El gobierno del único país que ha impuesto sanciones económicas a Venezuela, Estados Unidos, ha reiterado que el levantamiento de estas medidas está sujeto a avances que se concreten sobre la base de una negociación política.
Sin embargo, un grupo opositor plantea la flexibilización de estas sanciones con el objetivo de mitigar el daño colateral que provocan en la población venezolana, según argumentan en una carta que dirigen al presidente estadounidense Joe Biden.
Efecto Cocuyo entrevistó a economistas a favor y en contra de la propuesta para indagar las consecuencias que pudiera tener una flexibilización de este tipo y si esto beneficiaría al gobierno de Nicolás Maduro, señalado de cometer crímenes de lesa humanidad.
El economista y director de Oil for Venezuela, Francisco Rodríguez, explica que los firmantes de la misiva no piden un levantamiento de sanciones sino una flexibilización de las medidas coercitivas que se dictaron sobre el sector petrolero con el fin de que se generen recursos para atender la emergencia humanitaria en el país.
De acuerdo a los datos que maneja, el 25 % de la población está desnutrida y el 94 % vive en pobreza, por lo que cuestiona que la dirigencia opositora no busque aliviar a los sectores más desprotegidos mientras no logra una transición política en el país.
El especialista habla de “licencias humanitarias” y de la creación de mecanismos que impidan al gobierno de Maduro tener acceso a los ingresos que se obtengan por concepto de exportación petrolera.
La crítica más común entre los detractores de la carta es que el gobierno chavista ha dilapidado los recursos públicos en el pasado y llenar nuevamente las arcas del Estado no se traduciría en mejoras de la calidad de vida de los venezolanos sino en más corrupción.
“Los recursos derivados de las ventas que resulten de la flexibilización de las sanciones tienen que depositarse en un fondo especial que tiene que ser manejado por una junta administradora que sea nombrada, mediante acuerdo político, y esté plenamente auditada y supervisada por las Naciones Unidas con criterios de transparencia”, argumenta.
En este sentido, Rodríguez opina que una flexibilización no favorecía a Nicolás Maduro, aunque admite que su popularidad sí podría aumentar al percibirse una mejora económica.
“Lo que ha favorecido a Maduro ha sido el empobrecimiento del país, le ha ayudado a afianzar los mecanismos de dominación y control social. Un fenómeno que vemos en países pobres con dictaduras es que, a medida que la economía comienza a crecer, la gente comienza a independizarse, surge una clase media que puede ser más contestataria y aumenta la movilización política”, expone.
Las sanciones contemplan excepciones para la importación de alimentos y medicinas, así como cualquier insumo que esté relacionado con la atención humanitaria.
Sin embargo, Rodríguez sostiene que son insuficientes. “Estas excepciones humanitarias en realidad no van al fondo del problema que es la generación de ingresos que tiene el país, estas excepciones permiten que se importen alimentos y medicinas sin restricción, pero ¿con qué recursos se pagan esos bienes?”.
El economista calcula que el país pasó de recibir 94 mil millones de dólares en 2012 a menos de 8 mil millones de dólares en 2020. Una caída que está directamente relacionada con la destrucción de la industria petrolera por malas políticas públicas y corrupción, pero que se agravó con las sanciones.
Otros efectos de las sanciones que destaca el director de Oil for Venezuela es el de “overcompliance” o sobrecumplimiento que es la inhibición de actores públicos y privados de hacer cualquier tipo de operación que pueda ser considerada por Estados Unidos como una acción de cooperación con el régimen de Maduro por temor a ser sancionados también.
Esto ha afectado el trabajo de organizaciones no gubernamentales. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola) estimaba, en 2021, que seis ONG habían tenido problemas bancarios por el sobrecumplimiento.
El internacionalista Geoff Ramsey, quien era director de Wola en 2021, señaló que las sanciones económicas tienen poca efectividad para provocar transiciones políticas.
