Credit: Mairet Chourio

El estadístico Félix Seijas afirmó que la constitución del Comité de Postulaciones Electorales con 11 diputados y 10 representantes de la sociedad civil es un paso hacia adelante en el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y luego en la conquista de las condiciones necesarias para elegir libremente, pero advirtió que el proceso de negociación que allí se realiza entre los factores políticos es frágil.

“Lo veo posible (que el CNE salga del Parlamento), no es una tarea fácil, es frágil, cada paso tiene cierta fragilidad y genera ciertos riegos alrededor del proceso que se está conduciendo y hay que concentrarse en la tarea de avanzar”, expresó.

El experto indicó que dicha fragilidad estriba en que se está ante un Gobierno que tiene en su poder a todas las instituciones excepto la Asamblea Nacional (AN), que tiene el respaldo de la Fuerza Armada Nacional (Fanb) y que sobrevive a una crisis económica importante.

“Es un Gobierno que no siente en estos momentos ningún incentivo para abandonar el poder, entonces en cada paso que se dé va a tratar de buscar brechas para simplemente quedarse allí, la oposición tiene que buscar la brecha para avanzar. Al Gobierno le conviene avanzar sin ceder de tal manera que no ponga en riesgo su permanencia en el poder y la oposición debe buscar la manera de cambiar esa situación”, explicó.

Seijas, junto al economista Asdrúbal Oliveros y el sociólogo Ramón Piñango, participó en el foro Hablemos de lo que viene organizado por la ONG Espacio Público en el Centro Internacional de Actualización Profesional (Ciap- Ucab) de La Castellana.

Solo elecciones parlamentarias

Al referirse a lo que viene, el experto en sondeos políticos sostuvo que lo más probable es que en este 2020 solo haya elecciones parlamentarias y que el poder político en Miraflores avanza seguro hacia ese escenario.

“Elecciones parlamentarias sin presidenciales es lo más probable. El reto para el Gobierno es ganarlas con legitimidad, no quiere que suceda lo de 2018 con elecciones no reconocidas (presidenciales) pero sin alentar el voto opositor. El reto para la oposición es marcar la hoja de ruta para convencer a la población desorientada a participar”, dijo.

Resaltó que el voto potencial (noviembre 2019) en unas legislativas inclina la balanza a favor de la oposición con 75%, pero alertó que de dicho porcentaje solo 30% es voto duro y 35% circunstancial, es decir, depende de las condiciones, mientras que el chavismo cuenta con 25% de voto sólido.

“Hay que convencerlos (al 35%) porque si no es parejo al voto del chavismo”, apuntó y aseguró que si la votación opositora aun en parlamentarias es masiva al poder político se le reduce el margen de maniobra para incurrir en fraude, caso contrario a cuando los resultado son muy estrechos. “La trampa electoral no la inventó el chavismo, recordamos lo del acta mata voto, pero sí la llevó a niveles elevados”, agregó.

Detalló que 65% de los consultados están dispuestos a ejercer su derecho al sufragio si se cambia el CNE y el líder Juan Guaidó llama a participar, cifra que baja a 47,8% si se mantienen las mismas condiciones electorales pero el presidente interino pide votar y a 33,3% con idénticas condiciones y si Guaidó promueve la abstención.

“El punto es tratar de recuperar los derechos civiles y la elección es uno de ellos, es una herramienta para la transición política y es una herramienta de presión en el bloque de poder. Lo que legitimó a Maduro en 2018 fue la parte de la negociación que había en República Dominicana y en el tema electoral no cedió”, añadió.

A los abstencionistas los invitó a pensar qué hubiera pasado si en el 2015 la oposición no hubiera ganado la AN y sostuvo que el no participar no sirve de nada, tal como ocurrió en 2005, si no forma parte de una estrategia política para un fin mayor.

“La victoria opositora en 2015 ha sido de gran molestia para el Gobierno porque ha dañado su imagen internacional, sería un gran retroceso si se deja perder la AN”, insistió.

Mayor confrontación

Dentro del escenario previsto para los próximos meses, advirtió que el país va a un escenario de confrontación política y social en el que se mantendrá activo el aparato represor del Estado y para bajar la tensión, el chavismo madurismo buscará desanimar a los ciudadanos. “El desánimo se genera cuando la gente cree que no se puede hacer nada más y emigra, por ejemplo”, acotó.

Alertó que también se plantea el aumento en los ataques a la sociedad civil, puesto que el régimen está consciente de la importancia de su rol en la exigencia de los derechos ciudadanos. Mencionó entre otros, las acusaciones del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, contra Provea, según la cual la ONG recibe financiamiento de Estados Unidos para conspirar contra Venezuela.

El profesor e investigador del  Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Ramón Piñango coincidió con Seijas en la previsión de mayor conflictividad política y mayor represión. Pero puso en duda el logro de un árbitro electoral creíble por la importante debilidad institucional que persiste.

Piñango duda de la conformación de un árbitro electoral creíble

“Nadie lidera a quien desprecia” dijo en modo de reflexión a ser tomada en cuenta a la hora de una transición en el país, puesto que guste o no, el chavismo debe ser reconocido para ser convencido y lograr gobernabilidad. Al respecto Seijas añadió que 25% de apoyo (5 millones de personas) es la cuarta parte del país y no puede ser borrada de la faz de la tierra. Lo mismo aplica para la Fanb.

“A la Fanb tienes que pintarle qué viene después porque una transición sin chavismo no será sano ni perdurable en el tiempo”, aseguró Seijas.

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