sanitario venezolano se enfrenta a la falta de personal.
“El déficit de personal de salud se estima en 62%, lo que dificulta la capacidad de respuesta en centros hospitalarios y el acceso a los servicios de salud de la población en general. Por este motivo, es necesario trabajar en el fortalecimiento de las capacidades y habilidades del personal de salud que permanece en el país”, dijo Ocha.
De acuerdo con el reporte, también es necesario proveer insumos y equipos de protección personal a los profesionales encargados de atender a la población en materia de COVID-19.
Igualmente, la agencia llamó a dar una respuesta adecuada y multisectorial a los temas de salud mental en trabajadores de la salud, personas con discapacidad y población en general.
En relación con otras enfermedades, indicó que hasta la semana epidemiológica 40 (hasta el 9 de octubre) se reportaron 66.002 casos diagnosticados de malaria.
Los municipios que concentran la cantidad mayor de casos de malaria se ubican en el estado Bolívar: Sifontes (18.651), Caroní (10.330), Angostura (9.524) y Sucre (8.918). En Anzoátegui se reportaron 4.116 casos hasta la semana 37 (18 de septiembre): Simón Bolívar (2.002), Juan Antonio Sotillo (757) e Independencia (502).
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