Apoyándose en investigaciones del Peterson Institute for International Economics y del profesor de ciencias políticas Robert Pape, Ramsey señaló que las sanciones económicas apenas tenían una tasa de éxito de entre 10 % a 34 % de los casos.
Lea también:
¿Por qué las sanciones afectan la importación de alimentos y medicinas si hay excepciones humanitarias?
El efecto del overcompliance también es abordado por el economista Manuel Sutherland, otro de los firmantes de la carta, en una publicación que hizo para el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea).
La última razón que expone Rodríguez para justificar la revisión de las sanciones económicas es el fracaso que han tenido en cuanto a presionar la salida de Nicolás Maduro del poder que es el objetivo que subyace a su aplicación, según han admitido voceros del gobierno de Estados Unidos.
La presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Sary Levy, considera que la flexibilización de sanciones petroleras sí favorecería a Maduro.
“Esto debilitaría la sanción moral y el objetivo ético que representan las sanciones. Las sanciones no son la raíz del problema que tiene Venezuela, lo es el régimen que impulsa un modelo que es destructor de la economía y de las libertades”, expresa.
La economista subraya las excepciones humanitarias que ya están contempladas en el marco de las sanciones e insiste que el levantamiento o flexibilización de las medidas coercitivas deben ser la consecuencia de lograr el restablecimiento del Estado de Derecho.
“Creo que las sanciones sí han tenido un efecto, que no ha sido suficiente, pero lo vemos cuando actores del régimen piden su levantamiento lo que es una clara demostración de que sí les ha afectado desde el punto de vista del manejo de las cuentas y los ingresos que perciben, son actores que se ven reducidos a movilizar capitales internacionales”, expone.
El director de Datatá Consulting y miembro del Centro de Difusión del Conocimiento Económico (Cedice), Óscar Torrealba, destaca el pasado corrupto de la gestión chavista en el poder.
“La mejora en las condiciones de Pdvsa no necesariamente se va a traducir en una mejora de las condiciones de vida de los venezolanos; mientras no haya institucionalidad ni rendición de cuentas no importa cuánto ingrese, esto ya lo experimentamos, aumentaron los precios del petróleo y hubo un gran derroche. Hay que resolver el problema institucional primero”, señala.
En su opinión, la recuperación económica no está en manos del sector público sino en el sector privado por lo que considera debe haber una “verdadera apertura económica” que favorezca al sector empresarial.
“El chavismo tiene como máxima preservar el poder no importa cuál sea el costo y, como están medianamente consolidados, las sanciones les afectan menos. Pero ¿cuál es la otra carta que tiene la oposición para hacer presión?, ese es el dilema. Las sanciones no se aplicaron por un capricho sino por una razón: la violación sistemática de los derechos humanos”, afirma.
En la capital del país hay una sensación de mejoría económica, esto no quiere decir que la emergencia humanitaria desapareció. El economista Francisco Rodríguez explica los motivos que están detrás.
1️⃣ Ligera recuperación de la producción petrolera. El país pasó de producir 300 mil barriles diarios, en 2020, a producir 700 mil barriles actualmente, lo que sigue representando una mínima parte de los 2 millones 400 mil barriles que llegó a generar entre 2008 y 2015, pero indica una leve mejoría.
«El gobierno ha podido darle la vuelta a las sanciones parcialmente, esos 700 mil se están produciendo con el apoyo de sus aliados como Irán, China, Rusia (antes de que iniciara la guerra en Ucrania) y otros actores como Malasia. Las sanciones tienen efecto muy fuerte al principio y después, como cualquier enfermedad, comienzan a generar sus anticuerpos y la economía se empieza a ajustar», apunta Rodríguez.
2️⃣ Aumento de los precios del petróleo que, según el especialista, se traducen en 9 mil millones de dólares adicionales este año para el gobierno.
3️⃣ El envío de remesas que representan un flujo significativo de entre 4 y 5 mil millones de dólares dada la gran emigración venezolana.
4️⃣ La liberalización económica que permitió el gobierno con la eliminación de los controles de precios y de cambio, entre otras decisiones.
