Una comisión formada por miembros del gobierno colombiano, de embajadas internacionales y organismos de la ONU visitaron la frontera colombo-venezolana, para evaluar la situación humanitaria que se vive tras el operativo militar del Ejército venezolano contra grupos armados colombianos.
Cerca de 6.000 personas, venezolanos y colombianos, se han desplazado a Colombia huyendo de los combates que desde finales de marzo tienen lugar en el estado venezolano de Apure, en una operación contra una supuesta disidencia de las Farc-
«Agradecemos el acompañamiento de la comunidad internacional para la atención de crisis humanitaria en la frontera y un reconocimiento especial al alcalde de Arauca y a todas las autoridades locales que han manejado esta crisis humanitaria desde la declaratoria de calamidad pública», señaló este sábado el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano.
La visita contó con representantes de las delegaciones de Alemania, Brasil, Canadá, Reino Unido, la Unión Europea y organismos como Acnur, la Oternacional de Migraciones (OIM) y la oficina de derechos humanos de la ONU.
«Es una lástima ver a las familias desplazadas. Colombia, Brasil y otros países han recibido muchos migrantes pero eran económicos, pero éstos han venido por otra razón que es el conflicto interno en Venezuela», aseguró el embajador de Brasil, Luis Antonio Balduino.
Por su parte, la embajadora francesa, Michèle Ramis, destacó «la rapidez con la cual se organizaron los albergues transitorios» para acoger a los que huían de la violencia y aseveró que van a estudiar «la situación para ver cómo se puede apoyar».
Los combates entre fuerzas de Venezuela e irregulares armados, que diversas ONG identifican como disidentes de las FARC, empezaron el pasado 21 de marzo y se han cobrado la vida de al menos ocho militares venezolanos, según el último parte oficial.
Tras los combates, las autoridades venezolanas capturaron a otras 32 personas, si bien no se conocen sus identidades o nacionalidades, destruyeron seis campamentos en la zona y decomisaron una cantidad hasta ahora indeterminada de armamento, municiones, explosivos, pertrechos de guerra, vehículos y drogas.
El Ejército colombiano apoya la seguridad para que los más de 5.700 venezolanos y colombianos que llegaron al territorio «puedan retornar de manera segura», aseguró Molano, quien reiteró que se tratan de combates entre las disidencias de las Farc «y otros grupos criminales con la connivencia del régimen venezolano».
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros, pero sus relaciones diplomáticas están rotas desde el 23 febrero de 2019 por orden de Maduro, tras un intento del líder opositor Juan Guaidó de atravesar la frontera desde la ciudad colombiana de Cúcuta al frente de una caravana de ayuda humanitaria.
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Una comisión formada por miembros del gobierno colombiano, de embajadas internacionales y organismos de la ONU visitaron la frontera colombo-venezolana, para evaluar la situación humanitaria que se vive tras el operativo militar del Ejército venezolano contra grupos armados colombianos.
Cerca de 6.000 personas, venezolanos y colombianos, se han desplazado a Colombia huyendo de los combates que desde finales de marzo tienen lugar en el estado venezolano de Apure, en una operación contra una supuesta disidencia de las Farc-
«Agradecemos el acompañamiento de la comunidad internacional para la atención de crisis humanitaria en la frontera y un reconocimiento especial al alcalde de Arauca y a todas las autoridades locales que han manejado esta crisis humanitaria desde la declaratoria de calamidad pública», señaló este sábado el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano.
La visita contó con representantes de las delegaciones de Alemania, Brasil, Canadá, Reino Unido, la Unión Europea y organismos como Acnur, la Oternacional de Migraciones (OIM) y la oficina de derechos humanos de la ONU.
«Es una lástima ver a las familias desplazadas. Colombia, Brasil y otros países han recibido muchos migrantes pero eran económicos, pero éstos han venido por otra razón que es el conflicto interno en Venezuela», aseguró el embajador de Brasil, Luis Antonio Balduino.
Por su parte, la embajadora francesa, Michèle Ramis, destacó «la rapidez con la cual se organizaron los albergues transitorios» para acoger a los que huían de la violencia y aseveró que van a estudiar «la situación para ver cómo se puede apoyar».
Los combates entre fuerzas de Venezuela e irregulares armados, que diversas ONG identifican como disidentes de las FARC, empezaron el pasado 21 de marzo y se han cobrado la vida de al menos ocho militares venezolanos, según el último parte oficial.
Tras los combates, las autoridades venezolanas capturaron a otras 32 personas, si bien no se conocen sus identidades o nacionalidades, destruyeron seis campamentos en la zona y decomisaron una cantidad hasta ahora indeterminada de armamento, municiones, explosivos, pertrechos de guerra, vehículos y drogas.
El Ejército colombiano apoya la seguridad para que los más de 5.700 venezolanos y colombianos que llegaron al territorio «puedan retornar de manera segura», aseguró Molano, quien reiteró que se tratan de combates entre las disidencias de las Farc «y otros grupos criminales con la connivencia del régimen venezolano».
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros, pero sus relaciones diplomáticas están rotas desde el 23 febrero de 2019 por orden de Maduro, tras un intento del líder opositor Juan Guaidó de atravesar la frontera desde la ciudad colombiana de Cúcuta al frente de una caravana de ayuda humanitaria.