El Centro Nacional de Hemofilia está sin reactivos
La falta de personal afecta el trabajo que se realiza en el Centro Nacional de Hemofilia. Además están sin reactivos porque Min-Salud no los dota hace más de un año

El Centro Nacional de Hemofilia de Venezuela ya no puede hacer los exámenes que antes realizaba. La ausencia de reactivos, el desabastecimiento de los laboratorios y el déficit de personal impiden que la institución, ubicada en el Banco Municipal de Sangre de Distrito Capital, practique pruebas de los factores de coagulación.

“Desde hace dos años no nos llega ningún reactivo por parte parte del Ministerio de Salud. Los pocos reactivos que hemos tenido han llegado por donaciones de particulares que han aportado para hacer lo mínimo que se puede hacer en casos de emergencia”, dijo a Efecto Cocuyo una especialista del centro, quien prefirió el anonimato.

La ausencia de los insumos necesarios para trabajar en el Banco de Sangre, ubicado en Cotiza, ha generado la falta de atención a los pacientes hemofílicos y a aquellos que sospechan tener alguna coagulopatía, quienes se han visto obligados a hacerse exámenes en otras instituciones.

“Seguimos sin reactivos para los exámenes de rutina, para los estudios para determinar coagulopatías y para llevar controles. Algunas de las personas con hemofilia tienen complicaciones y no se pueden atender”, expresó Antonia Luque, coordinadora general de la Asociación Venezolana para la Hemofilia (AVH).

La hemofilia, trastorno hereditario que altera la coagulación de la sangre debido a la falta o deficiencia de factores de coagulación (como el VIII y el IX), debe tratarse con la administración de concentrados de los factores para controlar sangrados y hemorragias internas. Sin embargo, el Centro Nacional de Hemofilia también carece de esos factores, agregó Luque.

El Banco Municipal de Sangre de Distrito Capital realizaba desde análisis sencillos hasta pruebas de compatibilidad para trasplantes de médula, pero ni el laboratorio de hematología puede realizar la más básica de las pruebas: una hematología completa.

“Este era el único sitio público donde se hacían exámenes de laboratorio de HLA (antígenos leucocitarios humanos) para trasplantes de médula ósea, pero ya no se hacen. Tampoco se realizan los estudios de hemoglobinas anormales o de anemia porque los reactivos no llegan”, añadió la trabajadora.

En el laboratorio de coagulación no cuentan con los reactivos necesarios para exámenes en materia de hemorragias y trombosis. Allí, los bioanalistas tampoco pueden revisar los efectos de los medicamentos en las personas, seguimiento que debe hacerse a través de los laboratorios.

Menos personal

Muchos de los compañeros de la trabajadora del Banco Municipal de Sangre de Caracas renunciaron: se fueron a otros países u otras instituciones debido a la falta de condiciones para realizar sus trabajos.

“En mi laboratorio había 14 personas y quedamos solamente cuatro. Aquí estamos los que tenemos muchos años en la institución. Cuando los nuevos llegan y no encuentran reactivos ni buenos sueldos, se van”, indicó la especialista.

El único fisiatra con el que contaban para las terapias de los hemofílicos con problemas en las articulaciones renunció a finales de 2019 y se fue de Venezuela. Según Antonia Luque ya no quedan expertos de ese tipo en el sector público en la capital que estén especializados en tratar a pacientes hemofílicos. Mientras, el éxodo se extiende al personal de Enfermería y a los hematólogos.

“Quedan menos de la mitad de las enfermeras que había. Los médicos también se siguen yendo. Cuatro hematólogos se fueron del área de consultas al final de 2019 y nadie llega a ocupar sus puestos”, explicó Luque.

Las carencias en el Banco Municipal de Sangre de Caracas a inicios de 2020 han incidido en la dotación de bolsas de sangre a los hospitales que dependen de su suministro. Uno de ellos es el hospital de niños José Manuel de los Ríos, en San Bernardino. Los padres de los niños del servicio de Hematología deben llevar a los donantes directamente al Banco para que sus hijos puedan trasfundirse y, en ocasiones, la falta de personal en Cotiza impide que atiendan a los donantes.

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