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El gobierno del único país que ha impuesto sanciones económicas a Venezuela, Estados Unidos, ha reiterado que el levantamiento de estas medidas está sujeto a avances que se concreten sobre la base de una negociación política.
Sin embargo, un grupo opositor plantea la flexibilización de estas sanciones con el objetivo de mitigar el daño colateral que provocan en la población venezolana, según argumentan en una carta que dirigen al presidente estadounidense Joe Biden.
Efecto Cocuyo entrevistó a economistas a favor y en contra de la propuesta para indagar las consecuencias que pudiera tener una flexibilización de este tipo y si esto beneficiaría al gobierno de Nicolás Maduro, señalado de cometer crímenes de lesa humanidad.
El economista y director de Oil for Venezuela, Francisco Rodríguez, explica que los firmantes de la misiva no piden un levantamiento de sanciones sino una flexibilización de las medidas coercitivas que se dictaron sobre el sector petrolero con el fin de que se generen recursos para atender la emergencia humanitaria en el país.
De acuerdo a los datos que maneja, el 25 % de la población está desnutrida y el 94 % vive en pobreza, por lo que cuestiona que la dirigencia opositora no busque aliviar a los sectores más desprotegidos mientras no logra una transición política en el país.
El especialista habla de “licencias humanitarias” y de la creación de mecanismos que impidan al gobierno de Maduro tener acceso a los ingresos que se obtengan por concepto de exportación petrolera.
La crítica más común entre los detractores de la carta es que el gobierno chavista ha dilapidado los recursos públicos en el pasado y llenar nuevamente las arcas del Estado no se traduciría en mejoras de la calidad de vida de los venezolanos sino en más corrupción.
“Los recursos derivados de las ventas que resulten de la flexibilización de las sanciones tienen que depositarse en un fondo especial que tiene que ser manejado por una junta administradora que sea nombrada, mediante acuerdo político, y esté plenamente auditada y supervisada por las Naciones Unidas con criterios de transparencia”, argumenta.
En este sentido, Rodríguez opina que una flexibilización no favorecía a Nicolás Maduro, aunque admite que su popularidad sí podría aumentar al percibirse una mejora económica.
“Lo que ha favorecido a Maduro ha sido el empobrecimiento del país, le ha ayudado a afianzar los mecanismos de dominación y control social. Un fenómeno que vemos en países pobres con dictaduras es que, a medida que la economía comienza a crecer, la gente comienza a independizarse, surge una clase media que puede ser más contestataria y aumenta la movilización política”, expone.
Las sanciones contemplan excepciones para la importación de alimentos y medicinas, así como cualquier insumo que esté relacionado con la atención humanitaria.
Sin embargo, Rodríguez sostiene que son insuficientes. “Estas excepciones humanitarias en realidad no van al fondo del problema que es la generación de ingresos que tiene el país, estas excepciones permiten que se importen alimentos y medicinas sin restricción, pero ¿con qué recursos se pagan esos bienes?”.
El economista calcula que el país pasó de recibir 94 mil millones de dólares en 2012 a menos de 8 mil millones de dólares en 2020. Una caída que está directamente relacionada con la destrucción de la industria petrolera por malas políticas públicas y corrupción, pero que se agravó con las sanciones.
Otros efectos de las sanciones que destaca el director de Oil for Venezuela es el de “overcompliance” o sobrecumplimiento que es la inhibición de actores públicos y privados de hacer cualquier tipo de operación que pueda ser considerada por Estados Unidos como una acción de cooperación con el régimen de Maduro por temor a ser sancionados también.
Esto ha afectado el trabajo de organizaciones no gubernamentales. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola) estimaba, en 2021, que seis ONG habían tenido problemas bancarios por el sobrecumplimiento.
El internacionalista Geoff Ramsey, quien era director de Wola en 2021, señaló que las sanciones económicas tienen poca efectividad para provocar transiciones políticas.
Apoyándose en investigaciones del Peterson Institute for International Economics y del profesor de ciencias políticas Robert Pape, Ramsey señaló que las sanciones económicas apenas tenían una tasa de éxito de entre 10 % a 34 % de los casos.
Lea también:
¿Por qué las sanciones afectan la importación de alimentos y medicinas si hay excepciones humanitarias?
El efecto del overcompliance también es abordado por el economista Manuel Sutherland, otro de los firmantes de la carta, en una publicación que hizo para el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea).
La última razón que expone Rodríguez para justificar la revisión de las sanciones económicas es el fracaso que han tenido en cuanto a presionar la salida de Nicolás Maduro del poder que es el objetivo que subyace a su aplicación, según han admitido voceros del gobierno de Estados Unidos.
La presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Sary Levy, considera que la flexibilización de sanciones petroleras sí favorecería a Maduro.
“Esto debilitaría la sanción moral y el objetivo ético que representan las sanciones. Las sanciones no son la raíz del problema que tiene Venezuela, lo es el régimen que impulsa un modelo que es destructor de la economía y de las libertades”, expresa.
La economista subraya las excepciones humanitarias que ya están contempladas en el marco de las sanciones e insiste que el levantamiento o flexibilización de las medidas coercitivas deben ser la consecuencia de lograr el restablecimiento del Estado de Derecho.
“Creo que las sanciones sí han tenido un efecto, que no ha sido suficiente, pero lo vemos cuando actores del régimen piden su levantamiento lo que es una clara demostración de que sí les ha afectado desde el punto de vista del manejo de las cuentas y los ingresos que perciben, son actores que se ven reducidos a movilizar capitales internacionales”, expone.
El director de Datatá Consulting y miembro del Centro de Difusión del Conocimiento Económico (Cedice), Óscar Torrealba, destaca el pasado corrupto de la gestión chavista en el poder.
“La mejora en las condiciones de Pdvsa no necesariamente se va a traducir en una mejora de las condiciones de vida de los venezolanos; mientras no haya institucionalidad ni rendición de cuentas no importa cuánto ingrese, esto ya lo experimentamos, aumentaron los precios del petróleo y hubo un gran derroche. Hay que resolver el problema institucional primero”, señala.
En su opinión, la recuperación económica no está en manos del sector público sino en el sector privado por lo que considera debe haber una “verdadera apertura económica” que favorezca al sector empresarial.
“El chavismo tiene como máxima preservar el poder no importa cuál sea el costo y, como están medianamente consolidados, las sanciones les afectan menos. Pero ¿cuál es la otra carta que tiene la oposición para hacer presión?, ese es el dilema. Las sanciones no se aplicaron por un capricho sino por una razón: la violación sistemática de los derechos humanos”, afirma.
En la capital del país hay una sensación de mejoría económica, esto no quiere decir que la emergencia humanitaria desapareció. El economista Francisco Rodríguez explica los motivos que están detrás.
1️⃣ Ligera recuperación de la producción petrolera. El país pasó de producir 300 mil barriles diarios, en 2020, a producir 700 mil barriles actualmente, lo que sigue representando una mínima parte de los 2 millones 400 mil barriles que llegó a generar entre 2008 y 2015, pero indica una leve mejoría.
«El gobierno ha podido darle la vuelta a las sanciones parcialmente, esos 700 mil se están produciendo con el apoyo de sus aliados como Irán, China, Rusia (antes de que iniciara la guerra en Ucrania) y otros actores como Malasia. Las sanciones tienen efecto muy fuerte al principio y después, como cualquier enfermedad, comienzan a generar sus anticuerpos y la economía se empieza a ajustar», apunta Rodríguez.
2️⃣ Aumento de los precios del petróleo que, según el especialista, se traducen en 9 mil millones de dólares adicionales este año para el gobierno.
3️⃣ El envío de remesas que representan un flujo significativo de entre 4 y 5 mil millones de dólares dada la gran emigración venezolana.
4️⃣ La liberalización económica que permitió el gobierno con la eliminación de los controles de precios y de cambio, entre otras decisiones.